Muchas de las fotos de este blog son de Ramiro Sisco con la comunidad Pilagá, en Las Lomitas, provincia de Formosa, Argentina.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Caperucita, Blancanieves, Pulgarcito







Llego aquí y el país está envuelto en una fiesta. Doscientos años de la aparición de los Cuentos Infantiles y Hogareños de los hermanos Grimm. Sí, algo para festejar, para alegrarse, para llevarles flores a esos dos bondadosos hermanos que concibieron nada menos que escribir cuentos para niños. Y los escribieron. Y estarán siempre en el recuerdo de todos.

Me acuerdo cuando mi padre nos trajo un libro con el increíble título y hermosos dibujos: Cuentos para niños. No podíamos creer. Desde ese día comencé a soñar, a mirar el mundo con otros ojos. Tenía siete años y vi que se me abría otro paisaje distinto en la vida. El de la imaginación, el de los sueños. Que había otro mundo. Que existían hadas, bosques, sueños, fantasías, que era posible navegar con la imaginación por todos lados y visitar todos los lugares escondidos. Personajes para soñar, para imitar. De pronto allí, la bondad descrita, el triunfo de los débiles: Caperucita Roja, Pulgarcito, la Cenicienta, la Bella Durmiente..., la Madre Nieve, el Sastrecillo valiente... Vuelven a mí los personajes que me acompañaron en los sueños de toda la infancia.

Fue la mejor escuela. Y también recuerdo cuando mi padre me llevó a la biblioteca de Belgrano por primera vez. Había una habitación con libros de cuentos para niños... Ahí estaban también los de Andersen, los de Perrault... No lo podía creer. Recorrer las tapas con los ojos sorprendidos y la boca que no podía cerrar de pura sorpresa. “Ya no es necesario jugar”, me dije, con un libro de ésos bastaba y sobraba para pasarla bien, gozar, jugar con los personajes y, principalmente, soñar. Esos libros me hicieron aprender a soñar. Sí, y lo dicen los hermanos Grimm en el prólogo de su libro en los Cuentos para niños: “Toda poesía legítima tiene valor cuando demuestra que no puede ser sin estar relacionada con la vida. Porque ella se ha originado en esa vida y regresa de nuevo hacia ella. Como las nubes hacia su lugar de nacimiento luego de que han regado la tierra”.

Así de profundos eran. Como en su búsqueda de los cuentos infantiles. Se basaron en todas las leyendas que contaban las abuelitas en los lugares más alejados. Querían salvar así una tradición que podría perderse con el tiempo. Y ahí quedaron. Hace doscientos años, en 1812, apareció la primera edición de sus Cuentos para niños y salieron 900 ejemplares a la luz. Mientras tanto se han traducido a 170 idiomas y es sin duda uno de los libros más editados en la historia del ser humano.

Los hermanos Grimm nacieron en 1785 y 1786 en Hanau, una pequeña ciudad en el estado de Hesse, en Alemania. Y son autores también del primer diccionario de esa lengua.

En su ciudad natal se levanta un artístico monumento a la memoria de ellos en la plaza central. Feliz una ciudad que tiene un monumento nada menos que a los autores de un libro de cuentos para niños y no a un hombre con armas o a alguien que usó del poder para llegar a la fama. Un ejemplo para aprender. Porque además, como reconocimiento a quienes nos trajeron desde chicos personajes para soñar, divertirnos o aprender, se ha diseñado en este país un circuito verdaderamente extraordinario: “La ruta de los cuentos alemanes”. Se parte desde Bremen, donde en el centro de la ciudad se representan cuentos de esos autores. De allí a las ruinas del castillo de Everstein, donde se representa el cuento La Cenicienta. Y de allí se pasa por doce lugares escenarios de esos relatos, donde se van representando los más conocidos cuentos de los hermanos Grimm. Hasta llegar a Hanau, su lugar de nacimiento, donde se termina con un festival del cuento infantil.

Mismo en la ciudad de Hanau se proyecta construir un museo llamado El mundo de los hermanos Grimm, en el cual se expondrán todos los ecos mundiales que tuvieron sus cuentos, los dibujos en interpretaciones distintas de sus personajes, los iconos, estatuillas, las diversas ediciones mundiales de sus libros. Va a ser un centro verdadero, además, de la literatura infantil y de todos sus progresos y distintas direcciones artísticas que tomaron sus personajes desde que fueron creados.

–Buenos días, Caperucita Roja –la saludó el Lobo.

–Muchas gracias, Lobo.

–¿A dónde va, tan temprano ya afuera, Caperucita?

–Voy a visitar a mi abuelita.

–¿Qué llevas debajo del delantal?

–Torta y vino, ayer nosotras amasamos y ahora tengo que llevárselos a la abuela enferma y débil para que se mejore y se ponga fuerte...

Así comienza el diálogo entre Caperucita y el Lobo que terminará cuando el Lobo le responde a la pregunta de ella: “¿Por qué tienes una boca tan grande?”, nada menos que con estas palabras: “Para comerte mejor”.

Pero en todos los cuentos de los Grimm triunfarán finalmente siempre los más débiles y los más inocentes, dejándonos una moraleja.

En nuestro recuerdo van desfilando. La Cenicienta, El Sastrecillo valiente, El Gato con botas, Hänsel y Gretel, La Bella durmiente, Blancanieves y los siete enanitos, La zorra y los gansos... y tantos otros.

Günther Grass, el Premio Nobel de Literatura, ha escrito un libro inolvidable, pleno de cariño y admiración. Se llama Las palabras de los Grimm, y lleva este subtítulo: “Una declaración de amor”. Y termina su libro describiendo la Alemania derrotada después de 1945. Todo es destrozo y ruina, dolor, el resultado de la estupidez humana que nada ha aprendido a pesar de sus experiencias, guerras perdidas, millones de jóvenes muertos, madres desoladas, niños que nos miran. Un paseo final que pueden dar un siglo y medio después esos dos sabios hombres llamados los hermanos Grimm. Con sus cuentos infantiles y sus metáforas bien escondidas pero siempre presentes. Hubiera sido por demás mordaz si en ese escenario se hubiesen encontrado los hermanos Grimm con el filósofo Kant, llevando éste en sus manos un ensayo sobre “La Paz eterna”. Y después de ello decidieran hacer una visita de consulta a Freud.

Y volvemos a remarcar los cuentos infantiles. Ahí están las semillas de las ilusiones y de la curiosidad. Para que crezca una planta bien verde y de coloridas flores. Escuelas con los nombres de los hermanos Grimm y sus personajes. Caminos para entrar en los sueños. Pensar más en los niños, en el futuro. Blancanieves nos espera, Caperucita Roja nos trae ilusiones, Pulgarcito nos muestra sonriente los lados de la bondad y el participar, el Gato con botas no se hace ya el mandón sino que recorta pedacitos de pan para las lauchitas, la Bella durmiente nos habla de lo que puede significar el amor eterno.

Soñar, por lo menos, los domingos al atardecer.



(desde Bonn, Alemania)

domingo, 23 de diciembre de 2012

LOS PIBES DE LA ESQUINA





El hacinamiento urbano es un drama cotidiano para millones de argentinos. Fomenta la violencia familiar, los vejámenes a las mujeres. El ansia de salirse seguramente impacta en los embarazos adolescentes que también incluyen la búsqueda de un proyecto de vida. Los pibes de los barrios más humildes, muchos de los cuales ni estudian ni trabajan, se evaden como pueden de la asfixia. Van a la esquina, se agrupan, constituyen un fenómeno social que muchos perciben y para los que hay pocas soluciones.
En estas horas de zozobra, se dejaron ver.

Hasta acá habla el cronista. Ahora cede la voz a otros, a quienes reconoce conocimiento y saberes. Y las propala, como un aporte (siempre parcial y opinable) para avistar realidades emergentes y complejas.
Dos dirigentes kirchneristas del conurbano, de los que se reserva el nombre y cuyos testimonios se sintetizan: “Primero hubo organizaciones, con cuadros que las conducían. Había pibes entre ellos. Después se expandió. Los pibes de la esquina siempre se suman cuando hay bardo. Lo que pasó nos tomó de sorpresa y debe preocuparnos. Nos dormimos, como marmotas. Siempre hay anuncios en los barrios, no supimos verlos”.




Daniel Arroyo

sociólogo, ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación y ex ministro en la provincia de Buenos Aires:

«La forma de los saqueos ha sido rara. Sin dudas, ha habido agitadores detrás. Pero hicieron pie en problemas sociales reales. Los planes sociales mejoran la situación, dan una base de ingreso y de consumo. La Asignación Universal por Hijo son 16.000 millones de pesos al año. ‘Mensualiza’ la cabeza de las personas (uno sabe que tal día va a cobrar los $ 340 por hijo y eso le permite organizarse). Pero la inflación está complicando las cosas, no queda claro cuánto se necesita para vivir en el mes. Hay muchísima gente sobreendeudada en ‘Efectivo ya - Crédito fácil’. Hay más motitos, más consumo y menos billetes en los barrios. (...) La situación de los jóvenes está claramente dividida en dos. Una parte se ha reenganchado con la política (sobre todo de clase media), siente que está transformando las cosas y eso les da un espíritu de cuerpo impresionante. El grueso de los jóvenes está fuera de eso.

»Hay 900.000 de 16 a 24 años que ni estudian ni trabajan, de los cuales la mitad está en el conurbano. Realmente están afuera de todo, no creen en la política ni en las organizaciones barriales. Respetan un poco la escuela como institución pero sienten que lo que aprenden ahí no tiene ninguna relación con la vida. Se organizan en bandas, lo que les da cohesión y, a su vez, ayuda a estigmatizarlos más. No ven ninguna relación real entre trabajo-esfuerzo y mejora de la calidad de vida. No la ven porque efectivamente no es así: acceden a trabajos precarios, son utilizados y tienen muy claro que el que vende droga o está vinculado con la política es el que realmente mejora en el barrio.

»El 30 por ciento de las madres son menores de 24 años en Argentina, muchos de estos pibes son padres a la vez. (...) El chico está hacinado en la casa, se va a la esquina porque ahí está mejor, empieza a consumir porque todos lo hacen. Es la forma de integrarse a la red del barrio. A partir de ahí empieza con problemas de adicción, de salud, pero también de endeudamiento (empieza a deber plata). Y se completa con algún vivo que se le acerca para proponerle cualquier idea para cancelar esa deuda y el resto que lo ‘marcamos’ diciendo estos pibes son la causa de la inseguridad. (...) La policía y la Justicia ayudan a complicar la cosa. La sensación que todos tienen es que detrás de la estructura del delito están la policía y la Justicia de manera directa, o simplemente miran para el costado y dejan que todo pase. En la provincia de Buenos Aires ha habido un problema adicional este año y es que desapareció el presupuesto para hogares, programas sociales, comedores escolares» (intercambio escrito con el cronista).



Julián Axat
defensor Penal Juvenil:

«La imagen de grupos adolescentes irrumpiendo en supermercados a saquearlos con cierta capacidad de coordinación y repliegue no huele a espontánea, y habla de otra de las formas o modalidades en las que aparece –en estos tiempos– el reclutamiento juvenil. Las imágenes muestran a gran cantidad de jóvenes en un mismo espacio, moviéndose sin tomar demasiada distancia entre sí, chocan con las fuerzas de seguridad en grupo, avanzan y retroceden. El mismo patrón, en varios lugares del país, con escasa diferencia de tiempo.  

»La Argentina no posee el problema de las maras centroamericanas. La idea de ‘pandilla’ autóctona es la de los ‘pibes en banda’, una suerte de composición aleatoria más funcional al reclutamiento, por menos pertenencia y autodefinición. Trayectorias con identidad más débiles, por lo tanto más propensas al aprovechamiento policial, al narcotráfico, a los barrabravas, o de esbirros políticos o parasindicales.

»Negar las tramas de reclutamiento, es negar la forma en la que se va perfilando, en el contexto sociológico, un tipo de criminalidad que excede la idea de amateurismo delincuencial. En todo caso, la sociología habla de un ‘bardo flotante’ compuesto por subculturas y trayectorias de adolescentes pertenecientes a zonas de vida diezmadas por un contexto de degradación histórica heredado, en el que ciertas capas juveniles se mueven a toda velocidad reproduciendo un capital de violencia y energía tosco, que irrumpe como aislado delito amateur. Otras veces, sin llegar a profesionalizarse, es organizado-gestionado por ‘otros’ que lo pagan sin exponerse. (...) Hace varios años que se habla de reclutamiento de menores para el delito, pero nunca se termina de apreciar profundamente el fenómeno. Hay que traspasar la negación epistemológica entrenada en ver la punta del iceberg de la delincuencia juvenil, donde la tercerización del delito es día a día y desaparece por tramas de discurso hegemónico que la niega: ya sea por demagogia punitiva, o por romanticismo bienpensante. Una política social que aborda estas problemáticas depende del diseño de nuevas herramientas de análisis cuantitativas y cualitativas. Democratizar las burocracias policiales que conviven en esos territorios también resulta imprescindible». (Extractos de un post publicado en http://elniniorizoma.wordpress.com/)






sábado, 22 de diciembre de 2012

MI RELATO, TU RELATO, EL RELATO DE ELLOS









Saqueos eran los de antes, los de ahora dicen otra cosa porque está claro que no son espontáneos y que les cuesta mucho extenderse por fuera de los grupos influenciados por los organizadores. Estos saqueos quieren construir un relato, como se dice ahora, aunque la palabra relato se usa para cualquier cosa, en especial para desacreditar. Se equipara relato con ficción. En realidad el relato es la forma en que cada quien describe la realidad y relata lo que sucede. Y esa forma es esencialmente política, ideológica, social, étnica, clasista o profesionalista, pero sobre todo, política. El relato es político y se construye a partir de los valores que prioriza quien lo construye, por eso puede haber más de uno sobre el mismo suceso.

¿Cuál es el relato que sugieren los saqueos? Hay uno que quiere subrayar la descripción de una situación de hambruna similar a la del 2001. Y hay otro que enumera la Asignación Universal por Hijo que reciben millones de personas, la incorporación de tres millones de jubilados que habían quedado fuera del sistema previsional y la creación de cinco millones de puestos de trabajo, y dice que, con esas medidas, la situación no puede equipararse a la de 2001. Los primeros saqueos en el 2001 no fueron espontáneos, como tampoco lo son éstos. Pero en el 2001 se combinaron con una situación económica explosiva y se extendieron. Los saqueos de estos días muestran más la intención de desgastar y desestabilizar que de resolver un problema de hambre, y además quedan focalizados. En el 2001 se podía ver a familias llevando bolsas de arroz y cajas de fideos. El jueves, en Bariloche, los muchachos se llevaban televisores y equipos musicales y quemaban los automóviles de los empleados del súper. En Campana hay detenidos de la barra brava de Villa Dálmine y del Sindicato de Camioneros. En Neuquén hay un detenido de ATE. El Gobierno acusa a estos sectores de la oposición de inducir a estas acciones. Y estos sectores acusan al Gobierno. Son dos relatos muy antagonizados porque están referidos a un punto límite. Pero en ningún tema, hasta en los más insospechados, hay unanimidad.

Por ejemplo, cuando la Fragata Libertad fue retenida y embargada en el puerto de Tema, en Ghana, a partir del reclamo judicial de un fondo buitre, hubo dos formas de contar el suceso. Los grandes medios y los caceroleros responsabilizaron al gobierno nacional por la situación del buque escuela. Pero desde el kirchnerismo se apuntó contra los fondos buitre.

El relato de los grandes medios y de los caceroleros no solamente estaba interesado en llamar la atención sobre la responsabilidad del Gobierno. Esa fue la actitud más consciente en la construcción de ese relato. La parte menos visible fue la que evitó responsabilizar a los fondos buitre. Tiene una lógica, porque desde este mismo sector se planteó que había que pagarles y se convocó a crear un fondo patriótico con esta finalidad. Si el que tiene la culpa es el Gobierno según este relato, los fondos buitre tienen razón. Y si tienen razón hay que pagarles, por lo menos para que suelten la fragata. Si se va más atrás en esta lógica: si estos fondos tienen razón, no la tuvo el Gobierno cuando negoció una quita del 70 por ciento de la deuda y tendría que haberla pagado completa.

En este relato, que se asienta en una reivindicación patriótica por el simbolismo del buque, está latente el respaldo a la forma en que se generó la vieja deuda y, en general, el diseño de esa lógica es similar al discurso patriótico de las dictaduras militares que lo formulaban al mismo tiempo que condenaban al país a una dependencia cada vez más estrecha de los organismos financieros internacionales.

El relato del kirchnerismo se ató más a la lógica de repudio al proceso de endeudamiento, a los fundamentos de la negociación que llevó adelante Néstor Kirchner y a su disputa con los fondos buitre, a los que ve como una consecuencia perversa de ese proceso. Por eso rechazó cualquier posibilidad de pagarles y prefirió la vía judicial ante el Tribunal del Mar, que finalmente dictaminó a favor de la Argentina, lo que obligó al gobierno de Ghana a liberar la fragata.

Al relato de los grandes medios le interesa destacar que esto les pasa a los argentinos por el gobierno que tienen. Lo cual es cierto. Pero ese breve enunciado implica todo lo demás en relación con la deuda externa, e inclusive en relación con el concepto de patriotismo. Si se gobernara con los criterios del relato cacerolero granmediático, es probable que a la fragata no le hubiera pasado nada, pero la Argentina estaría enterrada en la crisis infernal de la deuda externa, con miseria, exclusión y dependencia.

Hay una disputa también en el relato periodístico y lo mismo sucede en el plano judicial donde, de alguna manera, fallos y dictámenes se convierten en relatos donde el juez hilvana su visión de los sucesos. En este caso tienen parámetros, valores preestablecidos que tratan de limitar esa posible diversificación. Sin embargo, la larguísima batalla judicial por la ley de medios es una demostración de que puede haber relatos diferentes en la Justicia. Esa posibilidad también quedó expuesta en el controvertido fallo del tribunal de Tucumán que absolvió a todos los acusados en el caso de Marita Verón.

En el primer ejemplo, hay relatos diferentes: la Cámara Civil y Comercial y el juez Eduardo Carbone –que concedió la cautelar por tiempo indefinido a Clarín y después se jubiló–, por un lado. Y el juez Horacio Alfonso y la Corte, por el otro.

Aun dejando de lado cualquier sospecha de connivencias y otras situaciones irregulares, es evidente que el único mecanismo que puede explicar las decisiones de Carbone y de la Cámara es la idea de que la ley atenta contra la propiedad privada o contra la libertad de expresión. Pero en esa conclusión hay una carga política muy fuerte porque es imposible que eso se desprenda del texto en sí de una ley que ha sido estudiada y muy elogiada por los organismos especializados de la OEA y la ONU. Por lo tanto esos fallos contrarios a la ley surgirían necesariamente de una valoración del Gobierno. Algo así como que esta ley con otro gobierno sería correcta, pero con éste hasta el más cristiano se vuelve hereje. Por lo menos éste es el planteo de complicidad implícita que esos fallos tratan de buscar en esa parte de la sociedad que funciona con ese axioma. Es la parte de la sociedad de la que, desde el punto de vista social y cultural, también forman parte estos jueces. Hay un relato construido según esos valores que, de hecho y por el argumento que sea, termina favoreciendo a la falsa idea de mercados desregulados y con preeminencia de grupos económicos concentrados, o sea, el poder económico.

Es claro que ese relato se monta en esos implícitos porque el texto de la ley ha sido rigurosamente estudiado por organismos internacionales y porque es imposible negar que el Grupo Clarín ocupa una situación dominante en el mercado. La Corte, que la semana próxima se hará cargo del tema, ya se ha expedido contra las cautelares interminables y ha señalado que la ley no atenta contra la libertad de expresión, con lo cual apunta a un relato diferente al de Carbone y la Cámara.

Otro relato subyace en los fundamentos de la absolución de los acusados en el caso de Marita Verón. En el fallo se subestiman los testimonios de otras víctimas de trata y se los pone fuera del contexto que estaban sufriendo esas mujeres. En realidad, hay un menosprecio por esos testimonios porque no se las acepta como víctimas. Por el contrario: no hay nada menos valorado en una sociedad conservadora, que mujeres en situación de prostitución. Los jueces construyen su relato en el fallo desde esa valoración de hechos, circunstancias y protagonistas. El relato cambia si esas mujeres fueran consideradas como víctimas y por lo tanto testigos importantes del delito de trata que ellas mismas sufrieron.

Desde la oposición se critica al relato kirchnerista porque pinta que todo está bien, lo cual no es cierto. Desde el kirchnerismo se critica el relato de la oposición porque no reconoce nada de lo que se hizo en una gran cantidad de temas en los que ningún gobierno en varias décadas se había atrevido a intervenir. Lo cual también es cierto. En este punto, aunque los relatos son antagónicos, las críticas que se cruzan tienen razón. Hay coincidencia en esas críticas porque ambos están reconociendo que esos relatos no son ingenuos ni neutrales y constituyen visiones y argumentos políticos. Pero cuanto más se agudiza la disputa, esos relatos tienden a simplificarse y se esquematizan. En ese punto pierden los dos porque el relato, cualquiera de ellos, es atractivo en la medida en que explica lo que pasa y, si no lo hace, va perdiendo sustento. El relato es comunicación, cuenta algo, y para eso requiere una coherencia y un correlato con lo que sucede. Es más eficiente comunicar con simpleza, pero hay un punto en que la simplificación extrema empieza a destruir el relato.





miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL MIEDO









El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza. Si usted ama, tendrá sida. Si fuma, tendrá cancer. Si respira, tendrá contaminación. Si bebe, tendrá accidentes. Si come, tendrá colesterol. Si habla, tendrá desempleo. Si camina, tendrá violencia. Si piensa, tendrá angustia. Si duda, tendrá locura. Si siente, tendrá soledad.

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo. Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo. Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida. Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados. La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir. Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas. Las armas tienen miedo a la falta de guerras. Es el tiempo del miedo. Miedo de la mujer a la violencia del hombre. Miedo del hombre a la mujer sin miedo...



Eduardo Galeano
«Ventana sobre el miedo»









sábado, 8 de diciembre de 2012

FRENTE DE TORMENTA















La nena escuchaba el prónostico meteorológico en la radio, mientras miraba por la ventana cómo se inundaba la calle de casa, como un río salvaje en la ciudad de la furia neoliberal...



─ ¿Qué es un frente de tormenta, papi?



Los fallos del juez neoyorquino Thomas Griesa y el de la Cámara Civil y Comercial están cortados por la misma tijera. Una tijera que mostró el filo en el comunicado que hicieron conocer las asociaciones de magistrados como marco previo a las concesiones que se le hicieron al Grupo Clarín.

El fallo de la Cámara Civil y Comercial fue más allá de lo que esperaba la Corte y le dio a la megaempresa todo lo que exigía. Y lo mismo sucedió con Griesa que concedió a los fondos buitre todo lo que exigían. El filo de la ideología dura de esos fallos es que en ambos se ignoran los argumentos del Estado nacional. Sólo aparecen como sujetos de derecho las grandes empresas, la propiedad privada se convierte en el único principio a defender frente al interés público o el bien común que son despreciados o sólo tomados en cuenta como posible amenaza a los negocios. La concepción neoliberal de la economía y de la política toma cuerpo en la Justicia a través de estos fallos y sus consecuencias.

Una cosa lleva a la otra, porque por sobre todo aparece así la deformidad de una Justicia sometida a poderes fácticos. Una figura que ya era juzgada con ironía y desprecio en las letras criollas del siglo XIX y que nunca termina de ser superada.

La declaración de los magistrados que circuló en defensa de los jueces recusados por el Gobierno habla desde un pedestal que la Justicia argentina todavía no se ha ganado y que no lo hará en la medida en que permita actitudes falderas con los poderes fácticos.

Si hay algo de lo que podría estar orgulloso el ámbito de la Justicia argentina sería de los juicios a los viejos represores. Sin embargo, en su seno hubo más obstrucciones que respaldos a los reclamos de la sociedad durante más de 20 años para que fueran juzgadas las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.

Hay jueces meritorios en esa trayectoria, pero lo real es que los juicios finalmente sólo pudieron efectuarse por la decisión que se planteó desde el poder político. El texto de defensa corporativa que hicieron circular los magistrados el jueves de esta semana, poco antes de que se conociera el fallo de la Cámara Civil y Comercial, es muy similar a los ataques de la corporación judicial contra Néstor Kirchner cuando el ex presidente expresaba su indignación por la demora de los juicios.

Cada vez que Kirchner se pronunciaba en ese sentido, había jueces y abogados que le saltaban a la yugular. Decían que era una intromisión del Ejecutivo en el Poder Judicial. “Avasallar”, “ignorar”, “pisotear”, todo eso decían que hacía Kirchner cuando criticaba a la Justicia por esas demoras. La Cámara de Casación llegó a frenar más de 190 causas, algunas de ellas por tres años. Cínicamente, el ex titular de ese tribunal, Alfredo Bisordi, y el ex fiscal Romero Victorica responsabilizaron a los familiares de los desaparecidos por esos retrasos, lo que motivó una reacción furibunda de los organismos de derechos humanos y más críticas públicas del entonces presidente. Al final, Bisordi fue obligado a renunciar para no llegar al juicio político que se le empezaba a plantear en la Magistratura. Al poco tiempo renunció Romero Victorica. Bisordi se dedicó entonces a defender a represores como Luis Patti ya sin ocultar su absoluta parcialidad ideológica, que demostró que las presiones de Kirchner estaban justificadas y sirvieron para depurar el Poder Judicial.

Cuando renunció, nadie salió en defensa de Bisordi porque el ciclo de las dictaduras ya estaba lejano y anacrónico. Pero lo defendieron durante la disputa. Y, en todo caso, no fue desde el seno de la Justicia que se impulsó su alejamiento.

Así un tribunal, subordinado a un poder fáctico como fue durante décadas la corporación militar, obstaculizó durante años los juicios a los represores y cuando se lo cuestionaba surgía a coro la defensa de la corporación judicial. Igual que sucede ahora en relación con una causa que involucra a otro poder fáctico, como es el poder económico, en este caso el Grupo Clarín.

Cuando los jueces defienden a algunos de sus colegas que han sido recusados por participar en actividades de lobby de esa gran empresa, tienen que asumir también su propia responsabilidad por la imagen de la institución que integran. La acusación fue muy concreta. Y además se producía después de que habían salido a la luz las maniobras del juez Ricardo Recondo que, como miembro de la Magistratura, frenaba el proceso natural para la designación de jueces, y aprovechaba entonces, como integrante de la Cámara Civil y Comercial, para elegirlos a dedo. A favor de Clarín o en contra de la ley de medios, las acciones de Recondo pusieron bajo la lupa a todos los jueces que tenían que actuar en relación con esa causa. Y de allí surgieron las recusaciones.

Certal es una institución creada para realizar actividades de lobby a favor de las empresas de medios de comunicación. La hija del juez Recondo está a cargo de la parte argentina, donde tienen preeminencia los directores que provienen del multimedia local. En su declaración de principios, Certal dice que se dedica a esclarecer sobre la libertad de expresión en el continente. Obviamente nunca reconocerá que se trata del lobby empresario del sector, algo que es difícil de ocultar por su composición, por su financiamiento y por el tipo de actividades que realiza. La empresa puede organizar todo el lobby que se le ocurra. Pero los jueces tienen que cuidar su investidura y no mezclarse en estas actividades que involucran a una de las partes en litigio.

En función de esa estrategia, el Grupo Clarín, a través de sus múltiples negocios, también trabaja con gran cantidad de abogados de los principales estudios porteños. Esto genera vínculos familiares con funcionarios judiciales, lo cual también enturbia sus desempeños en causas ligadas con las empresas del grupo. El Estado usó este argumento para recusar a la jueza Graciela Medina. Finalmente la Cámara integrada por los jueces recusados pareció confirmar la veracidad de todas las recusaciones al emitir un fallo tan desequilibrado a favor de la megaempresa, una decisión tan desprolija que debería provocar la intervención de la Corte.

El fallo de la Cámara sirvió para demostrar, en todo caso, que el Estado no tiene influencia sobre la Justicia y que no puede decirse lo mismo del Grupo Clarín. O sea que la independencia de los jueces tiene más que ver con los poderes fácticos que con el Estado.

El Gobierno tiene un frente de tormenta muy fuerte con grandes corporaciones. Por un lado, está este litigio con el Grupo Clarín por la aplicación de la ley de medios que ya lleva tres años frenada por chicanas y cautelares. Por el otro lado, todavía está pendiente el fallo de la Cámara de Nueva York por los fondos buitre. Y de la misma manera aguarda otro fallo del Tribunal del Mar por el embargo de la Fragata Libertad.

Este escenario se completa con una fuerte puja con las grandes potencias por el proteccionismo aduanero. El Gobierno denunció ante la Organización Mundial de Comercio a los Estados Unidos y a la Unión Europea por impedir el ingreso de productos argentinos. En la contraofensiva, Estados Unidos y la Unión Europea se pusieron de acuerdo para presentar a su vez una denuncia contra Argentina por prácticas proteccionistas. Son los efectos de la crisis. Si el Gobierno afloja en alguno de los dos sentidos, el desempleo aumentaría vertiginosamente. Son situaciones ríspidas provocadas por la crisis en las economías centrales que buscan de cualquier manera exportar esa crisis a la periferia. Brasil afrontó el asedio con medidas similares a las de Argentina.

En el plano interno, las grandes corporaciones que actúan contra el Gobierno junto con la presión de las grandes potencias encontraron aliados de hecho aparentemente insólitos en los sindicalistas Pablo Micheli, del ala opositora de la CTA, la CGT de Hugo Moyano y la CGT de Luis Barrionuevo, que anunciaron una movilización contra el Gobierno para el 19 de diciembre, una fecha que rememora la rebelión de 2001, en la que no participó ninguna de esas fuerzas. En este juego de equívocos, se supone que es un sector gremial que se expresa en forma combativa, pero en su afán opositor termina por alinearse de hecho junto a fuerzas que siempre han sostenido gobiernos contrarios a los trabajadores. Con un discurso contra las corporaciones, movilizan para desgastar a un gobierno que está en medio de una fuerte confrontación con ellas. Desde el Gobierno repiten el dicho: “Hablar es gratis, lo que vale es lo que se hace”. En este sentido, las luces de alarma están prendidas en el oficialismo y no por esta movilización, sino por la posibilidad de un esquema desestabilizador más amplio.

Algunos dirigentes del kirchnerismo prevén un verano agitado en el que se definirán las pujas con el Grupo Clarín y con los fondos buitre mientras la crisis mantiene una fuerte presión sobre la economía y temen que ese cuadro pueda ser aprovechado para generar situaciones de desestabilización.




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