Muchas de las fotos de este blog son de Ramiro Sisco con la comunidad Pilagá, en Las Lomitas, provincia de Formosa, Argentina.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Caperucita, Blancanieves, Pulgarcito







Llego aquí y el país está envuelto en una fiesta. Doscientos años de la aparición de los Cuentos Infantiles y Hogareños de los hermanos Grimm. Sí, algo para festejar, para alegrarse, para llevarles flores a esos dos bondadosos hermanos que concibieron nada menos que escribir cuentos para niños. Y los escribieron. Y estarán siempre en el recuerdo de todos.

Me acuerdo cuando mi padre nos trajo un libro con el increíble título y hermosos dibujos: Cuentos para niños. No podíamos creer. Desde ese día comencé a soñar, a mirar el mundo con otros ojos. Tenía siete años y vi que se me abría otro paisaje distinto en la vida. El de la imaginación, el de los sueños. Que había otro mundo. Que existían hadas, bosques, sueños, fantasías, que era posible navegar con la imaginación por todos lados y visitar todos los lugares escondidos. Personajes para soñar, para imitar. De pronto allí, la bondad descrita, el triunfo de los débiles: Caperucita Roja, Pulgarcito, la Cenicienta, la Bella Durmiente..., la Madre Nieve, el Sastrecillo valiente... Vuelven a mí los personajes que me acompañaron en los sueños de toda la infancia.

Fue la mejor escuela. Y también recuerdo cuando mi padre me llevó a la biblioteca de Belgrano por primera vez. Había una habitación con libros de cuentos para niños... Ahí estaban también los de Andersen, los de Perrault... No lo podía creer. Recorrer las tapas con los ojos sorprendidos y la boca que no podía cerrar de pura sorpresa. “Ya no es necesario jugar”, me dije, con un libro de ésos bastaba y sobraba para pasarla bien, gozar, jugar con los personajes y, principalmente, soñar. Esos libros me hicieron aprender a soñar. Sí, y lo dicen los hermanos Grimm en el prólogo de su libro en los Cuentos para niños: “Toda poesía legítima tiene valor cuando demuestra que no puede ser sin estar relacionada con la vida. Porque ella se ha originado en esa vida y regresa de nuevo hacia ella. Como las nubes hacia su lugar de nacimiento luego de que han regado la tierra”.

Así de profundos eran. Como en su búsqueda de los cuentos infantiles. Se basaron en todas las leyendas que contaban las abuelitas en los lugares más alejados. Querían salvar así una tradición que podría perderse con el tiempo. Y ahí quedaron. Hace doscientos años, en 1812, apareció la primera edición de sus Cuentos para niños y salieron 900 ejemplares a la luz. Mientras tanto se han traducido a 170 idiomas y es sin duda uno de los libros más editados en la historia del ser humano.

Los hermanos Grimm nacieron en 1785 y 1786 en Hanau, una pequeña ciudad en el estado de Hesse, en Alemania. Y son autores también del primer diccionario de esa lengua.

En su ciudad natal se levanta un artístico monumento a la memoria de ellos en la plaza central. Feliz una ciudad que tiene un monumento nada menos que a los autores de un libro de cuentos para niños y no a un hombre con armas o a alguien que usó del poder para llegar a la fama. Un ejemplo para aprender. Porque además, como reconocimiento a quienes nos trajeron desde chicos personajes para soñar, divertirnos o aprender, se ha diseñado en este país un circuito verdaderamente extraordinario: “La ruta de los cuentos alemanes”. Se parte desde Bremen, donde en el centro de la ciudad se representan cuentos de esos autores. De allí a las ruinas del castillo de Everstein, donde se representa el cuento La Cenicienta. Y de allí se pasa por doce lugares escenarios de esos relatos, donde se van representando los más conocidos cuentos de los hermanos Grimm. Hasta llegar a Hanau, su lugar de nacimiento, donde se termina con un festival del cuento infantil.

Mismo en la ciudad de Hanau se proyecta construir un museo llamado El mundo de los hermanos Grimm, en el cual se expondrán todos los ecos mundiales que tuvieron sus cuentos, los dibujos en interpretaciones distintas de sus personajes, los iconos, estatuillas, las diversas ediciones mundiales de sus libros. Va a ser un centro verdadero, además, de la literatura infantil y de todos sus progresos y distintas direcciones artísticas que tomaron sus personajes desde que fueron creados.

–Buenos días, Caperucita Roja –la saludó el Lobo.

–Muchas gracias, Lobo.

–¿A dónde va, tan temprano ya afuera, Caperucita?

–Voy a visitar a mi abuelita.

–¿Qué llevas debajo del delantal?

–Torta y vino, ayer nosotras amasamos y ahora tengo que llevárselos a la abuela enferma y débil para que se mejore y se ponga fuerte...

Así comienza el diálogo entre Caperucita y el Lobo que terminará cuando el Lobo le responde a la pregunta de ella: “¿Por qué tienes una boca tan grande?”, nada menos que con estas palabras: “Para comerte mejor”.

Pero en todos los cuentos de los Grimm triunfarán finalmente siempre los más débiles y los más inocentes, dejándonos una moraleja.

En nuestro recuerdo van desfilando. La Cenicienta, El Sastrecillo valiente, El Gato con botas, Hänsel y Gretel, La Bella durmiente, Blancanieves y los siete enanitos, La zorra y los gansos... y tantos otros.

Günther Grass, el Premio Nobel de Literatura, ha escrito un libro inolvidable, pleno de cariño y admiración. Se llama Las palabras de los Grimm, y lleva este subtítulo: “Una declaración de amor”. Y termina su libro describiendo la Alemania derrotada después de 1945. Todo es destrozo y ruina, dolor, el resultado de la estupidez humana que nada ha aprendido a pesar de sus experiencias, guerras perdidas, millones de jóvenes muertos, madres desoladas, niños que nos miran. Un paseo final que pueden dar un siglo y medio después esos dos sabios hombres llamados los hermanos Grimm. Con sus cuentos infantiles y sus metáforas bien escondidas pero siempre presentes. Hubiera sido por demás mordaz si en ese escenario se hubiesen encontrado los hermanos Grimm con el filósofo Kant, llevando éste en sus manos un ensayo sobre “La Paz eterna”. Y después de ello decidieran hacer una visita de consulta a Freud.

Y volvemos a remarcar los cuentos infantiles. Ahí están las semillas de las ilusiones y de la curiosidad. Para que crezca una planta bien verde y de coloridas flores. Escuelas con los nombres de los hermanos Grimm y sus personajes. Caminos para entrar en los sueños. Pensar más en los niños, en el futuro. Blancanieves nos espera, Caperucita Roja nos trae ilusiones, Pulgarcito nos muestra sonriente los lados de la bondad y el participar, el Gato con botas no se hace ya el mandón sino que recorta pedacitos de pan para las lauchitas, la Bella durmiente nos habla de lo que puede significar el amor eterno.

Soñar, por lo menos, los domingos al atardecer.



(desde Bonn, Alemania)

domingo, 23 de diciembre de 2012

LOS PIBES DE LA ESQUINA





El hacinamiento urbano es un drama cotidiano para millones de argentinos. Fomenta la violencia familiar, los vejámenes a las mujeres. El ansia de salirse seguramente impacta en los embarazos adolescentes que también incluyen la búsqueda de un proyecto de vida. Los pibes de los barrios más humildes, muchos de los cuales ni estudian ni trabajan, se evaden como pueden de la asfixia. Van a la esquina, se agrupan, constituyen un fenómeno social que muchos perciben y para los que hay pocas soluciones.
En estas horas de zozobra, se dejaron ver.

Hasta acá habla el cronista. Ahora cede la voz a otros, a quienes reconoce conocimiento y saberes. Y las propala, como un aporte (siempre parcial y opinable) para avistar realidades emergentes y complejas.
Dos dirigentes kirchneristas del conurbano, de los que se reserva el nombre y cuyos testimonios se sintetizan: “Primero hubo organizaciones, con cuadros que las conducían. Había pibes entre ellos. Después se expandió. Los pibes de la esquina siempre se suman cuando hay bardo. Lo que pasó nos tomó de sorpresa y debe preocuparnos. Nos dormimos, como marmotas. Siempre hay anuncios en los barrios, no supimos verlos”.




Daniel Arroyo

sociólogo, ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación y ex ministro en la provincia de Buenos Aires:

«La forma de los saqueos ha sido rara. Sin dudas, ha habido agitadores detrás. Pero hicieron pie en problemas sociales reales. Los planes sociales mejoran la situación, dan una base de ingreso y de consumo. La Asignación Universal por Hijo son 16.000 millones de pesos al año. ‘Mensualiza’ la cabeza de las personas (uno sabe que tal día va a cobrar los $ 340 por hijo y eso le permite organizarse). Pero la inflación está complicando las cosas, no queda claro cuánto se necesita para vivir en el mes. Hay muchísima gente sobreendeudada en ‘Efectivo ya - Crédito fácil’. Hay más motitos, más consumo y menos billetes en los barrios. (...) La situación de los jóvenes está claramente dividida en dos. Una parte se ha reenganchado con la política (sobre todo de clase media), siente que está transformando las cosas y eso les da un espíritu de cuerpo impresionante. El grueso de los jóvenes está fuera de eso.

»Hay 900.000 de 16 a 24 años que ni estudian ni trabajan, de los cuales la mitad está en el conurbano. Realmente están afuera de todo, no creen en la política ni en las organizaciones barriales. Respetan un poco la escuela como institución pero sienten que lo que aprenden ahí no tiene ninguna relación con la vida. Se organizan en bandas, lo que les da cohesión y, a su vez, ayuda a estigmatizarlos más. No ven ninguna relación real entre trabajo-esfuerzo y mejora de la calidad de vida. No la ven porque efectivamente no es así: acceden a trabajos precarios, son utilizados y tienen muy claro que el que vende droga o está vinculado con la política es el que realmente mejora en el barrio.

»El 30 por ciento de las madres son menores de 24 años en Argentina, muchos de estos pibes son padres a la vez. (...) El chico está hacinado en la casa, se va a la esquina porque ahí está mejor, empieza a consumir porque todos lo hacen. Es la forma de integrarse a la red del barrio. A partir de ahí empieza con problemas de adicción, de salud, pero también de endeudamiento (empieza a deber plata). Y se completa con algún vivo que se le acerca para proponerle cualquier idea para cancelar esa deuda y el resto que lo ‘marcamos’ diciendo estos pibes son la causa de la inseguridad. (...) La policía y la Justicia ayudan a complicar la cosa. La sensación que todos tienen es que detrás de la estructura del delito están la policía y la Justicia de manera directa, o simplemente miran para el costado y dejan que todo pase. En la provincia de Buenos Aires ha habido un problema adicional este año y es que desapareció el presupuesto para hogares, programas sociales, comedores escolares» (intercambio escrito con el cronista).



Julián Axat
defensor Penal Juvenil:

«La imagen de grupos adolescentes irrumpiendo en supermercados a saquearlos con cierta capacidad de coordinación y repliegue no huele a espontánea, y habla de otra de las formas o modalidades en las que aparece –en estos tiempos– el reclutamiento juvenil. Las imágenes muestran a gran cantidad de jóvenes en un mismo espacio, moviéndose sin tomar demasiada distancia entre sí, chocan con las fuerzas de seguridad en grupo, avanzan y retroceden. El mismo patrón, en varios lugares del país, con escasa diferencia de tiempo.  

»La Argentina no posee el problema de las maras centroamericanas. La idea de ‘pandilla’ autóctona es la de los ‘pibes en banda’, una suerte de composición aleatoria más funcional al reclutamiento, por menos pertenencia y autodefinición. Trayectorias con identidad más débiles, por lo tanto más propensas al aprovechamiento policial, al narcotráfico, a los barrabravas, o de esbirros políticos o parasindicales.

»Negar las tramas de reclutamiento, es negar la forma en la que se va perfilando, en el contexto sociológico, un tipo de criminalidad que excede la idea de amateurismo delincuencial. En todo caso, la sociología habla de un ‘bardo flotante’ compuesto por subculturas y trayectorias de adolescentes pertenecientes a zonas de vida diezmadas por un contexto de degradación histórica heredado, en el que ciertas capas juveniles se mueven a toda velocidad reproduciendo un capital de violencia y energía tosco, que irrumpe como aislado delito amateur. Otras veces, sin llegar a profesionalizarse, es organizado-gestionado por ‘otros’ que lo pagan sin exponerse. (...) Hace varios años que se habla de reclutamiento de menores para el delito, pero nunca se termina de apreciar profundamente el fenómeno. Hay que traspasar la negación epistemológica entrenada en ver la punta del iceberg de la delincuencia juvenil, donde la tercerización del delito es día a día y desaparece por tramas de discurso hegemónico que la niega: ya sea por demagogia punitiva, o por romanticismo bienpensante. Una política social que aborda estas problemáticas depende del diseño de nuevas herramientas de análisis cuantitativas y cualitativas. Democratizar las burocracias policiales que conviven en esos territorios también resulta imprescindible». (Extractos de un post publicado en http://elniniorizoma.wordpress.com/)






sábado, 22 de diciembre de 2012

MI RELATO, TU RELATO, EL RELATO DE ELLOS









Saqueos eran los de antes, los de ahora dicen otra cosa porque está claro que no son espontáneos y que les cuesta mucho extenderse por fuera de los grupos influenciados por los organizadores. Estos saqueos quieren construir un relato, como se dice ahora, aunque la palabra relato se usa para cualquier cosa, en especial para desacreditar. Se equipara relato con ficción. En realidad el relato es la forma en que cada quien describe la realidad y relata lo que sucede. Y esa forma es esencialmente política, ideológica, social, étnica, clasista o profesionalista, pero sobre todo, política. El relato es político y se construye a partir de los valores que prioriza quien lo construye, por eso puede haber más de uno sobre el mismo suceso.

¿Cuál es el relato que sugieren los saqueos? Hay uno que quiere subrayar la descripción de una situación de hambruna similar a la del 2001. Y hay otro que enumera la Asignación Universal por Hijo que reciben millones de personas, la incorporación de tres millones de jubilados que habían quedado fuera del sistema previsional y la creación de cinco millones de puestos de trabajo, y dice que, con esas medidas, la situación no puede equipararse a la de 2001. Los primeros saqueos en el 2001 no fueron espontáneos, como tampoco lo son éstos. Pero en el 2001 se combinaron con una situación económica explosiva y se extendieron. Los saqueos de estos días muestran más la intención de desgastar y desestabilizar que de resolver un problema de hambre, y además quedan focalizados. En el 2001 se podía ver a familias llevando bolsas de arroz y cajas de fideos. El jueves, en Bariloche, los muchachos se llevaban televisores y equipos musicales y quemaban los automóviles de los empleados del súper. En Campana hay detenidos de la barra brava de Villa Dálmine y del Sindicato de Camioneros. En Neuquén hay un detenido de ATE. El Gobierno acusa a estos sectores de la oposición de inducir a estas acciones. Y estos sectores acusan al Gobierno. Son dos relatos muy antagonizados porque están referidos a un punto límite. Pero en ningún tema, hasta en los más insospechados, hay unanimidad.

Por ejemplo, cuando la Fragata Libertad fue retenida y embargada en el puerto de Tema, en Ghana, a partir del reclamo judicial de un fondo buitre, hubo dos formas de contar el suceso. Los grandes medios y los caceroleros responsabilizaron al gobierno nacional por la situación del buque escuela. Pero desde el kirchnerismo se apuntó contra los fondos buitre.

El relato de los grandes medios y de los caceroleros no solamente estaba interesado en llamar la atención sobre la responsabilidad del Gobierno. Esa fue la actitud más consciente en la construcción de ese relato. La parte menos visible fue la que evitó responsabilizar a los fondos buitre. Tiene una lógica, porque desde este mismo sector se planteó que había que pagarles y se convocó a crear un fondo patriótico con esta finalidad. Si el que tiene la culpa es el Gobierno según este relato, los fondos buitre tienen razón. Y si tienen razón hay que pagarles, por lo menos para que suelten la fragata. Si se va más atrás en esta lógica: si estos fondos tienen razón, no la tuvo el Gobierno cuando negoció una quita del 70 por ciento de la deuda y tendría que haberla pagado completa.

En este relato, que se asienta en una reivindicación patriótica por el simbolismo del buque, está latente el respaldo a la forma en que se generó la vieja deuda y, en general, el diseño de esa lógica es similar al discurso patriótico de las dictaduras militares que lo formulaban al mismo tiempo que condenaban al país a una dependencia cada vez más estrecha de los organismos financieros internacionales.

El relato del kirchnerismo se ató más a la lógica de repudio al proceso de endeudamiento, a los fundamentos de la negociación que llevó adelante Néstor Kirchner y a su disputa con los fondos buitre, a los que ve como una consecuencia perversa de ese proceso. Por eso rechazó cualquier posibilidad de pagarles y prefirió la vía judicial ante el Tribunal del Mar, que finalmente dictaminó a favor de la Argentina, lo que obligó al gobierno de Ghana a liberar la fragata.

Al relato de los grandes medios le interesa destacar que esto les pasa a los argentinos por el gobierno que tienen. Lo cual es cierto. Pero ese breve enunciado implica todo lo demás en relación con la deuda externa, e inclusive en relación con el concepto de patriotismo. Si se gobernara con los criterios del relato cacerolero granmediático, es probable que a la fragata no le hubiera pasado nada, pero la Argentina estaría enterrada en la crisis infernal de la deuda externa, con miseria, exclusión y dependencia.

Hay una disputa también en el relato periodístico y lo mismo sucede en el plano judicial donde, de alguna manera, fallos y dictámenes se convierten en relatos donde el juez hilvana su visión de los sucesos. En este caso tienen parámetros, valores preestablecidos que tratan de limitar esa posible diversificación. Sin embargo, la larguísima batalla judicial por la ley de medios es una demostración de que puede haber relatos diferentes en la Justicia. Esa posibilidad también quedó expuesta en el controvertido fallo del tribunal de Tucumán que absolvió a todos los acusados en el caso de Marita Verón.

En el primer ejemplo, hay relatos diferentes: la Cámara Civil y Comercial y el juez Eduardo Carbone –que concedió la cautelar por tiempo indefinido a Clarín y después se jubiló–, por un lado. Y el juez Horacio Alfonso y la Corte, por el otro.

Aun dejando de lado cualquier sospecha de connivencias y otras situaciones irregulares, es evidente que el único mecanismo que puede explicar las decisiones de Carbone y de la Cámara es la idea de que la ley atenta contra la propiedad privada o contra la libertad de expresión. Pero en esa conclusión hay una carga política muy fuerte porque es imposible que eso se desprenda del texto en sí de una ley que ha sido estudiada y muy elogiada por los organismos especializados de la OEA y la ONU. Por lo tanto esos fallos contrarios a la ley surgirían necesariamente de una valoración del Gobierno. Algo así como que esta ley con otro gobierno sería correcta, pero con éste hasta el más cristiano se vuelve hereje. Por lo menos éste es el planteo de complicidad implícita que esos fallos tratan de buscar en esa parte de la sociedad que funciona con ese axioma. Es la parte de la sociedad de la que, desde el punto de vista social y cultural, también forman parte estos jueces. Hay un relato construido según esos valores que, de hecho y por el argumento que sea, termina favoreciendo a la falsa idea de mercados desregulados y con preeminencia de grupos económicos concentrados, o sea, el poder económico.

Es claro que ese relato se monta en esos implícitos porque el texto de la ley ha sido rigurosamente estudiado por organismos internacionales y porque es imposible negar que el Grupo Clarín ocupa una situación dominante en el mercado. La Corte, que la semana próxima se hará cargo del tema, ya se ha expedido contra las cautelares interminables y ha señalado que la ley no atenta contra la libertad de expresión, con lo cual apunta a un relato diferente al de Carbone y la Cámara.

Otro relato subyace en los fundamentos de la absolución de los acusados en el caso de Marita Verón. En el fallo se subestiman los testimonios de otras víctimas de trata y se los pone fuera del contexto que estaban sufriendo esas mujeres. En realidad, hay un menosprecio por esos testimonios porque no se las acepta como víctimas. Por el contrario: no hay nada menos valorado en una sociedad conservadora, que mujeres en situación de prostitución. Los jueces construyen su relato en el fallo desde esa valoración de hechos, circunstancias y protagonistas. El relato cambia si esas mujeres fueran consideradas como víctimas y por lo tanto testigos importantes del delito de trata que ellas mismas sufrieron.

Desde la oposición se critica al relato kirchnerista porque pinta que todo está bien, lo cual no es cierto. Desde el kirchnerismo se critica el relato de la oposición porque no reconoce nada de lo que se hizo en una gran cantidad de temas en los que ningún gobierno en varias décadas se había atrevido a intervenir. Lo cual también es cierto. En este punto, aunque los relatos son antagónicos, las críticas que se cruzan tienen razón. Hay coincidencia en esas críticas porque ambos están reconociendo que esos relatos no son ingenuos ni neutrales y constituyen visiones y argumentos políticos. Pero cuanto más se agudiza la disputa, esos relatos tienden a simplificarse y se esquematizan. En ese punto pierden los dos porque el relato, cualquiera de ellos, es atractivo en la medida en que explica lo que pasa y, si no lo hace, va perdiendo sustento. El relato es comunicación, cuenta algo, y para eso requiere una coherencia y un correlato con lo que sucede. Es más eficiente comunicar con simpleza, pero hay un punto en que la simplificación extrema empieza a destruir el relato.





miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL MIEDO









El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza. Si usted ama, tendrá sida. Si fuma, tendrá cancer. Si respira, tendrá contaminación. Si bebe, tendrá accidentes. Si come, tendrá colesterol. Si habla, tendrá desempleo. Si camina, tendrá violencia. Si piensa, tendrá angustia. Si duda, tendrá locura. Si siente, tendrá soledad.

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo. Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo. Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida. Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados. La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir. Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas. Las armas tienen miedo a la falta de guerras. Es el tiempo del miedo. Miedo de la mujer a la violencia del hombre. Miedo del hombre a la mujer sin miedo...



Eduardo Galeano
«Ventana sobre el miedo»









sábado, 8 de diciembre de 2012

FRENTE DE TORMENTA















La nena escuchaba el prónostico meteorológico en la radio, mientras miraba por la ventana cómo se inundaba la calle de casa, como un río salvaje en la ciudad de la furia neoliberal...



─ ¿Qué es un frente de tormenta, papi?



Los fallos del juez neoyorquino Thomas Griesa y el de la Cámara Civil y Comercial están cortados por la misma tijera. Una tijera que mostró el filo en el comunicado que hicieron conocer las asociaciones de magistrados como marco previo a las concesiones que se le hicieron al Grupo Clarín.

El fallo de la Cámara Civil y Comercial fue más allá de lo que esperaba la Corte y le dio a la megaempresa todo lo que exigía. Y lo mismo sucedió con Griesa que concedió a los fondos buitre todo lo que exigían. El filo de la ideología dura de esos fallos es que en ambos se ignoran los argumentos del Estado nacional. Sólo aparecen como sujetos de derecho las grandes empresas, la propiedad privada se convierte en el único principio a defender frente al interés público o el bien común que son despreciados o sólo tomados en cuenta como posible amenaza a los negocios. La concepción neoliberal de la economía y de la política toma cuerpo en la Justicia a través de estos fallos y sus consecuencias.

Una cosa lleva a la otra, porque por sobre todo aparece así la deformidad de una Justicia sometida a poderes fácticos. Una figura que ya era juzgada con ironía y desprecio en las letras criollas del siglo XIX y que nunca termina de ser superada.

La declaración de los magistrados que circuló en defensa de los jueces recusados por el Gobierno habla desde un pedestal que la Justicia argentina todavía no se ha ganado y que no lo hará en la medida en que permita actitudes falderas con los poderes fácticos.

Si hay algo de lo que podría estar orgulloso el ámbito de la Justicia argentina sería de los juicios a los viejos represores. Sin embargo, en su seno hubo más obstrucciones que respaldos a los reclamos de la sociedad durante más de 20 años para que fueran juzgadas las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.

Hay jueces meritorios en esa trayectoria, pero lo real es que los juicios finalmente sólo pudieron efectuarse por la decisión que se planteó desde el poder político. El texto de defensa corporativa que hicieron circular los magistrados el jueves de esta semana, poco antes de que se conociera el fallo de la Cámara Civil y Comercial, es muy similar a los ataques de la corporación judicial contra Néstor Kirchner cuando el ex presidente expresaba su indignación por la demora de los juicios.

Cada vez que Kirchner se pronunciaba en ese sentido, había jueces y abogados que le saltaban a la yugular. Decían que era una intromisión del Ejecutivo en el Poder Judicial. “Avasallar”, “ignorar”, “pisotear”, todo eso decían que hacía Kirchner cuando criticaba a la Justicia por esas demoras. La Cámara de Casación llegó a frenar más de 190 causas, algunas de ellas por tres años. Cínicamente, el ex titular de ese tribunal, Alfredo Bisordi, y el ex fiscal Romero Victorica responsabilizaron a los familiares de los desaparecidos por esos retrasos, lo que motivó una reacción furibunda de los organismos de derechos humanos y más críticas públicas del entonces presidente. Al final, Bisordi fue obligado a renunciar para no llegar al juicio político que se le empezaba a plantear en la Magistratura. Al poco tiempo renunció Romero Victorica. Bisordi se dedicó entonces a defender a represores como Luis Patti ya sin ocultar su absoluta parcialidad ideológica, que demostró que las presiones de Kirchner estaban justificadas y sirvieron para depurar el Poder Judicial.

Cuando renunció, nadie salió en defensa de Bisordi porque el ciclo de las dictaduras ya estaba lejano y anacrónico. Pero lo defendieron durante la disputa. Y, en todo caso, no fue desde el seno de la Justicia que se impulsó su alejamiento.

Así un tribunal, subordinado a un poder fáctico como fue durante décadas la corporación militar, obstaculizó durante años los juicios a los represores y cuando se lo cuestionaba surgía a coro la defensa de la corporación judicial. Igual que sucede ahora en relación con una causa que involucra a otro poder fáctico, como es el poder económico, en este caso el Grupo Clarín.

Cuando los jueces defienden a algunos de sus colegas que han sido recusados por participar en actividades de lobby de esa gran empresa, tienen que asumir también su propia responsabilidad por la imagen de la institución que integran. La acusación fue muy concreta. Y además se producía después de que habían salido a la luz las maniobras del juez Ricardo Recondo que, como miembro de la Magistratura, frenaba el proceso natural para la designación de jueces, y aprovechaba entonces, como integrante de la Cámara Civil y Comercial, para elegirlos a dedo. A favor de Clarín o en contra de la ley de medios, las acciones de Recondo pusieron bajo la lupa a todos los jueces que tenían que actuar en relación con esa causa. Y de allí surgieron las recusaciones.

Certal es una institución creada para realizar actividades de lobby a favor de las empresas de medios de comunicación. La hija del juez Recondo está a cargo de la parte argentina, donde tienen preeminencia los directores que provienen del multimedia local. En su declaración de principios, Certal dice que se dedica a esclarecer sobre la libertad de expresión en el continente. Obviamente nunca reconocerá que se trata del lobby empresario del sector, algo que es difícil de ocultar por su composición, por su financiamiento y por el tipo de actividades que realiza. La empresa puede organizar todo el lobby que se le ocurra. Pero los jueces tienen que cuidar su investidura y no mezclarse en estas actividades que involucran a una de las partes en litigio.

En función de esa estrategia, el Grupo Clarín, a través de sus múltiples negocios, también trabaja con gran cantidad de abogados de los principales estudios porteños. Esto genera vínculos familiares con funcionarios judiciales, lo cual también enturbia sus desempeños en causas ligadas con las empresas del grupo. El Estado usó este argumento para recusar a la jueza Graciela Medina. Finalmente la Cámara integrada por los jueces recusados pareció confirmar la veracidad de todas las recusaciones al emitir un fallo tan desequilibrado a favor de la megaempresa, una decisión tan desprolija que debería provocar la intervención de la Corte.

El fallo de la Cámara sirvió para demostrar, en todo caso, que el Estado no tiene influencia sobre la Justicia y que no puede decirse lo mismo del Grupo Clarín. O sea que la independencia de los jueces tiene más que ver con los poderes fácticos que con el Estado.

El Gobierno tiene un frente de tormenta muy fuerte con grandes corporaciones. Por un lado, está este litigio con el Grupo Clarín por la aplicación de la ley de medios que ya lleva tres años frenada por chicanas y cautelares. Por el otro lado, todavía está pendiente el fallo de la Cámara de Nueva York por los fondos buitre. Y de la misma manera aguarda otro fallo del Tribunal del Mar por el embargo de la Fragata Libertad.

Este escenario se completa con una fuerte puja con las grandes potencias por el proteccionismo aduanero. El Gobierno denunció ante la Organización Mundial de Comercio a los Estados Unidos y a la Unión Europea por impedir el ingreso de productos argentinos. En la contraofensiva, Estados Unidos y la Unión Europea se pusieron de acuerdo para presentar a su vez una denuncia contra Argentina por prácticas proteccionistas. Son los efectos de la crisis. Si el Gobierno afloja en alguno de los dos sentidos, el desempleo aumentaría vertiginosamente. Son situaciones ríspidas provocadas por la crisis en las economías centrales que buscan de cualquier manera exportar esa crisis a la periferia. Brasil afrontó el asedio con medidas similares a las de Argentina.

En el plano interno, las grandes corporaciones que actúan contra el Gobierno junto con la presión de las grandes potencias encontraron aliados de hecho aparentemente insólitos en los sindicalistas Pablo Micheli, del ala opositora de la CTA, la CGT de Hugo Moyano y la CGT de Luis Barrionuevo, que anunciaron una movilización contra el Gobierno para el 19 de diciembre, una fecha que rememora la rebelión de 2001, en la que no participó ninguna de esas fuerzas. En este juego de equívocos, se supone que es un sector gremial que se expresa en forma combativa, pero en su afán opositor termina por alinearse de hecho junto a fuerzas que siempre han sostenido gobiernos contrarios a los trabajadores. Con un discurso contra las corporaciones, movilizan para desgastar a un gobierno que está en medio de una fuerte confrontación con ellas. Desde el Gobierno repiten el dicho: “Hablar es gratis, lo que vale es lo que se hace”. En este sentido, las luces de alarma están prendidas en el oficialismo y no por esta movilización, sino por la posibilidad de un esquema desestabilizador más amplio.

Algunos dirigentes del kirchnerismo prevén un verano agitado en el que se definirán las pujas con el Grupo Clarín y con los fondos buitre mientras la crisis mantiene una fuerte presión sobre la economía y temen que ese cuadro pueda ser aprovechado para generar situaciones de desestabilización.




viernes, 30 de noviembre de 2012

LA NACIÓN Y NIK SON UN FRAUDE






























¡¡¡QUE FALTA DE RESPETO, QUE ATROPELLO A LA RAZÓN!!!

¡¡¡LA NACIÓN Y NIK PLAGIADORES!!!


Si todavía queda algún gaturro inocente que le cree a La Nación y a Nik, su dibujante estrella...

Pase, lea y vea: Atento el silencio guardado por el dibujante Cristian Dzwonik (a) Nik y el Diario La Nación a mi pedido de que se publicaran en forma conjunta la tira de la serie “Mafalda” y la de “Gaturro”, suplo tal omisión reproduciéndolas por este medio con el objeto de ponerlas a consideración de los lectores, manifestando públicamente mi desagrado por sus similitudes más que evidentes...


Joaquin S. Lavado
QUINO





domingo, 25 de noviembre de 2012

RADIOS ESCOLARES






La última entrega de los Premios Eter puso en escena no sólo el reconocimiento a aquellos programas, comunicadores y radios muy conocidos, considerados los mejores por el público, los especialistas o los colegas, sino también a una cantidad de emprendimientos gestados por fuera de lo masivo, pero cuyos alcances son destacados.

Uno de ellos fue el de las Radios Escolares, que llevan adelante desde hace un par de años el Ministerio de Educación de la Nación y la AFSCA, y que está dando voz, con frecuencias y equipos propios, además de previa capacitación, a chicos de escuelas secundarias de todo el país.

 Eduardo Aliverti, al entregar la distinción a este proyecto, lo definió como “una de las realizaciones más acabadas del espíritu de la nueva ley de medios de la democracia”. Y el relato concreto de las experiencias, llevadas adelante en zonas consideradas prioritarias, parece confirmar su apreciación.

Desde febrero, por ejemplo, funciona la Radio Topak (“Nuestra voz”), de la escuela bilingüe de Wichí-El Pintado, en El Impenetrable chaqueño. En este paraje no hay señal de teléfono –“sólo llegan mensajes, y a veces”–, y el colectivo a la ciudad más cercana, Castelli, tiene frecuencia semanal. Los chicos se quedan “albergados” en la escuela cada quince días, en diferentes grupos, porque sus casas pueden quedar a 15 o 20 kilómetros de distancia, monte adentro.  

Marilin Moreyra, que es profesora en Letras pero prefiere presentarse como “una apasionada de la educación popular”, describe con entusiasmo los resultados del proyecto: “Tener aquí una radio en wichí fue una verdadera revolución. No sólo para los pibes y para la escuela, revalorizada como institución, sino también para la propia comunidad, que empezó a escuchar radio en su lengua”.


“Nos decían: ¿y quién va a querer escuchar una radio en wichí, para qué sirve una radio en un paraje? –sigue Moreyra, que está a cargo de todos los centros de actividades juveniles de los que dependen estas radios en el Chaco–. Mostramos que para un montón de cosas: promover la lengua y la cultura, acercar a los chicos con los ancianos, que están reenganchados con la radio, brindar un servicio social, como herramienta de enseñanza, y sobre todo para que los chicos puedan sentirse parte importante de su comunidad, con su voz.  Para que sepan que su escuela es una escuela como cualquier otra: la propia, la más linda”.


 Mirta Aranda, directora de la escuela –también wichí–, destaca que la radio fue más que una herramienta de aprendizaje: permitió también aumentar la matrícula, disminuir la deserción escolar. Gerardo, uno de los cerca de 30 jóvenes que participan de la radio, contó: “Cuando tuve que hablar por micrófono por primera vez, temblaba, no sabía cómo empezar ni qué decir. Ahora me acostumbré a hablar al aire, a leer las cartas que nos mandan y a comentar las cosas de nuestra escuela. Mi consejo para mis amigos es que vengan a la radio a sacarse la timidez”.

El secretario de Educación, Jaime Perczyk, define los dos aspectos que su cartera considera centrales de este proyecto: “Somos parte de un gobierno que cree que los pibes tienen que tener voz y ser escuchados y para eso se necesitan canales de participación. Y si pensamos cómo hacer una mejor escuela, estas radios permiten que los estudiantes tengan proyectos colectivos, que puedan producir, comunicarse oralmente, hacer guiones, usar nuevas tecnologías. Algunos se los llevarán como una experiencia educativa; otros pueden encontrar una vocación, por eso estas radios son importantes sobre todo en los sectores populares. Acá aparece el Estado abriendo un horizonte”.

El proyecto contempla un trabajo paralelo de capacitación, y este jueves y viernes se reunirán en el ECuNHi, de Madres de Plaza de Mayo, alumnos y docentes de todo el país que llevan adelante estas radios, para poner en común sus producciones y seguir capacitándose. Perczyk destaca el caso de una escuela de San Miguel de Tucumán que era conocida como la escuela del paco, y pasó a ser la escuela de la radio. La radio más reciente fue inaugurada en Lagunillas del Faraón, Jujuy, en la frontera con Bolivia y Chile. La más austral está en Tolhuin, Tierra del Fuego. Hay 30 emisoras al aire, 43 en proceso de instalación y montaje de torres y otras 47 en preparación. El proyecto contempla alcanzar las 500 radios, que no aceptarán el neutro. Sonarán con tono, acento y lengua propios.





sábado, 24 de noviembre de 2012

POESÍA PARA CHICOS






La emoción no tiene límites de edad

Un mono artista, un cielo de las hormigas en el que las nubes son verdes, lunas con gusto a cereza, el casamiento de dos pulgas: todo es posible en los versos de los poetas que escriben para los más pibes.


Por Karina Micheletto

Como ocurre en general con la buena literatura infantil y juvenil, la poesía pensada para chicos puede sorprender por su capacidad de trascender barreras etarias y de emocionar a todos por igual. Hay autores que son especialmente prolíficos en este género, otros que se lanzan como un descubrimiento a hacer poesías que incluyen también a los muy, muy chiquitos (los que todavía no saben leer o recién comienzan a asomarse al mundo de las letras). Lo cierto es que, según se desprende de las novedades editoriales, los creadores argentinos están haciendo mucha y muy buena poesía para chicos. La sección Chicos recorrió los estantes de las librerías y eligió algunas de estas ediciones recientes para compartir con sus lectores y, claro, invitarlos a describir más.


Poesías voladoras
Mónica López

Una pata está cansada
de nadar en aguas calmas.
Quiere un poco de aventura,
¡olvidar a la laguna!
Y se va de vacaciones
con un sapo y tres gorriones.


Este es un libro de poesías “que vuelan y se escapan, revolotean por la ciudad y atraviesan el cielo en bandadas o en soledad”. Escrito por Carla Dulfano, Mónica López y Lorena Scigliano, y con coloridas ilustraciones de la artista mEy!, viene dividido en ejes temáticos: hay poesías en el cielo, poesías de ciudad, poesías voladoras, poesías de animales, poesías fantásticas. Entre los poemas que crearon estas tres escritoras hay contundentes historias breves: la de la princesa Filomena, la de Ñata la lechuza, la del mono artista, la de Sara la vaca, la de la golondrina cansada. Y también hay bellas descripciones como la de la calesita o la de la ciudad cansada.

El libro forma parte de la Colección Poética, en la que también se editó Cuentibichos y otras yerbas poéticas, de Olga Apiani de Linares, otro texto lleno de historias cortitas con forma de poesía. Poesías voladoras está sugerido para chicos a partir de 8 años, pero entre todos estos versos largos y cortitos, con más o menos rima, es seguro que hay algunos que engancharán también a nenes más chiquitos... y a grandes bien grandes.

Poesías voladoras, editorial Uranito, $ 65.



Solo sé que es ensalada

Oche Califa

Al viajero que camina sin temor
y por el mundo a paso firme anda
le da lo mismo sentarse a
/descansar
sobre la hierba dura como
/en la roca blanda.


Esta es una novedad-novedad, recién salida de imprenta y con el sello humorístico y algo campechano de Oche Califa. Califa ya había escrito en forma de versos Para escuchar a la tortuga que sueña, un libro que se ganó un lugar preferido entre los chicos. Ahora vuelve a mostrar su destreza poética que puede adquirir forma de canción, tango, fábula, adivinanza, broma o profunda reflexión sobre las cosas importantes de este mundo.

El reciente ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil Pablo de Santis (por su libro El juego del laberinto) escribió en la reseña de este libro: “Uno de los placeres de la lectura es la inconstancia. Dejar que un verso nos encandile, ignorar los números de página, reírnos solos, empezar por el final. Este libro fue escrito para esos días en que leemos como si paseáramos (...). Coleccionista de preguntas sin respuesta, filósofo de la paradoja, Oche hace su poesía con esos instantes en que las cosas y las palabras se acusan mutuamente. Especie de enciclopedia de cosas secretas, este libro nos revela que los fantasmas del Polo Sur andan con sobretodo, o que en el cielo de las hormigas las nubes son verdes”.

Solo sé que es ensalada, Ediciones Colihue, $ 79.



Bicho hambriento

Iris Rivera

En Calilegua vive una llama
a quien rodearon de muy mala fama.
La miran con terror
de que por un error
provoque algún incendio,
pobre llama.


Este es un librito precioso y práctico: chiquito, livianito, perfecto para llevar en la mochila y leer ante cualquier bicho hambriento que se presente. Los versos que llevan el nombre del libro, justamente, son una maravilla poética lograda para chicos muy chiquitos (el libro está sugerido a partir de 4 años), y por supuesto, como ocurre con la buena literatura, para todas las edades. Escribió estos “versos jugados” Iris Rivera, reconocida creadora del campo LIJ. Y los ilustró José Sanabria, de una manera también muy poética.

Los versos de Rivera juegan con el haiku, el limerick (o quintilla humorística), la canción, el disparate y otros géneros poéticos. Hay “Versos nomás”, “Versos mojados”, “Versos viajados”, “Versos de día y de noche”. Hay versos cortitos y un poquito más largos, graciosos y de los que dejan pensando, o preguntando. Leídos juntos o de a poquito y en voz alta, vencen cualquier cansancio paterno y/o materno cuando llega el cuento de antes de dormir.

Bicho hambriento y otros versos jugados, Alfaguara, $ 45.



Por esta ventana y otros poemas

Liliana Cinetto

La tarde ya se viste de pereza
cuando llega el verano
y cierra uno a uno los cuadernos,
puro sol en las manos.
 
Otro libro livianito y manipulable, con coplitas y poesías para pequeños lectores. El estilo de Liliana Cinetto, autora de estos versos, tiene mucho que ver con las ilustraciones que planteó la artista plástica Mirita, en tonos pastel, dulces y etéreas. Las estaciones y los meses del año, las vocales o las partes del cuerpo son tratados en estos versos sin intención de bajada didáctica sino como un ejercicio de pura poesía enfocado a los lectores muy, muy chiquitos.

Es una edición económica, pero a la vez sustanciosa y colorida, publicada dentro de la colección Torres de Papel. También viene escrito en imprenta mayúscula, y también es un placer hacerlo formar parte de la lectura compartida con los grandes.

Por esta ventana y otros poemas, editorial Norma, $ 36.




Mi animal imposible


Guillermo Saavedra
 

A veces, de noche, cuando tengo
/sueño,
si miro mis cosas, creo que me
/miran;
parecen decirme que no soy su
/dueño.


En este libro de poemas y canciones, Guillermo Saavedra sigue desarrollando su estilo en verso, dotándolo también en algunos casos de música. Los presenta como “historias envasadas en verso y canciones con perfume de cuento”: “Como en mis libros anteriores, intenté cocinar aquí, con la rítmica salsa del poema, historias con personajes y hechos despampanantes para divertirlos, sorprenderlos y, por qué no, a veces, asustarlos un poquito”.

Los versos de Saavedra –recomendados para chicos y chicas desde 8 años– recorren “historias estrafalarias y canciones ordinarias” que incluyen el casamiento de dos pulgas, la increíble vida del apestoso Rodríguez, la maravillosa aventura de las palabras o el frustrado amor entre una regla y un compás. Acordes con el tono humorístico general de estas poesías, se lucen las ilustraciones de O’Kif-MG.

Mi animal imposible, Alfaguara, $ 45.


Gajos de mandarina

 

Laura Quirós
 

Hay un camino
para un sapo
enamorado;
tiene charcos verdes
y olas lila.

 
Esta es una cuidada edición de la editorial independiente Del Naranjo, como todos los títulos que integran la colección Luna de Azafrán. Tiene ilustraciones preciosas de Natalia Colombo, y versos de Laura Quirós habitados por osos, caracoles, hipopótamos, cebras, hilos de sol, lunas con gusto a cereza, sapos enamorados. “Cada gajo, un poema”, promete la contratapa, y así ocurre página tras página, bien marcadas por el color de la edición. Es el primer libro de poesías de la autora.
Gajos de mandarina, ediciones Del Naranjo, $ 49.



El Gallo Pinto y otros poemas

Javier Villafañe

Pintín Pintonero
pintando en un pito,
me dijo una tarde
que era el Gallo Pinto,
el de cresta roja,
el de largo pico,
plumas de colores
y cuerpo chiquito.

 
Colihue reeditó recientemente esta antología que incluye versos que son clásicos de Javier Villafañe, pero también textos provenientes de distintos libros del autor. Poemas en algunos casos casi desconocidos, pertenecientes a ediciones agotadas o fuera de circulación. El resultado es una bella obra para niños y jóvenes, con una selección que destaca el humor y la ironía del escritor y titiritero.
 

“Este libro no fue pensado para niños: fue pensado para quienes aman la poesía, para quienes aman las palabras, para quienes aman la libertad”, escribió en la introducción Pablo Medina. “En este poemario, Javier juega con las palabras y con los textos y, como los niños, también con los sapos, las piedras, las moscas, los perros, las hormigas y las arañas. Juega y aprende y enseña todo lo que lo rodea. Gran observador, nos ayuda también a que sepamos mirar.”

El Gallo Pinto y otros poemas, editorial Colihue, $ 62.








martes, 20 de noviembre de 2012

¿POR QUÉ HACEN PARO?




Es verdad: los chicos no se equivocan. Tienen la intuición fresca, la mirada alerta. Los adultos, al paso de los años, fuimos perdiendo esas capacidades. Ayer, durante la conferencia de Prensa, mi hija pequeña los vio en la tele y dijo como al pasar: «tienen cara de mentirosos...»

Hoy, me preguntó por qué unos señores con bombos y gorritos no dejaban pasar a la gente que quería ir a trabajar, por qué rompieron vidrieras de negocios abiertos y con público, por qué no pasaban los colectivos, por qué... por qué...




El Banco Mundial, cuyos técnicos no son muy amigables con la heterodoxia económica del Gobierno, acaba de difundir un estudio donde informa que en esta década, a pesar de la inflación y de cualquier otra penuria que se pueda alegar, la clase media se duplicó en Argentina. De la misma manera se señala que Argentina ha sido el país de la región donde más creció la calidad de vida de sus habitantes. En diez años, el coeficiente de Gini pasó de 0,55 a 0,38.

En ese contexto se produce el paro nacional convocado por sectores tan disímiles como la CTA de Pablo Micheli, la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, el Pollo Sobrero (del Partido Izquierda Socialista) y la CGT de Hugo Moyano. No tienen la misma historia ni la misma cultura gremial ni siquiera los mismos candidatos y se han odiado entre ellos. La única razón en común es que en política son opositores al gobierno nacional.

Gran parte de la nueva clase media proviene del progreso de los salarios de los trabajadores en blanco en estos años y un ejemplo son los mismos camioneros. Seguramente parte del mérito lo tendrá Moyano. Pero en mayor medida habría que asignárselo a una estrategia económica que ha priorizado el consumo y el mercado interno. De lo contrario, habría menos camioneros y con salarios más bajos, aun cuando Moyano fuera el mejor gremialista del planeta. Lo mismo sucede con muchos otros gremios.

El problema más grave, en todo caso, no está en los trabajadores en blanco, sino en la gran cantidad que sigue trabajando en negro, que no están muy considerados en la convocatoria al paro.

Y existe otra consideración que no figura entre las preocupaciones de la convocatoria, que es la crisis de la economía mundial, sobre todo de las economías centrales y de Brasil. Eso quiere decir que esos países dejan de comprar lo que producimos y tratan de vender lo que producen ellos. Si Argentina no puede vender lo que produce, se cierran fuentes de trabajo. Y si Argentina aumenta sus compras en el exterior, también estará cerrando fuentes de trabajo en Argentina.

Desde el año pasado, la presión más fuerte de la crisis es para que crezca el desempleo. Sin embargo, el desempleo no aumentó y pese al peligro tan fuerte, ese tema está en la cabeza de pocos argentinos. La convocatoria al paro ni menciona la defensa de las fuentes de trabajo. La razón de que el peligro de desempleo no sea visto como un problema inminente está en una política que priorizó el mercado interno con grandes inversiones en obras públicas, subsidios y planes anticíclicos. Si no fuera por esa razón, en este momento habría gran cantidad de trabajadores sin trabajo.

El paro centra su convocatoria en el Impuesto a las Ganancias y en que las escalas salariales más altas también reciban el salario familiar. Son reivindicaciones legítimas que engloban a los sectores que están mejor en términos relativos. Pueden ser polémicos, pero no son reclamos desaforados, encajan sin desentonar en una mesa de negociación. Incluso las dos organizaciones que no se sumaron al paro, la CTA de Yasky y la CGT de Caló, también reclaman la suba del mínimo no imponible.

La que aparece desfasada no es la reivindicación, sino la realización de un paro nacional en un año de crisis económica, a un gobierno que viene desarrollando políticas que han favorecido a los trabajadores. Hay un desfase entre los reclamos y el contexto en que se dan. Y lo único que puede explicar ese desfase es la política. Por motivos opuestos, esa razón aparece con más claridad en las corrientes que encabezan Micheli y Barrionuevo, que por izquierda o derecha han sido opositores. Moyano trata de preservar una imagen de gremialismo combativo para justificar su actual oposición al Gobierno.

Pero el pensamiento gremial verdadero habría tomado en consideración el contexto, porque de lo contrario, lo combativo de una medida de fuerza termina favoreciendo a intereses opuestos a los trabajadores al buscar el desgaste de un gobierno que está tomando medidas para mantener las fuentes de trabajo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

LOS NIÑOS DE GAZA



























Frente a los mortíferos bombardeos del Estado de Israel a los pobladores de Gaza, es muy significativo saber cómo es vista por sus niños la imposible situación cotidiana. 

Los dibujos fueron censurados en Estados Unidos...



Una exposición prevista en el año 2011 y censurada por la presión que ejercieron grupos pro israelíes al Museo de Arte para Niños de Oakland, en Estados Unidos, nos muestra la visión que tienen los pequeños palestinos sobre el conflicto en Gaza.

La actividad era organizada por la Alianza de Oriente Medio para la Infancia (MECA) y el MOCHA pero grupos pro Israel en la bahía de San Francisco supieron ejercer presión para silenciar el arte de los niños palestinos. Los dibujos rodaron desde entonces por Internet hasta que la web palestinalibre.org los publicó.

Nosotros los recopilamos ahora que está de nuevo la tensión vigente en la franja de Gaza, una verdadera prisión al aire libre.

Estamos seguros que los niños israelíes también tienen su visión sobre lo que sucede, pero no se ve ninguna iniciativa en la red para que los pequeños expresen su visión, acá recogemos la de los palestinos, que fue censurada.

En cualquier enfrentamiento bélico, siempre los más inocentes se llevan la peor parte, pero en el caso de Palestina es evidente y público que las secuelas de lo vivido nunca saldrá de la cabeza de los pequeños afectados.

En última instancia, si el Estado de Israel está tan seguro de su argumento y de estar enfrentando a terroristas, ¿Por qué hay grupos que censuran estos dibujos? Acaso la censura y el silencio a la voz palestina ¿no favorece que ese pueblo se exprese de otra forma?





jueves, 15 de noviembre de 2012

7D: LA LEY ES PARA TODOS


















El clima en la conferencia de prensa en la que el titular del AFSCA, Martín Sabbatella, explicó cómo será el proceso de adecuación de los medios audiovisuales después del 7 de diciembre, fue tranquilo y cordial. Pero se vio apenas interrumpido por dos preguntas de enviados del Grupo Clarín, que hicieron una curiosa interpretación tanto de la ley como de los dichos del funcionario.


AFSCA – Estado de situación de los grupos de medios


Alejandro Alfie, periodista del diario Clarín, sostuvo que el 7 de diciembre no vence ningún plazo legal para desinvertir en los medios que exceden lo permitido por la ley y que lo dicho por Sabbatella “era mentira”. Ante eso, el funcionario le contestó que eso era lo planteado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que no estaba faltando a la verdad.

Unos minutos más tarde, el cronista de Todo Noticias (TN), lanzó: “¿Por qué usted cree que ir a la justicia no encuadra dentro del sistema democrático?”. Cuando se le preguntó por qué afirmó eso, el enviado de Clarín reconoció que no estaba dicho con esas palabras en el spot por la ley de medios.

“En ningún momento dije que ir a la justicia no encuadra con el sistema democrático", arrancó Sabbatella. Y continuó: “No lo dije con esas palabras. Sabemos, y es una obviedad, que cualquier ciudadano puede ir a la justicia cuando considera que hay una situación que lo afecta. El estado argentino y el Afsca han sido respetuosos de todos los fallos judiciales y lo seguirá siendo. Una resolución de la Corte dice que el 7D es la fecha limite y dice que como no hay riesgo para la libertad de expresión en el cumplimiento de la ley, se pone una fecha limite a la cautelar porque si no lo tiene funciona resolviendo la cuestión de fondo de quien presento la cautelar”.

“Se construye un relato porque no se quiere decir la verdad, que es: se quiere defender la posición dominante que existe. Se busca un relato para buscar una causa noble. Hay un solo grupo (Clarín) que dice ´No vamos a presentar nada ni antes del 7d. Por lo cual no están cumpliendo, no estamos inventándolo”, concluyó Sabbatella.




EL FALLO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA...

Ley de Medios 161 Corte Suprema




LA CONFERENCIA DE PRENSA DE SABBATELLA...





sábado, 10 de noviembre de 2012

LOS PACÍFICOS CACEROLEROS





El 8N fracasó. Fueron muchos, sí; pero naufragó en lo esencial: su objetivo. El 8N no será el punto de inflexión política y social que imaginaron sus organizadores. Convocada por dirigentes políticos, sindicales y sectoriales que no simpatizan con el Gobierno, una multitud llevó su reclamo-reproche-bronca-prejuicio-odio al Obelisco. Ocurrió, entonces, lo que suele ocurrir en un país normal: miles de personas expresaron su desagrado por las políticas del Gobierno en democracia y libertad. Ni más ni menos.

En un país que en el pasado se desangró en antinomias fratricidas, el dato debe ser celebrado como otro paso de madurez democrática. Resulta natural que las políticas de una gestión que se propuso extirpar tumores sociales y económicos del país choque con la resistencia de quienes ven amenazados sus privilegios. Esos sectores, sin embargo, suelen preferir las conspiraciones de salón a la rudeza de la calle. Para cubrir ese flanco se nutrieron, en esta oportunidad, de mentes rancias, retrógrados irrecuperables y el enojo circunstancial de vecinos que, sin tener ánimo destituyente, se vieron arrastrados hasta allí por una eficaz campaña político-mediática que supo explotar emociones como la sensación de inseguridad o la vulnerabilidad de los jubilados. Se sabe: los reclamos egoístas de las minorías más poderosas suelen camuflarse en proclamas políticamente correctas.

La estrategia empleada por los promotores de la manifestación fue similar a la que se utilizó durante la crisis campera del 2008. En esa oportunidad, terratenientes y productores millonarios estimularon a peones y pequeños productores que pusieron el cuerpo para resistir una modificación del sistema de retenciones. En complicidad con el sistema tradicional de medios –que pretendía asentar una advertencia a la Presidenta que acababa de asumir–, los sectores concentrados del campo pretendían ampliar su tajada en el negocio explotando la tradicional susceptibilidad de un sector proclive a la queja.

Con el combustible regado en las rutas, otros políticos y empresarios rapaces se sumaron a la estrategia de ahogar con el humo de los pastizales al gobierno neonato de CFK. Fue cuestión de soplar para que el humo llegara a Buenos Aires, caja de resonancia política de la Nación. El resto es historia conocida: parte de la clase política compró la idea de aleccionar al Gobierno de antemano, el vicepresidente Julio Cobos obtuvo cinco minutos de fama con su traición, el Gobierno perdió la elección de medio término y, dos años más tarde, Cristina fue reelecta con el mayor caudal de votos cosechado por un candidato desde la recuperación de la democracia. Muchos de esos votos, claro, provinieron de los pueblos del interior chacarero donde cuatro años antes se había demonizado a los K.






La parábola de la crisis chacarera demuestra que, en tiempos de supremacía mediática, los políticos-empresarios-ciudadanos más incautos creen que eso que ven en la tele es la realidad. Pero como ocurrió con las nutridas marchas chacareras, el 8N exhibió apenas un recorte de la sociedad. Amplificado, como entonces, por el Grupo Clarín, que realizó una extensa cobertura que pretendió vestir de épica la exhibición de los sentimientos tumultuosos, dispersos y hasta contradictorios del sector que se manifestó. Porque además de oponerse a las políticas presidenciales, ¿qué otra cosa querían manifestar los miles que el jueves a la noche se movilizaron al Obelisco? ¿“Dólar libre”, como pedían las señoras bien que desfilaban modelos adquiridos en Miami? ¿“No ser Venezuela”, como exhibían dos rubias exuberantes en su cartel? ¿Que “se vaya la yegua”, como ladraban asistentes de elegante sport? ¿Eliminar la Asignación Universal por Hijo que propicia la fornicación especulativa, según el prejuicio ignorante de clasemedieros tinellizados? ¿O abolir la Ley de Medios de la democracia, como sugerían carteles idénticos prolijamente esparcidos entre la muchedumbre?

La heterogénea integración de la convocatoria parió su fracaso: muchas de las consignas se contradecían, cuando no se anulaban, entre sí. Personas bien intencionadas con reclamos atendibles se mezclaron con golpistas, procesistas, ultramontanos, antisemitas, misóginos, conservadores y reaccionarios. Sólo una cosa unió a los que marcharon: ser anti K. Sólo eso, y una profusa campaña orquestada por el Grupo Clarín, que buscó transformar esa amalgama de planteos individuales en una coraza de sus negocios.

La manifestación, en términos retóricos y prácticos, estaba condenada desde el vamos, cuando se la convocó para que fuera lo que fue: un golpe de efecto, un espejismo que disimuló entre la muchedumbre cacerolera la penosa decadencia de sectores opositores convertidos en lobbistas del Grupo. Fue el oligopolio mediático, al fin y al cabo, quién llamó a manifestarse a través de sus medios y periodistas más relevantes, quien aportó las consignas –“seguridad, inflación, no a la re-re”–, quien ordenó que no hubiese banderas partidarias –en otro gesto de desprecio a la dirigencia política que codicia sus favores–, quien arengó a “perder el miedo” –impostando un incomprobado dispositivo persecutorio oficial– para nutrir los puntos de encuentro previstos a lo largo y ancho del país. Es Clarín, en definitiva, quien pretende –como sugirió su CEO, Héctor Magnetto– que “la gente reaccione” contra el Gobierno para proteger sus intereses corporativos.

El mandamás del Grupo se ilusionó con que una manifestación nutrida y bullanguera torcería un destino que ya fue escrito con fuerza de ley. Pero se equivocó. Por lo que se vio –y escuchó– en la marcha, nadie capitalizará –electoral, política y comercialmente– esa tumultuosa muestra de descontento. Ni la dirigencia opositora, que jugó a las escondidas durante la convocatoria, ni el oligopolio mediático que lo alumbró. El Gobierno, obligado a ratificar su liderazgo para atenuar la provocación, mantendrá el rumbo hacia el 7D (7 de diciembre), fecha en que caduca el plazo para que Clarín se adecue a la Ley de Servicios Audiovisuales. Pero el kirchnerismo cometería un error táctico si menosprecia el dato político que brotó de esa marea humana: Clarín –y sus socios menores, como La Nación– todavía poseen la capacidad de enrarecer el clima social.

No es la primera vez en la historia que el Grupo utiliza su poder de fuego para alentar –o desalentar, según sus acuerdos de turno– acciones políticas dirigidas a presionar a gobiernos democráticos. Lo advirtió Raúl Alfonsín en un histórico discurso en la Sociedad Rural, lo vivenció Carlos Menem cuando el Grupo decidió difundir los casos de corrupción que por años ocultó bajo la alfombra por un conveniente pacto de no agresión. También lo padeció Fernando de la Rúa, la Alianza, y la dirigencia política en general cuando el Grupo llamó al “voto bronca”, una operación que deslegitimó los resultados electorales de medio término de 2001 y que sirvió de antesala a la crisis que terminaría con De la Rúa huyendo del sillón presidencial. Néstor y Cristina Kirchner también supieron de lo que el Grupo puede ser capaz: la revuelta chacarera de 2008 no ocultó, como lo manifestó el ruralista Hugo Biolcati, sus intenciones destituyentes.





La influencia tóxica del multimedios llevó a que todos los gobiernos democráticos le cedieran más poder, ilusionados en que eso saciaría su sed de negocios. Se equivocaron una y otra vez. Alfonsín le cedió Radio Mitre, pero cayó en desgracia cuando se negó a transferirle el Canal 13. Menem, que le dio más radios, canales y hasta celdas satelitales, aceleró su decadencia política cuando le retaceó el acceso al mercado telefónico. Algo similar ocurrió con Kirchner, quien un día antes de concluir su mandato firmó la fusión de Cablevisión y Multicanal. Pero el Grupo quería más. Pretendía que el Gobierno le cediera una parte –o todo– el tendido de Telecom, lo que le hubiese permitido convertirse en el mayor proveedor de contenidos y distribuidor de telecomunicaciones del país. La reticencia K a propiciar semejante monstruo derivó en la rebelión destituyente de 2008.

La notoria capacidad de daño del Grupo Clarín tiene como contracara su baja eficacia a la hora de construir una opción electoral. Lo más cerca que estuvo fue en 2003, cuando promovió la candidatura de Ricardo López Murphy, un economista estrella del establishment que quedó a pocos puntos de disputar un ballottage. Consciente de sus limitaciones para inventar un líder convocante, Magnetto elucubró la marcha del 8N como una “gesta cívica y republicana” que le sirviera como muestra casi exclusiva de su poder. Por eso, desde las redes sociales –transmisores de la convocatoria– se difundió a repetición el pedido de asistir sin banderías partidarias. Incluso varias figuras políticas se plegaron a esa táctica, llamando a sus colegas a no asistir para “no contaminar” la marcha. Eso no implicó, claro, que fueran prescindentes de la convocatoria. Colgados de la estrategia del empresario, un enjambre de dirigentes opositores –desde el Pro hasta el FAP, pasando por la UCR y el PJ disidente– alentaron la manifestación con la esperanza de recoger voluntades en ese río revuelto, esperanzados con repetir la historia de 2008 con una aceptable performance en la próxima contienda electoral. Por lo visto y oído en la marcha, donde se multiplicaron las consignas antipolítica, ese sueño está lejos de fraguar.

Al margen de las pretensiones de los organizadores, el acto sirvió, en principio, para conocer mejor a los que se oponen al proyecto K. Para el Gobierno, es un dato valioso saber que entre la multitud se mezclaron seguidores de la defensora de genocidas Cecilia Pando, o que el filonazi Alejandro Biondini paseó su odio a metros del rabino Pro Sergio Bergman. En ese sentido, fue interesante la experiencia realizada por el programa 6, 7, 8 de la televisión pública, que les puso micrófono en vivo a los manifestantes. El reguero de lugares comunes, consignas huecas y prejuicios expuesto por muchos de los entrevistados explicó por qué TN, canal oficial de la marcha, sólo pusiera al aire reclamos previamente editados. La consigna obvia: evitar que la sinceridad brutal de los asistentes arruinara una puesta en escena tan cuidada.

El Gobierno obtuvo parte de su fortaleza política a partir de los contrastes. No hubiese sido posible avanzar en la ampliación de derechos sin enfrentar la ira de instituciones confesionales. Tampoco se habría revertido la impunidad del genocidio sin la decisión de afrontar la reacción de los cómplices civiles de la dictadura. Era natural que, con el tiempo, algunos de esos sectores se encontraran en un espacio común: la fobia a los K. La marcha del 8N demostró, pese a los temerarios presagios difundidos por sus promotores, que la democracia argentina se consolidó al punto de tolerar incluso las manifestaciones de los ciudadanos más intolerantes. Pero también se robusteció lo suficiente para establecer que serán las urnas, y no los espejismos mediáticos, las que definirán nuestro destino.





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“Verdaderos dirigentes”

Los verdaderos dirigentes se conocen en los peores momentos.” Horas antes de la masiva movilización del jueves, la presidenta Cristina Fernández parecía contestar con antelación a quienes cuestionan las políticas oficialistas.

La mandataria participó en Ezeiza de la inauguración del Centro Cultural Amigo Néstor. En ese marco, sin referirse a la marcha, agregó: “En épocas de bonanza es fácil dirigir un país, pero hay que dirigirlo cuando todo se venía abajo, como en el 2003, en el 2008 o en el 2009”, en obvia alusión a la situación post 2001, el conflicto con las patronales rurales y los coletazos de la crisis internacional.

Cristina Fernández añadió que el ex presidente, su marido, le transmitió “no aflojar jamás, ni en los peores momentos, que son cuando se conocen los verdaderos dirigentes”, y consignó que si él hubiese elegido una forma de morir, seguramente hubiese elegido la que finalmente fue, “luchando”, que es como “todos lo recuerdan, con la cabeza erguida y haciéndose cargo”.

“Hoy más que nunca el gran homenaje para él es seguir tirando para adelante, por más vivienda, más educación, más industria, más democracia”, señaló la primera mandataria.

En su discurso, la Presidenta destacó el crecimiento de Ezeiza y la cantidad de obras que se hicieron en la ciudad desde el 2003 a la actualidad. “Hemos llegado con trabajo, viviendas, rutas, autovías, rutas aéreas”, dijo y remarcó en particular el crecimiento del Parque Industrial Canning, que cuenta con 37 empresas, de las cuales 12 son de capitales nacionales. Entre ellas, destacó una firma que producirá eco-doplers y que en diciembre presentará el primer prototipo de origen nacional que se fabrica en América latina.

La Presidenta eligió mostrar aspectos de su gestión como respuesta a la movida opositora que llevó miles de personas ayer a varias ciudades del país.





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La marcha de la bronca

Por Tali Goldman y Franco Mizrahi

Eran las 19.30 del jueves 8 de noviembre. La temperatura superaba la barrera de los 30º y un vaho envolvía el microcentro porteño, el epicentro de la marcha de protesta que aglutinó a importantes sectores de la clase media de la ciudad de Buenos Aires. Para paliar el calor, entre abanicos, varios de los manifestantes que decidieron salir a la calle disfrutaban cuartos de helado en vasos de telgopor y esperaban que el reloj marcase la hora señalada: las ocho de la noche.
Familias, parejas jóvenes y adultas, jubilados, estudiantes y hasta piqueteros del MJD desbordaron las calles céntricas. “El 8N todos al Obelisco” rezaban los carteles pegados en la plaza de Retiro. Y los “fieles” se congregaron cual peregrinos.

Una postal grafica lo ecléctico de la protesta: en plena avenida 9 de Julio, el rabino y legislador Pro Sergio Bergman se manifestaba a pocos metros de distancia del reconocido nazi Alejandro Biondini, quien cantaba –paradójicamente– junto a la multitud: “Se va a acabar, se va acabar, la dictadura de los K”. Incluso, uno de sus acompañantes –con su cara tapada con un “cuello polar”– hacía el saludo que eternizó a Adolf Hitler. A todo esto, Bergman estaba frente a un cartel que decía: “Shalom, justice, libertad” y los manifestantes, sin reconocer a Biondini, le hacían gestos cómplices y lo aplaudían. Como lo siguieron haciendo durante las tres horas que se extendió el evento.

A las 20.30, la multitud que se había congregado en el Obelisco marchó por Diagonal Norte hacia Plaza de Mayo, donde convergieron con una extensa columna de gente que sostenía una bandera argentina de cientos de metros. Cantaban el Himno, y coreaban “Si este no es el pueblo, el pueblo dónde está” además del clásico antiK: “Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Cristina que lo mira por TV”. Quienes marcharon exhibieron su descontento con el cepo al dólar, con la inflación y con la inseguridad, como lo mostraban los carteles que sostenían. Así lo reflejó uno de los testimonios que recogieron estos cronistas: “No se respeta la seguridad jurídica –dijo una señora de aproximadamente 60 años–, ni los derechos adquiridos, ni la propiedad privada. Hay confiscación de nuestros impuestos y no podemos comprar dólares”, se quejó. Su compañera de protesta acotó: “No sólo nosotras no podemos. Esto afecta también a nuestros hermanos latinoamericanos, que trabajan como personal de servicio y no pueden girar dinero a Paraguay ni a Perú”.

Eduardo Amadeo, diputado del peronismo federal, y Marcelo Meis, lopezmurphista y ex legislador del Pro, fueron dos de los políticos que se animaron a marchar. Mientras que por el Pro estuvieron el ministro de Desarrollo Urbano porteño, Daniel Chain; el presidente del partido, Humberto Schiavoni; el referente de esa fuerza en Lanús y ministro de Hacienda de Macri, Néstor Grindetti, y el diputado porteño Martín Ocampo. No es para menos, el líder del partido, Mauricio Macri, había convocado a la marcha y hasta financió gran parte de las banderitas argentinas que repartían por doquier. También fue parte de la manifestación el piquetero del MJD Raúl Castells.

“Clarín no miente”, “Basta de Korrupción” y “No a la re-reelección” eran las consignas más repetidas. “Cristina, largá el micrófono y ponete los audífonos”; “Oyarbide, con la suerte que tenés para los sorteos, jugá al Quini!!”; “Clarín informa, el gobierno miente”, fueron otros de los tantos carteles divisados entre la multitud. No hubo críticas contra la gestión porteña ni bonaerense.
Tan diverso fue el reclamo de los caceroleros que hasta parodiaron la confiscación de la Fragata Libertad con un “tren de la alegría” caracterizado como barco. Mientras el vehículo avanzaba a paso de hombre, otros manifestantes gritaban: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. Muchos de los “militantes del 8N” decidieron estampar el lema del cántico en su remera.

Eran cerca de las 22 cuando parte de los manifestantes comenzó a retirarse. No obstante, cual desfile, otros nuevos caceroleros ingresaban a la Plaza de Mayo por Diagonal Norte. El público se renovaba a cada momento, por lo que el cálculo de los presentes se torna dificultoso. Lo cierto es que una de las tantas “Argentinas” decidió marchar para expresar su bronca.

Un párrafo aparte merece la mayor canallada de la noche. Sucedió a pocos metros del Cabildo, donde estaba ubicado el móvil de C5N y el cronista Néstor Dib realizaba su trabajo. Mientras el periodista hablaba a cámara fue agredido por la espalda por un manifestante de la marcha “por la democracia”. El agresor fue inmediatamente detenido.














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