Muchas de las fotos de este blog son de Ramiro Sisco con la comunidad Pilagá, en Las Lomitas, provincia de Formosa, Argentina.

lunes, 31 de diciembre de 2018

PATRIARCADO, ABUSOS SEXUALES Y ASIMETRÍAS






Desde hace una década, la psicoanalista infanto juvenil Susana Toporosi atiende adolescentes varones que han tenido conductas sexuales abusivas, con niñas, niños u otrxs adolescentes menores que ellos. En los últimos años, está recibiendo cada vez más casos, advierte. “Estamos interviniendo para evitar que lleguen a ser adultos abusadores”, señaló Toporosi, coordinadora de Salud Mental de Adolescencia del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. En una entrevista con este diario, se refirió al tipo de abordaje que se puede desarrollar con adolescentes en esas circunstancias, habló de los escraches a alumnos secundarios en redes sociales. “La dinámica de este momento tan importante, con la multiplicación de denuncias, más la característica de los adolescentes de pensar en acción, está llevando a que algunas chicas digan ‘Si no fuiste abusada, no podés entender’. Por lo cual, cada una puede buscar y encontrar indiscriminadamente su propio abuso para no sentirse excluida. Y no es así. Una cosa son conductas no consensuadas con los varones, sucedidas en otro momento de nuestra cultura en que estaban naturalizadas, y otra cosa muy diferente es el abuso sexual”, diferencia la especialista.

–¿Qué hay que hacer con todo lo que está saliendo a la luz desde la denuncia de Thelma Fardin? Algunos relatos que se publican en redes sociales tienen que ver con la denuncia de conductas inapropiadas, manipuladoras de un varón hacia una mujer pero otras veces, muchas, se trata de hechos delictivos, como una violación o un abuso sexual que ocurrieron años atrás…

–Primero hay que entender que se trata de un momento muy rico e importante a partir de que se rompe, de alguna manera, un pacto de silencio que fue muy pregnante en nuestra sociedad patriarcal durante mucho tiempo, donde se confiaba mucho más en la palabra de un varón que en la de una mujer, una adolescente o un niño o niña. El varón estaba puesto en un lugar de medida, y la mujer, los niños y los adolescentes, en un lugar de déficit. No estamos hablando de mujeres y varones sino del lugar simbólico que ocupan en una sociedad patriarcal, que está dividida de esa manera binaria, en un lugar de poder y otro de sumisión. Digo esto porque vemos instituciones en las que claramente hay mujeres que ocupan esos lugares de medida, de poder, como por ejemplo, juezas, defensoras de Menores, que consideran que las niñas tienen que revincularse por la fuerza con sus padres considerados abusadores.

–¿Todavía se siguen ordenando esas revinculaciones tan cuestionadas?

–Sí. Lamentablemente en la Justicia y en otros ámbitos, como el de profesionales de la salud, sigue teniendo mucho peso el llamado Síndrome de Alienación Parental (SAP). Fundamentan la decisión en la idea de que el varón pierde el contacto con sus hijas y eso es más importante en relación a lo traumático que había sido para esas niñas, haber vivido un abuso de parte de quien las tenía que cuidar y proteger. La otra argumentación a la que recurren es que es importante que la familia esté unida.

–¿Se sigue invocando el SAP con ese mismo nombre o lo han disfrazado?

–Como fue muy descalificado desde las asociaciones científicas como síndrome, se siguen sosteniendo las ideas del lugar central del varón, y de la mujer, como alguien que quiere separarlo de sus hijos, considerando que los niños mienten para dañar al padre. Esto tiene efectos muy dramáticos en la Justicia. Hay varias cuestiones: por un lado, el hecho de que se sigue considerando que la palabra de un varón es mucho más confiable que la de una mujer o una niña. Hay que tener en cuenta que apenas entre el 1 y el 2 por ciento de los abusadores llega a ser condenado en un juicio penal.

–¿Por qué es tan bajo el porcentaje?

–Las pruebas para poder condenar a un abusador están en lo que pueda relatar un niño o niña que fue abusada. Lo que vivió resulta sumamente traumático y por mecanismos que usa el niño o niña para poder seguir viviendo, eso queda escindido, encapsulado y muchas veces, olvidado. Esas pruebas se toman en Cámara Gesell, generalmente por profesionales que no están preparados para entrevistar a un niño, con quien no tienen un vínculo de confianza, para entender su subjetividad. Lo piensan como un adulto. Todos esos factores hacen más difícil que pueda relatar algo tan traumático como lo que vivió. Si además la mamá de ese niño o niña dice que ella fue abusada en la infancia, ya rápidamente queda descalificado su testimonio.

–¿Por qué?

–Si ella fue abusada, se piensa que entonces ve abusos en todos lados y no es creíble lo que está relatando. Con respecto a los niños, además, se exige una prueba de verosimilitud del relato, que no se le toma a un adulto. Cuando en realidad los niños tienen mucha menos posibilidad de deformar lo que relatan, lo vivido, que un adulto. Sin embargo, hay un mito de que los chicos pueden inventar, mentir, contar cualquier cosa.

–¿Cómo se explica que la denuncia de Thelma haya contribuido a que salgan a la luz tantas historias de abuso sexual jamás contadas o denunciadas?

–Hace algunos años, era imposible para esa mujer que hoy rompe el silencio que alguien pudiera creerle o darle validez a su relato. El relato de otro funciona como una situación que permite que se levanten las represiones que había alrededor de algo que estaba guardado. En muchos casos, incluso, se están dando cuenta por primera vez de que lo que vivieron fue un abuso. Por eso, es muy importante que no haya tiempo de prescripción para las denuncias.

–Muchos casos se cuentan pero no se denuncian en los tribunales… ¿Qué valor puede tener la denuncia cuando pasaron tantos años y es difícil, dada la mirada machista de la Justicia y las dificultades de prueba por el tipo de delito, mayormente sin testigos, que se llegue a una condena?

La denuncia tiene un valor no solo para que el abusador vaya preso. También tiene un valor simbólico: que se reconozca en la sociedad quién es el que hizo el daño y quién la persona dañada. Que esa mujer se pueda identificar como alguien que fue dañada es el primer paso para poder pedir ayuda y salir de esa situación, en que quedó encerrada, adentro de sí misma durante muchos años. Por ejemplo, si una chica que fue abusada por su padre, puede contarle (a la madre) a alguien de su confianza años después y denunciarlo en la justicia, es muy importante para que se pueda recuperar, porque se siente creída, valorada y reconocida como alguien que fue dañada. Si no se empieza por ahí no hay cómo recuperarse de ese trauma. Esto no sin el lamentable problema de que la institución a la que se recurre, la Justicia, es tremendamente patriarcal y muchas veces revictimiza. Hay dos tipos de vínculos: Unos serían asimétricos, son los vínculos que se establecen por ejemplo, en una familia: Un chico necesita que haya por lo menos un adulto en asimetría, que cumpla funciones como cuidar, proteger, instaurar límites y legalidades.

–¿A qué legalidades se refiere?

–Entre las legalidades que tiene que respetar es la de abstenerse de gozar del cuerpo del niño o del adolescente. Ese adulto tiene una responsabilidad sobre quien está en el otro polo de la asimetría. Esto mismo pasa en otros grupos, como una escuela –entre el profesor y sus alumnos–, un instructor de deportes, un director que tiene un grupo de alumnos de teatro. Por otro lado, tenemos las relaciones entre pares: en este caso, la relación es siempre con un otro, que no es solo un cuerpo. El problema es cuando se toma el cuerpo del otro al margen del sujeto que lo sostiene. Entre pares, tenemos que hablar de consenso, si no, estaríamos en una situación de sometimiento de uno sobre el otro. Este es un momento complejo. Lo puedo observar a partir de lo que traen mis pacientes adolescentes. Los adultos muchas veces no saben cómo intervenir en las escuelas y los adolescentes sienten que tienen que resolver ellos, entre pares, situaciones que los desbordan. No es lo mismo que un profesor haya apoyado su mano en el hombro de una adolescente para sentarla en su lugar, que haberla seducido. Lo que se necesitan son espacios de reflexión colectiva en las instituciones, con la coordinación de adultos que inviten a recuperar la posibilidad de pensar. También son ricos los espacios entre pares si logra establecerse la reflexión. En ambos casos si se puede soportar no saber o no entender aún todo lo que sucede. Se necesita ir construyendo… La dinámica de este momento, con la multiplicación de denuncias, más la característica de los adolescentes de pensar en acción, está llevando a que algunas chicas digan “Si no fuiste abusada, no podés entender”. Por lo cual, cada una puede buscar y encontrar indiscriminadamente su propio abuso para no sentirse excluida. Y no es así. Una cosa son conductas no consensuadas con los varones, sucedidas en otro momento de nuestra cultura en que estaban naturalizadas, y otra cosa muy diferente es el abuso sexual.

–¿Cómo lo define?

–El abuso sexual es la intromisión de la sexualidad del adulto en el cuerpo y en el psiquismo de un niño, niña y adolescente. La relación de poder asimétrica no permite que se puedan defender y no está en juego ningún consentimiento. El consentimiento es un ingrediente central en la relación entre pares y es lo que define la diferencia entre una relación en la que uno somete a otro, o una relación en la que hay acuerdo.

–Cuando el sometimiento es entre pares usted no lo nombra como abuso sexual, a pesar de que para quien se ve sometida los efectos puedan ser sumamente traumáticos?

–Decimos, en esos casos, que el adolescente tiene conductas sexuales abusivas, que no es lo mismo que decir que es un abusador. En la adolescencia, etapa en la que todavía se están dando trabajos de constitución psíquica, y en que se está armando el quién soy, la identidad, nombrarlo como abusador puede determinar que lo termine siendo. Por eso es importante que los adultos digamos que ese adolescente tiene que hacerse responsable de lo que hizo, tiene que incorporar legalidades que no tiene inscriptas y necesita además un tratamiento psicológico para entender por qué le hizo a otro algo que no le hubiera gustado que le hicieran. Estamos interviniendo para evitar que llegue a ser un adulto abusador.

–¿Ese adolescente se recupera? ¿Puede no ser un adulto abusador?

–Sí. Hay muchos casos en este momento. Yo no los pienso como abusadores. Es muy distinto ser que tener conductas. Trabajando en una terapia en la cual ese adolescente muchas veces por primera vez se siente respetado y tratado como un sujeto, trabajando su responsabilidad sobre el daño que provocó, y con la intervención de un organismo de derechos que garantice que él y su familia concurran a los tratamientos en mi experiencia, se puede prevenir que sea un futuro abusador en la adultez.

–Hablemos de otras situaciones que se dan entre pares, que también son abusivas, por ejemplo, que un adolescente en un vínculo con una chica le controle todo el tiempo el celular, le ponga condiciones en relación a cómo se puede vestir… Son expresiones de violencia machista…

–Claro, son los modos en que se construían en nuestra sociedad machista, las masculinidades. Los modos en que hacerse varón en nuestra sociedad, pasaban por tener conductas muchas veces de someter a alguien considerado como más débil, como podría ser una chica, frente a otros varones.

–Hay otras conductas como tocar el culo entre varios… manosear a una compañera…

–Eso de hacer algo entre varios también es un modo, en nuestra sociedad patriarcal, de los códigos de cómo hacerse varón.

–Las adolescentes las han dejado de naturalizar y las denuncian. Eso está muy bien.

–Estamos ante un tema político. Las mujeres se unen para construir un poder alternativo que logre desnaturalizar la apropiación de los cuerpos por parte de los varones que se formaron en esta cultura machista. Esto puede ser liberador y vale mucho por eso, cuando vivimos en un sistema capitalista con enormes y crueles desigualdades, que son el modelo de dominio y sometimiento. En la Argentina, hay marcas muy fuertes que dejó la dictadura: el poder se apropiaba de los cuerpos para someterlos y dominarlos, desapareciendo y matando. Está lleno de prácticas desubjetivantes naturalizadas ejercidas por los varones hacia las chicas, por ejemplo, tocarles el culo en los boliches, ponerles los dedos en los genitales en un pogo, etc. El cuerpo de la mujer es un territorio a dominar por parte del varón. Este movimiento político apunta a transformar todo esto. Pero ojo, el escrache a los varones adolescentes en las escuelas secundarias, a mi modo de ver, es la reproducción del mismo sistema binario en el que hay solo dos lugares posibles: uno dominador y otro que debe someterse, esta vez, dado vuelta. El verdadero desafío es la reflexión conjunta que desnaturalice formas cosificantes, opresoras, y también sometidas por parte de varones y chicas, porque todos se criaron en esta misma sociedad patriarcal.






Susana Toporosi es psicoanalista infanto juvenil y coordinadora de Salud Mental del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Por las consultas que se han multiplicado en la última década, y en particular en los últimos años –señala–, se fue especializando en el tratamiento de adolescentes que han tenido conductas sexuales abusivas. En los primeros meses de 2018, publicó el libro En carne viva. Abuso sexual infantojuvenil (Editorial Topía), que aporta herramientas para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento del problema. En una primera parte, trabaja la temática del abuso como traumatismo, analizando cómo se sale de esas situaciones y los efectos que producen. Y en una segunda parte, aborda “las conductas sexuales abusivas” de adolescentes con niñxs o con otros adolescentes más chicos. Hace pocas semanas, publicó en la revista Topia un artículo bajo el título: “Adolescencia y poder: ‘escraches’ en escuelas secundarias”, donde cuestiona esa forma de denuncia de conductas machistas cometidas por adolescentes.

 “Mi perspectiva es la de una psicóloga clínica que trabaja en un hospital y en el consultorio con adolescentes de escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires, y que participa en reuniones mensuales interdisciplinarias e intersectoriales entre equipos que trabajan con adolescentes desde Salud, Educación y Desarrollo Social”, aclara.  “En los últimos dos años las adolescentes han comenzado a problematizar el modo en que se producen los intercambios entre chicos y chicas dentro y fuera de la escuela. Los modos de la seducción, los juegos de la sexualidad, las diferencias entre seducción y violencia. El cuestionamiento de los binarismos (femenino/masculino; heterosexual/homosexual); las preguntas por las identidades y sexualidades: flexibilidad y movilidad que podría dar como resultado una identidad fluctuante; maternidades, paternidades adolescentes e interrupciones de embarazos; las formas que toma la violencia sexual y las formas de la violencia de género”, escribió en el artículo de Topía, donde publica habitualmente.

“Las adolescentes se agrupan constituyendo organizaciones de chicas que tienen como objetivo empoderarse para nombrar y sancionar conductas patriarcales de los varones pares. Ganar espacio en el universo simbólico. Son ellas las que llegan primero para otorgar sentido a lo que sucede; ‘marcan la cancha’. Expresión que da cuenta de haber soportado un padecimiento profundo por haber quedado durante generaciones en un lugar de subordinación”, señaló en la revista.

Y agregó: “Los varones que ejercen algún gesto de insistencia o algún tipo de presión para imponer sus condiciones con las chicas pueden quedar señalados como “abusadores”, y no podrán ingresar, ni a las fiestas, ni a las columnas de las marchas, ni a otros espacios colectivos que a partir de ese momento estarán bajo el derecho de admisión de ellas. Los varones señalados quedarán “escrachados” en una lista negra que circulará por las redes sociales. Deberán aceptar que fueron abusadores y pedir disculpas; pero tanto si lo aceptan como si no lo aceptan ya que no se consideran tales, serán sancionados siendo separados de la participación colectiva. Prácticas que nos abren a preguntarnos cuánto habrá en esto último de reproducción de un sistema desigualador y cuánto de transformación”.


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miércoles, 12 de diciembre de 2018

MIRÁ CÓMO NOS PONEMOS





→ Yo te creo, hermana

Las palabras llegan cuando podemos pronunciarlas. A veces lleva años. La discriminación histórica que vivimos las mujeres en todos los ámbitos de nuestras relaciones interpersonales nos silencia. No nos creen. No nos oyen. Nos culpabilizan. Algo habremos hecho... ¿Pero vos lo provocaste? Es más fácil para los demás no creer. Aquellos que nos tenían que cuidar y no lo hicieron, no vieron o no quisieron ver, condicionaron ese silencio disciplinador.

Pero desde hace poco más de tres años, a partir del surgimiento del movimiento NiUnaMenos, se empezó a resquebrajar esa cáscara, ese bozal. Lo rompimos a los gritos.

Sacamos a las violencias machistas del paisaje naturalizado. Les pusimos nombres. Y apellidos. Desde conductas inapropiadas amparadas por las relaciones jerárquicas y abusivas, hasta delitos, sin zonas grises.

Las violaciones y los abuso sexuales en la infancia y la adolescencia ocurren mucho más de lo que se denuncian. La mayoría permanece impune. Los perpetradores suelen ser varones de nuestros entornos. Familiares, amigos, compañeros de trabajo. Ese también es un escudo que los protege. Esa cercanía tiene doble filo. ¿Quién nos va a creer que fue él?

El sistema judicial, además, está armado para garantizarles impunidad. Se exigen pruebas difíciles, muchas veces, de conseguir, como testigos o marcas que el paso del tiempo borró. Que no se pruebe no significa que no haya ocurrido.

Escuchar, oír, creer, es el camino para favorecer que otras también se animen. #YoTeCreo, hermana.








→ Ser sorora

la sororidad se está haciendo presente en la palabra y en las acciones como parte del proceso deconstructivo del sistema patriarcal que impulsa el feminismo. Pero, ¿sabés de dónde viene y por qué es TAN importante?

La palabra sororidad es un derivado del latín soror, que significa hermana y promueve las acciones de hermandad entre mujeres que más allá de sus diferencias hemos sido víctimas de alguna forma de un sistema patriarcal opresor.

Hermana, yo te creo.

la sororidad tiene que ver con lo que hacemos para dejar de pensar que las mujeres representan una competencia y una amenaza (cómo se nos ha educado) y basar nuestros vínculos en el apoyo, la empatía y la solidaridad teniendo en cuenta que todas tenemos algo en común: somos mujeres viviendo en un sistema patriarcal.

¿Ser sorora significa que te tienen que caer bien todas las mujeres?

No sólo sería mentiroso, sino que sería imposible: no hay chance en el mundo de que ames a todo tu género, como tampoco ser feminista implica odiar a los hombres. Sí, tiene que ver con replantearnos las cosas que el sistema nos indicó y reformularlas, por ejemplo, cuando en vez de asumir que la víctima hizo algo para “merecer” un acoso o abuso, debiéramos apoyarla.



Darthes suma la quinta denuncia en su contra



La última ficción








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miércoles, 28 de noviembre de 2018

"TODES", NO... "TODOS Y TODAS", TAMPOCO.




Para la RAE, no se puede usar lenguaje inclusivo pero sí "otubre" y "TQM".

El organismo rechazó el uso de "todes", al igual que expresiones como "compañeros y compañeras", pero sugiere decir "guasap".




La pelea sin fin de la Real Academia Española (RAE) con el lenguaje inclusivo continúa. En un nuevo manual de estilo dedicado a la era digital admiten que Internet "está cambiando el mundo y la escritura" y recomiendan el uso de palabras insólitas, al tiempo que reniegan del uso de expresiones como “todes” que cada vez crece más entre los y las adolescentes.

La RAE, con su nuevo Libro de estilo de la lengua española, pretende incorporar modismos y reglas gramaticales típicas de Internet, aunque forzando modificaciones para que queden “castellanizadas”.

Con ese afán, mientras que sostiene que es incorrecto decir “todxs” o “tod@s” (palabras que hoy en día son de uso cotidiano para muchas personas en la web), propone escribir "yutubero" en vez de youtuber.

    → Evidentemente, estos señores reproducen la violencia que padecen nuestras mujeres día a día, porque desconocer el lenguaje inclusivo es prolongar los efectos del machismo en todos los rincones de nuestra vida donde el lenguaje articula las relaciones sociales e interpersonales.

También recomienda la abreviatura “tqm” en vez de la popularizada “tkm”, y plantea que es mejor decir "memoria USB" o "lápiz de memoria" que pendrive. Además, también sostiene que es correcto escribir palabras con evidentes errores gramaticales, tales como "guasap" (por WhatsApp), "tuit" (en vez de tweet), o "jáquer" (en lugar de "hacker").

En el libro, la RAE plantea que son “innecesarias” palabras como "todxs", "todes" o "tod@s" porque el genérico en masculino "puede abarcar el femenino en ciertos contextos". Esto es contradictorio, ya que en esa misma frase admiten que el masculino no sirve para referirse a grupos mixtos de personas por igual en cualquier situación y, por lo tanto, no responde a las necesidades de quienes hacen uso del lenguaje de esa forma.

En ese sentido, también considera que está mal hablar con “duplicados” tales como "los argentinos y las argentinas", o “compañeras y compañeros”, expresiones que no sólo permiten referirse en condiciones de igualdad a grupos en los que hay mujeres y hombres, sino que también tienen una fuerte carga simbólica.

“El masculino, por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos. No hay razón para pensar que el género masculino excluya a las mujeres en tales situaciones", plantearon en la publicación, al tiempo que el director honorario de la RAE, Víctor García de la Concha, sostuvo: "No hace falta forzar para duplicar, no hablamos así".

El académico, por otro lado, también opinó que el uso del concepto de “género” responde a una influencia de las universidades de Estados Unidos y planteó que, en español, el término correcto es “sexo”, que es "una condición orgánica que tiene poco que ver con el género".

Esto es falso, ya que tanto en español como en inglés el término “sexo” hace referencia a los genitales con los que se nace, mientras que “género” se refiere a la expresión de la identidad propia de cada persona (que puede ser femenina, masculina o más difusa).





La Real Academia Española editó su primer manual de estilo en el que incorpora nuevos términos y aclara el uso de otros de acuerdo a la correcta utilización de la “norma panhispánica”.

La novedad es que el texto fue pensado para los escritores digitales y por eso incluye términos como “yutubero”, “wasap”, “tuit” y hasta cómo deben usarse los emoticones.

La RAE además sentó su posición definitiva con respecto al lenguaje inclusivo: rechazó de cuajo el todos y todas y la incorporación de las variantes de la e, x y @

"El masculino puede abarcar el femenino en ciertos contextos. No hay razón para pensar que excluye a las mujeres", remarcaron desde la Academia.

Con respecto a la búsqueda de un lenguaje inclusivo, una de las reivindicaciones del movimiento de mujeres, la RAE insistió con el uso del masculino como genérico y descartó cualquier modificación en este sentido. Incluso desaconsejó el uso de “todas y todos”. "No hace falta forzar para duplicar, no hablamos así", sostuvieron.

"En español, el género masculino, por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos. No hay razón para pensar que el género masculino excluya a las mujeres en tales situaciones", sostuvo De la Concha. Sobre esto, otra de las autoridades de la Academia, Darío Villanueva, remarcó que no es necesaria una mayor igualdad entre mujeres y hombres. "El problema es confundir la gramática con el machismo", sostuvo.

    → Sin ruborizarse, estos señores desconocen la lucha de nuestras mujeres para no ser maltratadas, golpeadas, violadas, asesinadas, discriminadas, ninguneadas... en una sociedad violenta donde el hombre maneja todos los estamentos de poder, y la educación machista se prolonga en el tiempo a través de las generaciones. En el lenguaje se está dando una feroz batalla por el sentido y la construcción de subjetividad para la libertad y la igualdad de género.

Los académicos continúan con su divague pseudo intelectual:

"Si la lengua es dinámica y evoluciona con sus hablantes, este libro lo que pretende es ocuparse de las dudas que surgen diariamente más que ofrecer tratados completos”, señalaron en la presentación. El libro, de 504 páginas, fue pensando para los “escritores digitales” y un público no académico, remarcó el director honorario de la RAE, Víctor García de la Concha.



Entre las incorporaciones, el compendio aprueba la abreviatura “tqm” para decir “te quiero mucho” y propone rectificar una palabra mal escrita con un asterisco a continuación ("¿Bamos a comer? *vamos”). También incluye la posibilidad de repetir los signos de admiración al principio y al final de la palabra cuando se quiere remarcar mucho algo, por ejemplo: ¡¡¡Hola!!!. Lo importante es usar la misma cantidad al abrir y al cerrar la exclamación.

En cuanto a los emoticones sugiere escribirlos sin una coma de por medio pero sí tras un espacio de separación de la última palabra y un punto después del símbolo si es que está al final de la oración.

En esta edición la academia agregó también un glosario con recomendaciones sobre cómo escribir los términos que suelen usarse en el mundo digital. Se recomienda usar “yutubero” en vez de youtuber, “wasap” en vez de whatsap, “tuit” y “jáquer” y no hacker.





Aquí, la burla de un machista misógino y reaccionario...





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domingo, 11 de noviembre de 2018

Trabajo Infantil en JUJUY, el Feudo de Gerado Morales




El gobierno de Gerardo Morales autorizó que 45 niños y adolescentes de entre 10 y 17 años ingresen al mercado laboral, sólo en lo que va de 2018, mayoritariamente en el campo.

Según los decretos firmados por el dirigente de Cambiemos, los menores de edad trabajan en cañas de tabaco, plantaciones y hasta el sector textil.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el trabajo infantil se refiere a cualquier labor que es física, mental, social o moralmente perjudicial para el niño, que afecte su escolaridad y le impide jugar.

En Jujuy, la Ley 26.390 prohíbe el trabajo de menores de 16 años (sancionada durante el primer gobierno de Cristina Fernández) y señala que sólo pueden hacerlo si se trata de jornadas reducidas (de no más de seis horas), así como que las tareas no impliquen riesgo alguno, que no sean en horario nocturno, que el salario sea igual al de un adulto en igual tarea y que además cuenten con la autorización de los padres ante la Dirección Provincial de Trabajo.

Estos datos publicados por el diario El tribuno se dieron a conocer durante el Encuentro de Comisiones Provinciales para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil de la región NOA realizado este miércoles 7-11.

Entre las disertaciones se destacaron la visión del Sector Empresario en la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil.

La Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (Eanna), realizada entre 2016 y 2017 indican que en el país, un 10% de los niños tiene un trabajo, lo que está prohibido por ley. El porcentaje asciende al 13% en el Noroeste argentino (NOA) y en el Noreste argentino (NEA), y a un 20% en las zonas rurales.

Además, señala que el trabajo no permitido se intensifica entre los adolescentes de 16 y 17 años: el 31,9 % del total del país realiza al menos una actividad, mientras que en las áreas rurales lo hace el 43,5%. En tanto que la incidencia del trabajo es mayor entre los adolescentes, con 36,8 % en el NOA y un 34% en el NEA.

En el ámbito educativo, los hogares con al menos un niño o adolescente que trabaja presentan un clima educativo bajo: el 68,2% de los hogares urbanos y el 87,7 % de los del medio rural que están integrados por adultos con un nivel educativo inferior al secundario completo.

infonews




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domingo, 4 de noviembre de 2018

IDENTIDAD de GÉNERO y NORMALIDAD






La identidad de género alude a la percepción subjetiva que un individuo tiene sobre sí mismo en cuanto a su propio género, que podría o no coincidir con sus características sexuales; este, puede considerarse como el sexo psicológico o psíquico y se constituye en uno de los tres elementos de la identidad sexual junto a la orientación sexual y el rol de género, ​ ─relacionándose «con el esquema ideoafectivo de pertenencia a un sexo»─ por lo que sería la expresión individual del género.​


Identidad sexual es la percepción subjetiva y privada que un individuo tiene sobre su patrón de atracción sexual y romántica.​ La identidad sexual está estrechamente relacionada con el comportamiento sexual y la orientación sexual, sin embargo, la identidad se refiere a la concepción de los individuos sobre sí mismos, el comportamiento a los actos sexuales llevados a cabo por los individuos y la orientación a la pauta de atracción sexual y romántica hacia otras personas según su sexo o género.​ Es decir, es posible que haya personas a pesar de que objetivamente mantienen relaciones sexuales con personas de su mismo sexo, puede que no se identifiquen sexualmente como gais, lesbianas o bisexuales.​

Históricamente se ha tendido a asumir que sólo las personas pertenecientes a minorías sexuales experimentaban el proceso de construir su identidad sexual, sin embargo, otros modelos contemporáneos consideran que es un proceso universal y que la identidad sexual se encuadra dentro de un campo teórico más amplio que incluye el proceso de construcción de la propia identidad...





Cuando una mujer nace en un cuerpo cuyos genitales son masculinos y, posteriormente, quiere "transicionar" se dice que es una mujer transexual; en el caso de los hombres, el término que se usa es el mismo. Una persona transexual es, pues, una persona que nació con unos genitales con los que no se siente identificada.

Cuando una persona nace con los genitales con los que realmente se siente identificados, se habla de una persona cisexual. Por ejemplo, una mujer que se siente identificada con los genitales con los que nació, o un hombre al que le sucede lo mismo.

Hay un punto importante, no todas las personas transexuales tienen que "transicionar" para ser mujer u hombre. Una mujer es mujer, independientemente de los órganos sexuales que tenga. Porque el hecho de ser mujer va mucho más allá de tener vagina.

Dentro de la identidad sexual, hay varios conceptos que, ahora también son fluctuantes. El primero de ellos, y con el que estamos más relacionados, es la orientación sexual. Esta hace referencia a la atracción sexual que alguien puede sentir; por ejemplo, si solo siente atracción por personas del sexo contrario, será heterosexual. Si siente atracción por personas del mismo sexo, será homosexual, mientras que si siente atracción por una persona sin tener en cuenta su identidad sexual o de género, será bisexual.

Y es aquí también donde entra en juego la identidad de género que, pese a poder confundirse con la identidad sexual, va mucho más allá. La identidad de género hace referencia a la percepción que una persona puede tener sobre sí misma en cuanto a su propio género, y esta podría coincidir con la percepción de su identidad sexual, pero también podría no hacerlo.

Género y sexo biológico, dos conceptos diferentes

El sexo biológico es aquel que se ve claramente representado en nuestros genitales, hasta ahí todo claro. Pero, entonces, ¿qué es el género? Pues el género sería, entonces, el conjunto de características que cada sociedad asigna a hombres y mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud, el género hace referencia a "los roles socialmente construidos, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera como apropiados para hombres y mujeres". Es decir, que mientras que el sexo es algo biológico, el género es social, algo que los seres humanos hemos construido y en torno al cual hemos edificado todas nuestra cultura.

Por ejemplo, en la cultura Occidental hablamos únicamente de dos géneros: hombre y mujer. Y ahí reside el problema que podríamos tener luego al tratar de diferenciar identidad de género e identidad sexual, porque creemos que al existir solo dos tipos de genitales distintos, solo hay dos identidades de género. Pero nada más lejos de la realidad. Si entendemos la identidad de género como un amplio espectro donde mujer está a un extremo y hombre está al otro, ya podremos ver que en medio quedan multitud de identidades de género igual de válidas.





Cisgénero

Cisgénero (abreviado cis- o ci-, para simplificar) es un neologismo y tecnicismo de origen alemán propio del campo interdisciplinario de los estudios de género, término que es utilizado para hacer referencia a aquellos individuos cuya identidad de género coincide con el sexo de su etapa de gestación. Lo opuesto a cisgénero es denominado transgénero.

El neologismo y tecnicismo cisexualidad fue introducido en 1991 por el psiquiatra y sexólogo alemán Volkmar Sigusch para establecer que, ya que hay transexuales, debe haber cisexuales y que la suposición común de la evidente existencia de coincidencia entre género sexual e identidad sexual no es tan evidente...


Transgénero 

El término transgénero hace una referencia a las personas cuyas identidades de género son diferentes del sexo​ o el género que se les asignó al nacer.

El término se aplica, en general, al estado de la identidad de género, que no se corresponde con el género asignado (la identificación biológica de si se es hombre o mujer en función de los cromosomas o genital). También se aplica a una variedad de individuos, conductas y grupos que suponen tendencias que se diferencian de las identidades de género binarias (hombre o mujer).
Porque las personas no experimentan sus géneros de la misma manera, otros conceptos e identidades, 
el término también se puede referir a:
  • "Persona cuya identidad no se conforma sin ambigüedades a las normas convencionales de género masculino o femenino, pero que las combina o se encuentra entre ellas."​
  • Personas con un género natural definido, pero que tienen disforia en su identidad de género.
  • "La no identificación con, o no presentación como, el género que a uno le fue asignado al nacer."
Un individuo transgénero puede poseer características que normalmente se asocian a un determinado género, identificarse de otra manera dentro de los género binarios o identificarse con un género no-binario, una mezcla de ambos o ningún género. Se les llama identidades transgénero a los términos que se relacionan con la expresión sexual que presenta discordancia entre la identidad de género, el sexo biológico o mejor dicho los naturales géneros tradicionales...


Intersexualidad

La intersexualidad es una variación orgánica por la cual un individuo presenta discrepancia entre su sexo y sus genitales, poseyendo por tanto características genéticas y fenotípicas propias de varón y de mujer, en grado variable.

​Puede poseer, por ejemplo, una abertura vaginal, la cual puede estar parcialmente fusionada, un órgano eréctil (entre pene y clítoris) más o menos desarrollado y ovarios o testículos, los cuales suelen ser internos.

Es una cuestión principalmente externa. Es un error común pensar que un intersexual es "hombre y mujer a la vez". Es imposible que una persona tenga el sistema reproductor para la gestación de un feto, exclusivo de las mujeres, y a la vez tenga la capacidad de generar semen con espermatozoides, capacidad exclusivamente de los hombres. La intersexualidad se caracteriza por una ambigüedad genital dentro de una escala de severidad y se puede empezar a manifestar en cualquier momento desde el nacimiento hasta la adultez...


Género fluido

Se entiende que un individuo es de género fluido cuando no se identifica con una sola identidad de género, sino que circula entre varias. Comúnmente se manifiesta como transición entre masculino y femenino o como neutralidad, sin embargo puede comprender otros géneros, e incluso puede que se identifique con más de un género a la vez.

Las personas que se identifican como de género fluido pueden sentir el cambio de identidad a largo o a corto plazo; entre años, meses, días, etc. También puede ser asociado o confundido con el genderqueer...


Género no binario

Género no binario, también conocido como genderqueer, es un término que designa a las identidades de género que no se asimilan en los espectros de los géneros binarios (masculino y femenino) y que están fuera de la cisnormatividad, pudiendo manifestarse como un abanico de géneros alejados de los géneros binarios.1​ El término no debe confundirse con el término queer, que designa a cualquier tipo de minoría sexual que entre bajo los parámetros de las identidades LGBTI...




Teoría Queer

La teoría queer es un conjunto de ideas sobre el género y la sexualidad de las personas que sostienen que los géneros, las identidades sexuales, y las orientaciones sexuales, no están esencialmente inscritos en la naturaleza humana, sino que son el resultado de una construcción social, variando en cada sociedad.

Rechaza la clasificación de los individuos en categorías universales y fijas, como: varón, mujer, heterosexual, homosexual, bisexual o transexual; pues, considera que están sujetas a restricciones impuestas por una cultura en la que la heterosexualidad es obligatoria; así como la heteronormatividad y el heteropatriarcado. Estas categorías serían ficticias y esconderían un número enorme de motivaciones políticas apoyadas por la sexología, una ciencia que no ha sido totalmente teorizada.

Contra el concepto clásico de género que parte de la distinción a partir de la "heterosexualidad natural" aceptada como normal (en inglés straight, es decir "recto"), contraria a lo "anómalo" (en inglés queer o "retorcido"); consideraría que todas las "identidades sexuales" son igualmente anómalas, incluida la heterosexualidad.

Critica las clasificaciones socio-sexuales de la historiología, psicología, filosofía, antropología y sociología tradicionales, basadas habitualmente en el uso de un solo patrón de segmentación paternalista —sea de clase social, de género, de etnia o de nacionalidad poscolonial— y sostiene que las identidades sociales, condicionadas por la naturaleza sexual, se elaboran de manera más compleja como intersección de múltiples grupos, corrientes y criterios.

En América Latina han surgido corrientes que han cuestionado la coherencia de los principales referentes de la teoría queer estadounidense y europea, por la aparente reproducción de una contradicción al cuestionar muchos de los mecanismos normalizadores que combatirían, dado que imponen globalmente la expresión inglesa queer para referirse a toda la diversidad sexual, desde una posición elitista y académica, sin significado político.​

Además, en el caso del colectivo LGBTI, del que han salido la mayoría de referentes de la teoría queer, históricamente esta comunidad ha tenido una condición marginal o periférica; pero al afirmar que todos las deseos sexuales humanos son igualmente singulares se desmiente esta condición periférica y se invisibiliza la discriminación a la que se enfrentan las personas LGBTI cuando son percibidas como marginales, promoviendo así una institucionalización que es en algunos puntos acorde con el discurso heteronormativo/patriarcal.

Respalda la plasticidad de la naturaleza sexual humana, en la que el sexo no se entiende en términos morales, sino en términos de erotismo, posición jerárquica o responsabilidad social. El concepto de identidad sexual (hetero-, homo-, bi- o transexual) estaría mistificado; resultando ficticio y limitante, al considerar a cada ser humano más diverso que cada categoría por sí misma, debiendose calificar en su lugar cada acto, fantasía o deseo puntual.

Más recientemente, nuevos aportes queer surgidos del diálogo Sur-Sur, están proponiendo líneas de reflexión autónomas sobre la misma cuestión...

CONTINUARÁ...





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Testo yonqui

→ Beatriz Preciado pone en escena una profunda reflexión acerca del lugar (subalterno) de las mujeres en las sociedades occidentales y una documentadísima investigación de cómo llegamos al punto en que nos encontramos actualmente.

Pero también, y aquí lo explosivo de esta obra, es la propuesta de una matriz novedosa para pensar el momento histórico que habitamos y que Preciado bautiza de manera sugestiva: Era Farmacopornográfica. Luego de los regímenes esclavista e industrial, alrededor de los años setenta se pone en marcha un nuevo tipo de "gubernamentalidad del ser vivo" (en términos de M. Foucault): la regulación de los cuerpos. En este sentido, Preciado se aboca a reconstruir una genealogía de las transformaciones de la industria del último siglo, haciendo foco en la gestión política y técnica del cuerpo, del sexo y de la sexualidad, que según sus auspicios será el área de negocios más importante de este nuevo milenio. Dicho de otro modo, Preciado entiende que resulta hoy filosóficamente pertinente llevar a cabo un análisis sexopolítico de la economía mundial.

Esa es la tarea que se impone en Testo yonqui y de la cual sale completamente airosa. Desde el punto de vista genérico, Testo yonqui es un ensayo; dual, poroso, en constante transformación. Género abierto y definido por su falta de clausura, es la perfecta expresión –a nivel textual– de las ideas de la autora a nivel político. Ensayo profundamente comprometido con las causas "de género", pero también "ensayo corporal", protocolo de autointoxicación a base de testosterona sintética...



Dra. Sayak Valencia


→ Entrevista a Caro Gero
le médique que obtuvo el DNI sin indicación de sexo
Cambiar El Mundo desde el Propio Cuerpo







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sábado, 20 de octubre de 2018

EL CASO SHEILA AYALA





El horror y el espanto no dejan ver cuáles fueron los motivos por los que la vida de Sheila termina de esta manera. El cómo inunda las páginas de los diarios y las voces de las radios, pero poco nos detenemos sobre cuáles son los porqués. Si uno tan solo se atreve a preguntar sobre las causas de estos dramas, muchos de nuestros contertulios reaccionarán criticándonos de garantistas o haciendo caso omiso a la pregunta pedirán la pena de muerte de los asesinos como una forma eficaz para evitar futuros casos, la mayoría de ellos intrafamiliares.

Escuché en Radio Con Vos al fiscal general de San Martín, de la provincia de Buenos Aires, mencionar que son ya 300 los casos de abusos de menores (la gran mayoría jóvenes niñas) en esa localidad, muchos de los cuales ya cuentan con condena efectiva.

De inmediato, mis pensamientos fueron hacia el mismo lado del periodista Sietecase, quien le preguntó al fiscal sobre los motivos de estas atrocidades y las probables estrategias de prevención. La escolaridad fue esgrimida como una de las causales propias de la marginalidad, pero el fiscal no dejó de mencionar que aun en la clase media, con menor índice de deserción escolar, existen casos de abusos sexuales.

En nuestra sociedad venimos discutiendo mansamente los contenidos y el lugar docente de la educación sexual. Ya nadie se pregunta por qué no ejecutamos como deberíamos la ley 26.150 de Educación Sexual Integral promulgada en el 2006, y lo curioso es que nadie se siente incómodo por tener una ley que no tenga expresión fáctica en los colegios. No sentimos ni vergüenza y este es un evento cada vez más frecuente.

Por ello nuevamente estamos discutiendo si la educación sexual debe ser un tema relegado a la familia exclusivamente o al Estado junto con el entorno familiar. Para los primeros, el entorno familiar evitaría que se le hable a sus hijos sobre métodos anticonceptivos, el conocimiento del cuerpo o las diversidades sexuales que tanto espantan a una parte de la sociedad y que según la Iglesia requerirían de una terapia psiquiátrica. Para otros, en cambio, el entorno debiera ser escolar y bien precoz. En los contenidos de un programa de educación sexual deberíamos explicar a los niños que su cuerpo es de ellos y de nadie más, cuáles son sus partes íntimas, dónde se encuentran y quiénes pueden tener acceso a ellas en circunstancias tan solo muy especiales. Asimismo deberíamos reforzar la idea por la que no deben recibir regalos de otros a cambio de favores físicos o que nadie debe invitarlos a mantener un secreto. También se debería hablar sobre cuáles son los juegos permitidos de los no permitidos y cuáles son los entornos de violencia que deben referir a un adulto de confianza (maestro, enfermero escolar, personal del comedor o a un familiar). Aprender a decir no o a no sentir culpas antes las dudas o los hechos son pilares fundamentales para fortalecer la personalidad y la autonomía de los niños.

El caso de Sheila y de tantos otros niños y niñas muestran, con ventajas o desventajas sociales y económicas, una ausencia total de educación sexual que bien podría ser preventiva de estas situaciones, tanto en la riqueza como en la pobreza. Lamentablemente la Iglesia y los legisladores anuentes trabajan fervientemente para que todo quede en la nada y para que la educación sexual sea considerada como un evento peligroso. Somos un país acostumbrado a que nada cambie.

Los niños primero... rezan los políticos, pero en realidad el rezo debiera ser a que si no cambiamos, los niños serán los primeros en sufrir las consecuencias. La continuidad de la penalización del aborto ha sido un “triunfo de la democracia”... No me sorprendería que pronto asistamos a otro que podría ser la derogación de la ley de Educación Sexual Integral.

Mario Sebastiani
Doctor en Medicina





Sheila Ayala fue ahorcada.

Según los datos preliminares de la autopsia, la niña murió por “asfixia por estrangulamiento a lazo” y se presume que se utilizó la misma sábana en la que encontraron envuelto el cuerpo. Si bien la niña no presenta signos de abuso sexual, Fabián Ezequiel González Rojas, el tío que confesó haber asesinado a Sheila, tiene lesiones en los brazos que indican que ella habría intentado defenderse.

La autopsia se realizó en la morgue de San Martín. De acuerdo al informe preliminar, Sheila murió estrangulada. Su cuerpo tiene marcas en el cuello pero, aparte de eso, no presenta otras “lesiones traumáticas en la superficie corporal”. La niña tiene fracturas posmortem en las costillas que se habrían producido cuando arrojaron su cadáver al costado de la medianera en la que fue encontrado.

El cuerpo de Sheila no presenta signos de haber sido abusada sexualmente. Sin embargo, según el criminalista Raúl Torre, no es necesario que existan indicios de agresión sexual. El haber encontrado el cuerpo desnudo sería suficiente como para acusar al tío de intento de abuso. González Rojas tiene marcas que podrían indicar que Sheila intentó defenderse. Se sospecha de un intento de abuso no consumado, pero esto deberá confirmarse una vez que se tenga el resultado final de la autopsia.

Especialistas compararon el caso con el asesinato de Ángeles Rawson.

Jorge Mangeri, su asesino, confesó en la comisaría haber cometido el crimen y tenía lesiones en el cuerpo. A partir de los hisopados realizados en la autopsia, se pudo dar cuenta de que el ADN encontrado debajo de las uñas de Rawson era de Mangeri y que la joven había intentado defenderse.

González Rojas declarará hoy frente a la Justicia. La noche del miércoles, él y su pareja, Leonela Ayala, hermana del padre de Sheila, confesaron ante la Policía haber asesinado a la niña. Ambos deberán ratificar la confesión cuando el fiscal le tome la declaración. Ayala dio a luz ayer a la tarde y está internada en un hospital en Florencio Varela. Los dos fueron detenidos el jueves. “Tomamos droga y alcohol y no sabemos cómo llegamos a eso”, había dicho la pareja frente a agentes policiales.

Según Marcelo Lapargo, fiscal general de San Martín, a cargo de la causa, si se confirma que los familiares fueron responsables de la muerte de Sheila, podrían recibir la pena máxima. El crimen podría ser calificado como homicidio criminis causa (es decir, cometido para tapar otro delito) con la tentativa de abuso sexual.

La nena de 10 años había desaparecido el domingo en el barrio Trujuy, en el partido bonaerense de San Miguel. El jueves a la tarde fue encontrada muerta dentro de una bolsa de basura que estaba en una medianera lindera al predio en el que vive el padre. Según los investigadores, Sheila habría sido asesinada tres o cinco días antes de ser encontrada. Es decir que sus tíos la habrían mantenido con vida muy poco tiempo luego de haberla secuestrado.

Una cámara de seguridad había filmado a la niña cuando era llevada por un adulto. Leonela Ayala, tía y madrina de Sheila, fue de las personas que encabezó la búsqueda de la nena. Antes de declararse culpable, la mujer le dijo a un canal de televisión que su sobrina no se iba con nadie que no fuera de confianza. “Mi sobrina si sale de acá es conmigo”, afirmó. Sin embargo, un testigo dijo haber escuchado a Sheila decir: “Sí, tía, ahí voy”, antes de desaparecer. La fiscalía manejaba ayer el dato de que Sheila llegó sola a la casa, lo que eventualmente podría servir a la tía para sostener que no tuvo que ver con el supuesto abuso y el crimen y que en realidad ella también es una víctima de violencia de género.

Helicópteros, buzos tácticos, canes, bomberos y más de 150 policías rastrillaron desde la mañana del jueves el predio donde desapareció la nena. Cerca de las seis de la tarde, los tíos fueron sacados en patrulleros. Minutos después se confirmó el hallazgo del cuerpo de Sheila dentro de una bolsa entre dos paredes linderas. Los investigadores creen que pudo haber sido arrojada desde seis metros de altura, desde la edificación contigua donde viven Ayala y su esposo.

El juez de Garantías de San Martín, Mariano Grammático Mazzari, y el fiscal de instrucción, Gustavo Carracedo, ordenaron los peritajes forenses sobre el cuerpo para establecer la identidad del cadáver. Sin embargo, la identificación llegó por las confesiones de los familiares de la nena.

Los forenses trabajaban también en el departamento de la pareja, tomando muestras de un colchón de gomaespuma en el que se sospecha que estuvo la niña.

La investigación siempre estuvo centrada en el entorno familiar de Sheila. Durante los cuatro días que duró la búsqueda, Juan Carlos y Yanina, los padres de la niña, cruzaron acusaciones entre ellos. El hombre tenía la custodia legal de los hijos y, según consta en el expediente, la pelea habría estallado entre ambos cuando la madre se enteró que cambió la titularidad de la Asignación Universal por Hijo que percibía. “La madre me dijo que me iba a hacer algo que no me iba a olvidar pero no le di importancia porque siempre amenazaba con lo mismo”, dijo Juan Carlos en su declaración. Por su parte, Yanina aseguraba que “el padre se llevó a Sheila”.

Trabajadores sociales se llevaron a los hermanos de Sheila y le quitaron la custodia al padre. Los niños fueron revisados por médicos, quienes habrían encontrado una infección de sarna en las piernas del más pequeño. Luego de ser tratados, los niños fueron enviados a un hogar.



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martes, 2 de octubre de 2018

TERREMOTO EN EL NACIONAL BUENOS AIRES





Texto completo del discurso leído por las egresadas del turno mañana del Colegio Nacional Buenos Aires, de la promoción 2016, leída en su acto de entrega de diplomas el 28/09/2018 frente a autoridades, profesores, estudiantes y familiares. 

Con pañuelos verdes en sus muñecas y haciendo uso del lenguaje inclusivo, comentaron experiencias que "fueron y siguen siendo sumamente dolorosas".

"Venimos a denunciar la violencia institucional"

Somos un grupo de mujeres y disidencias egresades del turno mañana 2016. Venimos a denunciar la violencia institucional ejercida y avalada por la comunidad educativa hacia nosotres. Les pedimos que por un momento nos presten su atención dado que las experiencias que tenemos para contarles fueron y siguen siendo sumamente dolorosas.

Retrocedamos un poco en el tiempo, revivamos el año 2012. Tenemos doce o trece años e ingresamos a un establecimiento educativo que desde el primer momento nos impone normas de comportamiento que marcan una clara diferencia entre nosotres y nuestros compañeros varones cis, es decir, aquellos cuya identidad de género coincide con su sexo biológico. Como todas las mañanas, llegamos al Colegio y nos recibe el regente Guillermo Belleville. Nos hace comentarios sobre el largo de nuestras polleras, nos toca y nos besa, no nos computa los tardes si le caemos bien.

¿Es necesario detenernos a explicar por qué esto es inaceptable? Sigamos.

Año 2015. Tenemos quince o dieciséis años. Subimos las escaleras para llegar al aula y nos encontramos con Diego Riveiro, preceptor. Nos ofrece su servicio de masajes, evalúa junto a nuestros compañeros cuál es el mejor culo del año y les comenta “cómo se garcharía” a una de nuestras compañeras. También hay besos y manoseos que nos incomodan. Solo comentamos estos episodios entre nosotres en el baño durante el recreo.

Suena el timbre. Volvemos al aula y un grupo de varones toca la puerta para hacer una pasada de cara a las elecciones del centro de estudiantes. La Roxi, La Liga, Clan+Anticlán, Remate 5, La Popi, La Boba: año tras año, estos grupos -conformados principalmente por hombres cis-, se organizan bajo distintos nombres pero con un mismo objetivo: hacer del odio hacia las mujeres, las gordas, los gays, las lesbianas y disidencias, el eje de su campaña política. Estos grupos de varones recibieron los suficientes avales de parte de les estudiantes como para consolidarse como una entidad política más y en el proceso no hubo ni una sola norma del reglamento del Colegio que se viera quebrantada. Y es esto último lo que queremos poner de manifiesto: hay un sistema normativo imperante en este Colegio que da lugar a que asistamos a clases rodeades de carteles que predican, con total impunidad, que somos putas por disfrutar libremente de nuestra sexualidad, que somos objeto de consumo de nuestros compañeros. ¿O se atreverían a decir que no se percataron de que esto era una constante en nuestro día a día? ¿No era lo suficientemente llamativo el mural de “Gordas y vino” frente al Colegio? ¿No había siempre una autoridad presente en el aula mientras estos personajes se burlaban de nosotres?

Pero… ¿quiénes son esas autoridades a las que hacemos referencia? Suena el timbre otra vez, cambiamos de materia, tenemos matemática. Entra Jorge Blumenfarb -docente- y saluda a algunas de nosotras con un beso, nos toca la cintura. A sus favoritas nos pide que seamos “sus secretarias” o que le mandemos fotos de nuestras vacaciones por mail. A quienes no le agradamos nos denigra buscando complicidad con nuestros compañeros varones y haciendo comentarios sobre lo pronunciado de cierto escote: (ironía) ¿acaso no es evidente que nos vestimos de este modo para provocarlos? Nos toca celebrar la aprobación del código de vestimenta al mismo tiempo que aumenta la frecuencia e intensidad de los comentarios sobre nuestro modo de vestir.

Esta situación se nos presenta inabordable desde nuestro lugar de subordinades y en un acto desesperado decidimos acudir a nuestra tutora. La respuesta ante nuestro pedido de ayuda es nula: les tutores minimizan el asunto, se lavan las manos, se desligan de su responsabilidad. Nos dicen que no es posible hacer nada al respecto porque estamos denunciando a alguien que es amigo del vicerrector, Roberto Rodríguez –acusado de consumir pornografía infantil. Y es más, dicha tutora nos expone ante el mismo docente sin un mínimo de interés ante posibles represalias. A quienes estudiamos en este Colegio no nos sorprende que esto sea así: es harto conocida la inoperancia de les tutores en general y su habilidad excepcional para desampararnos y empeorar nuestra situación.

Volvamos al día de hoy. Diego Riveiro, quien fue nuestro preceptor, ocupa actualmente el cargo de regente y el docente Jorge Blumenfarb ahora es vicejefe del departamento de matemática. ¿Bajo qué concepto estas personas reciben una promoción en el escalafón educativo? ¿Qué méritos reconocidos los hicieron dignos de un ascenso? ¿Hasta cuándo van a perpetuar este sistema hostil que sigue empoderando a acosadores de menores, misóginos, violentos, mientras nosotres somos violentades y abusades en nuestra cotidianeidad?

El recuento de los horrores vividos a lo largo de los años excede lo que podemos poner en palabras en esta sola instancia. Nos estremece pensar que transitamos nuestro secundario -que crecimos, estudiamos, construimos conocimiento, desarrollamos nuestro pensamiento crítico- siendo violentadas tanto en el ámbito de lo académico como en el de lo personal. No nos olvidamos de Jorge Bottaro, profesor de informática, y la cosificación de la que nos hizo objeto. No nos olvidamos de Fernando Guarnaccio, docente de historia, y sus comentarios homofóbicos y misóginos. No nos olvidamos de Julian Lisczynsky, profesor de educación física, y sus distinciones entre rubias y morochas en las clases. No nos olvidamos del ex vicerrector, Agustín Zbar, que hace cinco años golpeó a una compañera en una sentada. Y NUNCA nos olvidaremos del director de esta orquesta, el rector Gustavo Zorzoli, que además expuso ante los medios de comunicación el caso de abuso de una compañera en el contexto de una toma con el fin de deslegitimar la medida de fuerza.

Regente, preceptores, docentes, vicerrectores, rector: ya no le tenemos miedo a sus sanciones. ¿Qué piensan de todo esto cuando se jactan de la supuesta excelencia académica que corre por estos claustros? ¿La violencia institucional también es uno de los pilares sobre los que se asienta el prestigio que reviste a este Aula Magna? Es evidente que no tienen una respuesta a estas preguntas porque nunca quisieron planteárselas:

Hacerlo implica cuestionar sus lugares de poder y aceptar sus falencias como educadores. No habernos escuchado fue una decisión política que hoy ya no pueden tomar. Les arrebatamos este espacio para brindarles esas respuestas que van a marcar el camino a seguir a partir de ahora. No vamos a tolerar que naturalicen sus prácticas violentas ni que sean cómplices por omisión de aquellos que las llevan a cabo. No vamos a tolerar que cuestionen nuestro modo de vestir, que nos humillen y expongan, que desoigan y minimicen nuestros reclamos, que pongan en duda nuestra palabra. No vamos a cargar con la responsabilidad y la culpa de las violencias que ustedes mismes ejercieron sobre nosotres por años.

Nuestras hermanas y compañeras que hoy habitan el Colegio son un ejemplo de lucha. Están transformando esta realidad con su rebeldía combativa. Nosotres no nos vamos a quedar atrás. Somos parte de la ola verde que va a arrasar con este sistema machista y patriarcal y que a ustedes los va a pasar por arriba si no son capaces de estar a la altura de nuestro movimiento.

Acá nos paramos firmes. Somos les invisibilizades de siempre, les violentades, les acosades, les abusades, personas trans, gordas, putas, gays, lesbianas, pero por sobre todas las cosas somos personas empoderadas.

Exigimos:

→ que se imparta una educación sexual con perspectiva de género: queremos hablar de
consentimiento y de placer;

→ que se aplique el Protocolo de acción institucional ante las situaciones de violencia de
género dictado en el año 2015;

→ un Departamento de Orientación al Estudiante con psicólogues capacitades para
acompañarnos en nuestro desarrollo y crecimiento personal, sin juzgarnos ni discriminarnos;

→ una revisión de los programas de cada materia que se ajuste a los tiempos que corren y que
incluya bibliografía feminista;

→ una reforma en el Reglamento del colegio, que nos ampare, nos defienda, que fomente la
igualdad y el respeto entre pares.

BASTA DE IMPUNIDAD ANTE LAS VIOLENCIAS. QUEREMOS QUE QUIENES HABITEN ESTAS AULAS EN EL PRESENTE Y EN EL FUTURO NO SEAN VÍCTIMAS DE SU NEGLIGENCIA.

ABAJO EL PATRIARCADO, SE VA A CAER.

¡ARRIBA EL FEMINISMO QUE VA A VENCER!




 ►  Mujeres y disidencias CNBA

Discurso de mujeres y disidencias de la promoción 2016 turno mañana del Colegio Nacional de Buenos Aires en su entrega de diplomas.







Carta de mujeres y disidencias - CNBA Promoción 2016 
Turno Vespertino

Carta escrita por 53 mujeres y disidencias de la promoción 2016 del Colegio Nacional de Buenos Aires leída en su acto de entrega de diplomas el 26/09/2018 frente a autoridades, profesores, estudiantes y familiares.



Madres y padres autoconvocados (MaPaC) del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) entregarán el jueves por la tarde una carta a las autoridades de la institución para manifestar el “apoyo incondicional” a las ex alumnas que hicieron, durante el acto de entrega de diplomas, graves denuncias de acoso sexual, abuso de poder y violencia institucional por parte de personal del Colegio, y para exigir que se investiguen las acusaciones que, en algunos de los casos, involucran a docentes en actividad. Ayer, después de que el mensaje de las chicas traspasara los muros del establecimiento más que centenario y levantara polvareda en todos los medios, la Universidad de Buenos Aires comunicó que decidió “asumir la competencia originaria de los hechos denunciados”, pese a que los directivos del colegio se habían amparado en que no había ninguna denuncia formal. Martina Miravalles, activa integrante del Mapac, dijo que las denuncias son “shockeantes” pero “no nos sorprenden porque desde que nos conformamos en 2016 venimos denunciando violencia institucional sin tener respuesta”.



► La presidenta del Centro de Estudiantes del CNBA, Juana Garay, sostuvo que “nos sentimos identificadas con la denuncia porque son situaciones que se siguen dando, no es algo aislado que le pasó a esa generación. Es sistemático el abuso de poder de las autoridades que les permite quedar impunes. A quienes íbamos a denunciar eran quienes nos estaban vulnerando, los que tienen que escucharnos son los mismos que nos acosan y vulneran, y es muy difícil generar una situación de confianza para hacer las denuncias”. Además, contó que cuando egresaron las chicas denunciantes “no existía en el Colegio la Secretaría de Género que hay ahora, que de a poco fue tomando cartas en el asunto. Aunque sólo para tratar situaciones entre pares, no entre estudiantes y adultos”.

También, explicó que “de los que fueron nombrados, Rodríguez fue desplazado el año pasado. El preceptor fue promovido a regente y el de matemáticas es subjefe de departamento, y hay situaciones de incomodidad de alumnas que están en el colegio con esas mismas personas”, y añadió que “adherimos a que los padres tomen cartas en el asunto, las nuevas generaciones decimos hasta acá llegamos. No es tiempo callar ni se puede ser neutral”.











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