Muchas de las fotos de este blog son de Ramiro Sisco con la comunidad Pilagá, en Las Lomitas, provincia de Formosa, Argentina.

lunes, 16 de abril de 2012

ESCLAVITUD INFANTIL








Día tras día, se niega a los niños el
derecho a ser niños. Los hechos, que se
burlan de ese derecho, imparten sus
enseñanzas en la vida cotidiana.

El
mundo trata a los niños ricos como si
fueran dinero, para que se acostumbren a
actuar como el dinero actúa.


El mundo trata a los niños pobres como
si fueran basura, para que se conviertan
en basura.

Y a los del medio, a los niños

que no son ricos ni pobres, los tiene
atados a la pata del televisor, para que
desde muy temprano acepten, como
destino, la vida prisionera. Mucha magia
y mucha suerte tienen los niños que
consiguen ser niños.

Eduardo Galeano

“Patas arriba”


Cuatrocientos millones de niños de todo el mundo viven actualmente en situación de esclavitud...

400.000.000

de niños...



Hoy se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil...


Organismos y ONG internacionales han denunciado que alrededor de 400 millones de niños viven actualmente en situación de esclavitud, muchos de ellos trabajando en la elaboración de productos que se comercializan en Europa.

Minas, basureros, prostíbulos o fábricas son sólo algunos de los lugares en los que millones de niños en todo el mundo trabajan, sin posibilidad de ir a la escuela.

Millones de menores en la India trabajan haciendo ladrillos por sueldos míseros; unos 10.000 en las minas de esmeralda de Colombia; y el 38% de los menores de Perú sufren esclavitud en las minas de suyo.

Con motivo de la celebración del Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, las organizaciones reiteran la necesidad de luchar contra este fenómeno. Esta esclavitud entra a formar parte de nuestra vida de cada día, ya que muchos de los productos que consumimos podrían ser fruto del trabajo forzado de menores.



Historia del Día Mundial contra la Esclavitud Infantil





Un día como hoy, un niño esclavo paquistaní de 12 años, Iqbal Masih, logró liberarse de sus amos y trabajó por la liberación de otros niños hasta que fue asesinado el 16 de abril de 1995, por miembros de las mafias de fabricantes de alfombras.

Iqbal fue “cedido” a un fabricante de alfombras por su padre a cambio de un préstamo de 600 rupias, y durante seis años fue obligado a realizar jornadas laborales de más de 12 horas, encadenado al telar y maltratado.







viernes, 13 de abril de 2012

ASESINOS DE ESTETOSCOPIO Y PICANA





Una organización de derechos humanos estima que 1.200 profesionales de la salud actuaron durante la última dictadura cívico militar.



El tipo decidía la duración y el voltaje de la picana en la sala de torturas. Si hacía falta, podía hacer maniobras de reanimación para que los detenidos siguieran siendo interrogados. Al periodista Jacobo Timerman llegó a sostenerle la lengua para que no se ahogara mientras lo torturaban. Sus tareas no terminaban allí: también supervisaba los partos clandestinos de los centros que regenteaba Ramón Camps, su jefe, y hasta se ocupaba de entregar a los recién nacidos a familias “occidentales y cristianas”.

La ex detenida Adriana Calvo lo reconoció en democracia. Denunció que la hizo parir en un auto, atada de pies y manos, y que luego la obligó a limpiar la placenta y el piso de la sala en la que la colocaron al llegar al centro clandestino.

El médico Jorge Antonio Bergés, de él se trata, fue uno de los más grandes asesinos de la dictadura. No fue el único, claro.

Según un informe de la ONG «Médicos con Memoria», “no menos de 800 médicos militares y civiles y unos 200 enfermeros participaron de manera directa en el terrorismo de Estado”.

La entidad les suma a esta cifra a psicólogos y profesionales en maternidades y morgues judiciales, subiendo el número a “alrededor de 1.200 profesionales de la salud”. “Podríamos comparar –aseguran– la real dimensión de lo ocurrido en nuestro país con lo ocurrido y el papel de los médicos alemanes durante el gobierno de la Alemania nazi”.

«Médicos con Memoria» es un espacio que integran médicos, enfermeros, psicólogos, bioquímicos. “Trabajamos con organismos de derechos humanos de Córdoba y de Buenos Aires y organizaciones médicas de Uruguay, Chile, y la Asociación Médica Mundial”, dice a Miradas al Sur Carlos Ferreyra, uno de sus integrantes.

Ferreyra es un cirujano cordobés. Fue parte del Sindicato de Sanidad Ferroviaria entre el ’79 y el ’76. En paralelo, participaba de organizaciones universitarias y comunitarias. Un mes después del golpe, le aplicaron la Ley de Prescindibilidad como consecuencia de sus actividades gremiales. Lo separaron de sus cargos y de su trabajo. Luego siguieron las amenazas de muerte y el largo camino al exilio en Inglaterra.

Siete años como refugiado. Allí trabajó en su profesión y denunció lo que pasaba en la Argentina. También vivió y trabajó varios años en España. “Entendemos que más de 3.000 trabajadores de la salud fueron detenidos, la mitad de ellos están desaparecidos. Y el exilio encontró a más de 20.000 profesionales e investigadores de la salud argentinos que nunca más regresaron a la Argentina”.

“El Estado terrorista impuso su poder político-militar en todo el sector salud, con acciones sobre sus estructuras, programas y recursos humanos. Todos los ministros de Salud provinciales, municipales, los decanos de las facultades de Medicina, los directivos de obras sociales y hospitales sindicales fueron designados por sectores cívico-militares golpistas. Había un plan preelaborado al golpe, con intervenciones inmediatas, de mediano y largo plazo. La prioridad era eliminar del lugar de trabajo a los dirigentes sindicales. Eso se realizó en menos de un mes. Luego, el exterminio físico por secuestro y desaparición”, analiza Ferreyra.


–¿Cómo participaron los profesionales de la salud en la represión?

–Muchos médicos, enfermeras y psicólogos participaron en la asistencia médica directa de decenas de miles de detenidos en todos los hospitales públicos, universitarios y sindicales del país. La habilitación se bajaba desde los ministerios. La logística se hacía desde el centro de detención, coordinada por el oficial militar médico que llevaba el servicio o la cátedra en el hospital. Y los médicos del servicio, así como los residentes y agregados, todos participaron de la atención de estos compañeros secuestrados. Desde hacer pruebas de laboratorio hasta intervenciones quirúrgicas, incluyendo la realización de partos a detenidas embarazadas. Estos pacientes ingresaban en condiciones de absoluta seguridad, habitualmente por la noche, con soldados armados que se apostaban a las puertas de las salas de guardia, quirófanos, salas de internación. Los pacientes, la mayoría esposados y atados a las camas o camillas, algunos embozados. Un oficial no médico ordenaba a los médicos llevar adelante sus intervenciones, con su presencia en el sitio.


–¿Ejemplos de esta coordinación en el área de salud?

–Hemos detectado que en la Maternidad Nacional de Córdoba se hicieron más de 200 partos en esas condiciones. Con la asistencia de muchos médicos, que en aquellos años eran agregados o residentes. En esos médicos y en esas enfermeras está la información de esos 200 o más bebés que nacieron en esa maternidad clandestina. Y hay otras 30 maternidades en el país que actuaron clandestinamente. Otro ejemplo: el hospital provincial de Córdoba. Su morgue, de sólo seis plazas, llegó a tener en varios períodos de la dictadura cientos de cadáveres, puesto que la dictadura utilizó esos lugares para ocultar su faena humana. Para desembarazarse de tantos cuerpos se abrieron fosas clandestinas. Los médicos y las enfermeras de aquellos tiempos lo saben. Más de quince hospitales públicos actuaron como morgues clandestinas.

Para Ferreyra, el Estado terrorista también se concentró en desmantelar el sector público de la salud, “en consonancia con los requerimientos establecidos por los grupos concentrados de la salud del mundo y de Argentina”.

“En dos décadas el modelo neoliberal se instaló en la Argentina, primero a sangre y fuego, y luego destruyendo las relaciones económicas y corporativas, los colegios médicos y otras organizaciones. Esas áreas están hoy más interesadas en su propia existencia y la de sus dirigentes, a través de la realización del negocio de la salud, que en la construcción de un sistema de salud que recupere esa mística perdida y le devuelva al Estado su obligación y responsabilidad de cuidar la salud de los argentinos”.


El médico Ferreyra considera que el número de médicos procesados o detenidos es “aún muy pequeño en comparación al universo de médicos identificados o mencionados, por encima de 100, en las causas judiciales que por terrorismo de Estado se están llevando”.

“Hay otros 100 más identificados por sus víctimas o familiares. Además de los 30 que están en proceso, la mayoría, médicos castrenses. Sólo hay unas veinte condenas, y la mayoría no está firme”.


–¿Considera que están en el mismo nivel los médicos que actuaron de manera ilegal por miedo, y aún así fueron cómplices, con los médicos que participaron activamente de la represión?

–No somos una organización de la Justicia. Somos profesionales que queremos traer de nuevo la mística de la vida y la salud a nuestra profesión. El terrorismo de Estado destruyó esa mística desde el miedo. No puede haber salud si no hay compromiso. Al hacer el Juramento Hipocrático, nos comprometimos por la vida. No hay nada mas alejado de ese juramento que instrumentar una prestación en una persona que es rehén, que está atada, cautiva. Todos los médicos que participaron prestando sus servicios en hospitales públicos actuaron en complicidad, y no merecen nuestro respeto como pares. Han roto su juramento y no se han arrepentido en estos largos 36 años. Por supuesto, hay casos de crueldad infinita realizados por médicos y enfermeros, como los que administraron el pentotal antes de los vuelos de la muerte. Pero para nosotros todos los que participaron son torturadores, no importa la escala. Y no pueden formar parte de la medicina argentina. Por eso, «Médicos con Memoria» siempre pide perdón a la sociedad: perdón por la vergüenza de que una minoría de torturadores empañe esta profesión de vida, que tiene como misión precisamente trabajar contra el sufrimiento. Buscamos que las organizaciones médicas asuman sus responsabilidades y rompan el pacto de silencio. Sólo así comenzaremos a recuperar lo perdido.



Conferencia sobre el genocidio cultural

Los próximos días 13, 19, 26 y 27 de abril se desarrollarán las conferencias sobre “El genocidio cultural”, “La quema de libros por los Estados terroristas” y “Reparación nacional del libro, su autor y su editorial”.

Las jornadas se llevarán a cabo en la ciudad de Córdoba, organizadas por el espacio abierto Arde la memoria.

Para mayor información: ardelamemoria@gmail.com o (0351) 152 375 464.






lunes, 2 de abril de 2012

MALVINAS Y LOS PIBES





Hoy es feriado, tenés tiempo. No hay excusas. Largá el diario, la compu, la tele, y ponete con tu pibe, con la nena, con toda la familia, a pensar en Malvinas.

Empezá a explicarles, y que ellos te cuenten, qué significan esas islas, qué fue la guerra de 1982, la dictadura cívico militar, los desaparecidos, la destrucción del aparato productivo nacional, la deuda externa, la apropiación de nuestras riquezas por parte de las corporaciones transnacionales en alianza con la oligarquía local, la pérdida de la soberanía económica en manos del FMI y la banca internacional...

Malvinas no son dos pedazos de tierra vacía en medio del Atlántico sur, son un remedo trágico de la dictadura y el genocidio, de los falcon verdes y los pibes estaqueados en la nieve y el horror.

Malvinas fue el grano de pus que explotó en la cara de los cobardes generales Leopoldo Fortunato Galtieri y Mario Benjamín Menéndez, pero la infección siguió...

Aunque bajó la fiebre represiva, condicionó a la joven democracia enferma, tuvo unos picos de fiebre y grave recaída carapintada, le dieron el alta muy débil, con mucho neoliberalismo, y casi que se muere en 2001...

Y recién ahora se está recuperando, tomando fuerza, vigor soberano, independencia económica, justicia social. Nuestra Democracia recuperó a sus amigos de suramérica, que tenía olvidados, y ya no está más sola.

Malvinas nos enseña, nos recuerda, que a los pibes y pibas hay que cuidarlos, son el futuro, el presente y la historia...







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