Muchas de las fotos de este blog son de Ramiro Sisco con la comunidad Pilagá, en Las Lomitas, provincia de Formosa, Argentina.

martes, 2 de octubre de 2018

TERREMOTO EN EL NACIONAL BUENOS AIRES





Texto completo del discurso leído por las egresadas del turno mañana del Colegio Nacional Buenos Aires, de la promoción 2016, leída en su acto de entrega de diplomas el 28/09/2018 frente a autoridades, profesores, estudiantes y familiares. 

Con pañuelos verdes en sus muñecas y haciendo uso del lenguaje inclusivo, comentaron experiencias que "fueron y siguen siendo sumamente dolorosas".

"Venimos a denunciar la violencia institucional"

Somos un grupo de mujeres y disidencias egresades del turno mañana 2016. Venimos a denunciar la violencia institucional ejercida y avalada por la comunidad educativa hacia nosotres. Les pedimos que por un momento nos presten su atención dado que las experiencias que tenemos para contarles fueron y siguen siendo sumamente dolorosas.

Retrocedamos un poco en el tiempo, revivamos el año 2012. Tenemos doce o trece años e ingresamos a un establecimiento educativo que desde el primer momento nos impone normas de comportamiento que marcan una clara diferencia entre nosotres y nuestros compañeros varones cis, es decir, aquellos cuya identidad de género coincide con su sexo biológico. Como todas las mañanas, llegamos al Colegio y nos recibe el regente Guillermo Belleville. Nos hace comentarios sobre el largo de nuestras polleras, nos toca y nos besa, no nos computa los tardes si le caemos bien.

¿Es necesario detenernos a explicar por qué esto es inaceptable? Sigamos.

Año 2015. Tenemos quince o dieciséis años. Subimos las escaleras para llegar al aula y nos encontramos con Diego Riveiro, preceptor. Nos ofrece su servicio de masajes, evalúa junto a nuestros compañeros cuál es el mejor culo del año y les comenta “cómo se garcharía” a una de nuestras compañeras. También hay besos y manoseos que nos incomodan. Solo comentamos estos episodios entre nosotres en el baño durante el recreo.

Suena el timbre. Volvemos al aula y un grupo de varones toca la puerta para hacer una pasada de cara a las elecciones del centro de estudiantes. La Roxi, La Liga, Clan+Anticlán, Remate 5, La Popi, La Boba: año tras año, estos grupos -conformados principalmente por hombres cis-, se organizan bajo distintos nombres pero con un mismo objetivo: hacer del odio hacia las mujeres, las gordas, los gays, las lesbianas y disidencias, el eje de su campaña política. Estos grupos de varones recibieron los suficientes avales de parte de les estudiantes como para consolidarse como una entidad política más y en el proceso no hubo ni una sola norma del reglamento del Colegio que se viera quebrantada. Y es esto último lo que queremos poner de manifiesto: hay un sistema normativo imperante en este Colegio que da lugar a que asistamos a clases rodeades de carteles que predican, con total impunidad, que somos putas por disfrutar libremente de nuestra sexualidad, que somos objeto de consumo de nuestros compañeros. ¿O se atreverían a decir que no se percataron de que esto era una constante en nuestro día a día? ¿No era lo suficientemente llamativo el mural de “Gordas y vino” frente al Colegio? ¿No había siempre una autoridad presente en el aula mientras estos personajes se burlaban de nosotres?

Pero… ¿quiénes son esas autoridades a las que hacemos referencia? Suena el timbre otra vez, cambiamos de materia, tenemos matemática. Entra Jorge Blumenfarb -docente- y saluda a algunas de nosotras con un beso, nos toca la cintura. A sus favoritas nos pide que seamos “sus secretarias” o que le mandemos fotos de nuestras vacaciones por mail. A quienes no le agradamos nos denigra buscando complicidad con nuestros compañeros varones y haciendo comentarios sobre lo pronunciado de cierto escote: (ironía) ¿acaso no es evidente que nos vestimos de este modo para provocarlos? Nos toca celebrar la aprobación del código de vestimenta al mismo tiempo que aumenta la frecuencia e intensidad de los comentarios sobre nuestro modo de vestir.

Esta situación se nos presenta inabordable desde nuestro lugar de subordinades y en un acto desesperado decidimos acudir a nuestra tutora. La respuesta ante nuestro pedido de ayuda es nula: les tutores minimizan el asunto, se lavan las manos, se desligan de su responsabilidad. Nos dicen que no es posible hacer nada al respecto porque estamos denunciando a alguien que es amigo del vicerrector, Roberto Rodríguez –acusado de consumir pornografía infantil. Y es más, dicha tutora nos expone ante el mismo docente sin un mínimo de interés ante posibles represalias. A quienes estudiamos en este Colegio no nos sorprende que esto sea así: es harto conocida la inoperancia de les tutores en general y su habilidad excepcional para desampararnos y empeorar nuestra situación.

Volvamos al día de hoy. Diego Riveiro, quien fue nuestro preceptor, ocupa actualmente el cargo de regente y el docente Jorge Blumenfarb ahora es vicejefe del departamento de matemática. ¿Bajo qué concepto estas personas reciben una promoción en el escalafón educativo? ¿Qué méritos reconocidos los hicieron dignos de un ascenso? ¿Hasta cuándo van a perpetuar este sistema hostil que sigue empoderando a acosadores de menores, misóginos, violentos, mientras nosotres somos violentades y abusades en nuestra cotidianeidad?

El recuento de los horrores vividos a lo largo de los años excede lo que podemos poner en palabras en esta sola instancia. Nos estremece pensar que transitamos nuestro secundario -que crecimos, estudiamos, construimos conocimiento, desarrollamos nuestro pensamiento crítico- siendo violentadas tanto en el ámbito de lo académico como en el de lo personal. No nos olvidamos de Jorge Bottaro, profesor de informática, y la cosificación de la que nos hizo objeto. No nos olvidamos de Fernando Guarnaccio, docente de historia, y sus comentarios homofóbicos y misóginos. No nos olvidamos de Julian Lisczynsky, profesor de educación física, y sus distinciones entre rubias y morochas en las clases. No nos olvidamos del ex vicerrector, Agustín Zbar, que hace cinco años golpeó a una compañera en una sentada. Y NUNCA nos olvidaremos del director de esta orquesta, el rector Gustavo Zorzoli, que además expuso ante los medios de comunicación el caso de abuso de una compañera en el contexto de una toma con el fin de deslegitimar la medida de fuerza.

Regente, preceptores, docentes, vicerrectores, rector: ya no le tenemos miedo a sus sanciones. ¿Qué piensan de todo esto cuando se jactan de la supuesta excelencia académica que corre por estos claustros? ¿La violencia institucional también es uno de los pilares sobre los que se asienta el prestigio que reviste a este Aula Magna? Es evidente que no tienen una respuesta a estas preguntas porque nunca quisieron planteárselas:

Hacerlo implica cuestionar sus lugares de poder y aceptar sus falencias como educadores. No habernos escuchado fue una decisión política que hoy ya no pueden tomar. Les arrebatamos este espacio para brindarles esas respuestas que van a marcar el camino a seguir a partir de ahora. No vamos a tolerar que naturalicen sus prácticas violentas ni que sean cómplices por omisión de aquellos que las llevan a cabo. No vamos a tolerar que cuestionen nuestro modo de vestir, que nos humillen y expongan, que desoigan y minimicen nuestros reclamos, que pongan en duda nuestra palabra. No vamos a cargar con la responsabilidad y la culpa de las violencias que ustedes mismes ejercieron sobre nosotres por años.

Nuestras hermanas y compañeras que hoy habitan el Colegio son un ejemplo de lucha. Están transformando esta realidad con su rebeldía combativa. Nosotres no nos vamos a quedar atrás. Somos parte de la ola verde que va a arrasar con este sistema machista y patriarcal y que a ustedes los va a pasar por arriba si no son capaces de estar a la altura de nuestro movimiento.

Acá nos paramos firmes. Somos les invisibilizades de siempre, les violentades, les acosades, les abusades, personas trans, gordas, putas, gays, lesbianas, pero por sobre todas las cosas somos personas empoderadas.

Exigimos:

→ que se imparta una educación sexual con perspectiva de género: queremos hablar de
consentimiento y de placer;

→ que se aplique el Protocolo de acción institucional ante las situaciones de violencia de
género dictado en el año 2015;

→ un Departamento de Orientación al Estudiante con psicólogues capacitades para
acompañarnos en nuestro desarrollo y crecimiento personal, sin juzgarnos ni discriminarnos;

→ una revisión de los programas de cada materia que se ajuste a los tiempos que corren y que
incluya bibliografía feminista;

→ una reforma en el Reglamento del colegio, que nos ampare, nos defienda, que fomente la
igualdad y el respeto entre pares.

BASTA DE IMPUNIDAD ANTE LAS VIOLENCIAS. QUEREMOS QUE QUIENES HABITEN ESTAS AULAS EN EL PRESENTE Y EN EL FUTURO NO SEAN VÍCTIMAS DE SU NEGLIGENCIA.

ABAJO EL PATRIARCADO, SE VA A CAER.

¡ARRIBA EL FEMINISMO QUE VA A VENCER!




 ►  Mujeres y disidencias CNBA

Discurso de mujeres y disidencias de la promoción 2016 turno mañana del Colegio Nacional de Buenos Aires en su entrega de diplomas.







Carta de mujeres y disidencias - CNBA Promoción 2016 
Turno Vespertino

Carta escrita por 53 mujeres y disidencias de la promoción 2016 del Colegio Nacional de Buenos Aires leída en su acto de entrega de diplomas el 26/09/2018 frente a autoridades, profesores, estudiantes y familiares.



Madres y padres autoconvocados (MaPaC) del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) entregarán el jueves por la tarde una carta a las autoridades de la institución para manifestar el “apoyo incondicional” a las ex alumnas que hicieron, durante el acto de entrega de diplomas, graves denuncias de acoso sexual, abuso de poder y violencia institucional por parte de personal del Colegio, y para exigir que se investiguen las acusaciones que, en algunos de los casos, involucran a docentes en actividad. Ayer, después de que el mensaje de las chicas traspasara los muros del establecimiento más que centenario y levantara polvareda en todos los medios, la Universidad de Buenos Aires comunicó que decidió “asumir la competencia originaria de los hechos denunciados”, pese a que los directivos del colegio se habían amparado en que no había ninguna denuncia formal. Martina Miravalles, activa integrante del Mapac, dijo que las denuncias son “shockeantes” pero “no nos sorprenden porque desde que nos conformamos en 2016 venimos denunciando violencia institucional sin tener respuesta”.



► La presidenta del Centro de Estudiantes del CNBA, Juana Garay, sostuvo que “nos sentimos identificadas con la denuncia porque son situaciones que se siguen dando, no es algo aislado que le pasó a esa generación. Es sistemático el abuso de poder de las autoridades que les permite quedar impunes. A quienes íbamos a denunciar eran quienes nos estaban vulnerando, los que tienen que escucharnos son los mismos que nos acosan y vulneran, y es muy difícil generar una situación de confianza para hacer las denuncias”. Además, contó que cuando egresaron las chicas denunciantes “no existía en el Colegio la Secretaría de Género que hay ahora, que de a poco fue tomando cartas en el asunto. Aunque sólo para tratar situaciones entre pares, no entre estudiantes y adultos”.

También, explicó que “de los que fueron nombrados, Rodríguez fue desplazado el año pasado. El preceptor fue promovido a regente y el de matemáticas es subjefe de departamento, y hay situaciones de incomodidad de alumnas que están en el colegio con esas mismas personas”, y añadió que “adherimos a que los padres tomen cartas en el asunto, las nuevas generaciones decimos hasta acá llegamos. No es tiempo callar ni se puede ser neutral”.











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