Muchas de las fotos de este blog son de Ramiro Sisco con la comunidad Pilagá, en Las Lomitas, provincia de Formosa, Argentina.

sábado, 28 de mayo de 2011

INFANCIA, MAESTRAS Y JARDINES




"La educación no crea al hombre, le ayuda a crearse a sí mismo."

Maurice Debesse



El 28 de mayo fue instituido como "Día Nacional de los Jardines de Infantes" en homenaje a Rosario Vera Peñaloza, la educadora nacida en La Rioja que dedicó gran parte de su vida a difundir principios y métodos innovadores en la educación.

Desde el Ministerio de Educación saludan a las maestras de este nivel y resaltan la importancia de la enseñanza a partir de los primeros años.

Este sábado es el Día de las Maestras Jardineras y los Jardines de Infantes, por eso saludamos la tarea de estas docentes que ayudan a los niños a dar sus primeros pasos en la Educación y las instamos a disfrutar los logros de los chicos animándolos en sus esfuerzos y acompañándolos en sus tropiezos.

El juego es muy importante en la Educación Inicial, es una herramienta pedagógica muy valiosa, y las maestras lo saben: “a enseñar se aprende y a jugar se enseña, es decir que, mientras aprendemos jugando, estamos enseñando a jugar”.






Rosario Vera Peñaloza nació el 25 de diciembre de 1873 en el pueblo de Atiles, departamento Rivadavia, La Rioja. Dedicó su vida a la enseñanza y fue quien fundó el primer jardín de infantes argentino. Además el Consejo Nacional de Educación le encargó la formación del Primer Museo Argentino para la Escuela Primaria, hoy Complejo Museológico del Instituto Félix Bernasconi.

Luego de una admirable trayectoria, llegó a Inspectora de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial. Falleció el 28 de mayo de 1950. Esa es la fecha que se toma, precisamente, para conmemorar, en su honor, el "Día de la Maestra Jardinera" y el "Día de los Jardines de Infantes".



martes, 24 de mayo de 2011

EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL








A partir de la sanción de la Ley 26.150 del año 2006, se crea el Programa Nacional, y la aprobación de los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral (ESI). Los y las docentes de nuestro país tenemos la responsabilidad y a la vez, la oportunidad, de enseñar educación sexual a nuestros niños, niñas y jóvenes.

Llamamos ESI al espacio sistemático de enseñanza aprendizaje que promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones concientes y críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y de los derechos de los niños, las niñas y los jóvenes.

  • Comprende contenidos de distintas áreas y/o disciplinas, y considera situaciones de la vida cotidiana del aula y de la escuela, así como sus formas de organización.
  • Responde a las etapas del desarrollo de las alumnas y de los alumnos.
  • Se incluye en el proyecto educativo de la escuela.
  • Promueve el trabajo articulado con centros de salud, las organizaciones sociales y las familias.


La ESI es una obligación del Estado Nacional y de los Estados Provinciales tal como lo establece la Ley 26.150.

La ESI es un derecho de los chicos y de las chicas de todas las escuelas del país, privadas o estatales, confesionales o laicas, de nivel inicial, primario, secundario y para la educación superior.






Son objetivos de la Ley 26.150


  • Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas orientadas a la formación armónica equilibrada y permanente de las personas.
  • Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos y confiables y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral.
  • Promover actitudes responsables ante la sexualidad.
  • Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular.
  • Procurar igualdad de trato y oportunidades para mujeres y varones.


fuente




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sábado, 21 de mayo de 2011

EN LA CIUDAD DE LA FURIA





¿Cómo funciona la estigmatización de los jóvenes en los casos de violencia de masa?

El asesinato del joven Matías Jano Fernández devolvió al escenario mediático un clásico de todas las épocas estivales: la violencia de los jóvenes en los boliches.

La fórmula es siempre la misma: una tragedia, un conjunto de casos forzadamente similares y, ya se sabe, “los jóvenes y las drogas y el alcohol”, “los jóvenes violentos”, “los jóvenes sin límites”.

De postre, la infaltable exigencia de “más policía”. Miradas al Sur consultó con un experto en psicología infanto-juvenil para intentar desentramar una cuestión sensible que, como ovillo informativo, fija la responsabilidad en los jóvenes y propone soluciones igual de facilistas, más parecidas a negocios que a una misión de paz.

“Una acción violenta o una reacción hostil, y hasta un hecho criminal, tienen un contexto y una historicidad. No se trata de hechos aislados. Todos, desde el más intrascendente hasta uno de gravedad, como el homicidio, se desarrollan en una trayectoria subjetiva. Nada es fortuito. Los hechos ocurren así porque las condiciones están dadas para que el protagonista del hecho de violencia pueda desplegarla”, afirma Fernando Osorio.

El trío que esperaba con el bate de béisbol a Matías en la puerta de Fantástico, en el día de su vigésimo cumpleaños, venía a dirimir una rencilla anterior. El caso de Micaela Ferreyra sucedió en un tiroteo en la puerta de la casa de alguien a quien ella y los tiradores que llevaba conocían del barrio.

En cambio, los medios recurren a la culpabilización faciloide; la ecuación es boliche = violencia espontánea. Este fin de semana, el diario Clarín agrupa en una nota firmada por Candelaria Schamun diez hechos delictivos relacionados con alguna disco, agitando los fantasmas de la fórmula. Es más, ninguno de los hechos que se citan en la nota –que también replica el diario digital Infobae– tuvo su origen en los locales bailables. “No existe una violencia juvenil diferenciada de la violencia social general, son los medios masivos de comunicación que generan opinión pública y delimitan así los acontecimientos para hacerlos comerciales”, le dice a Miradas al Sur Osorio, que se especializa en violencia infantil, juvenil y en las escuelas. Para Osorio, en la actualidad se experimenta violencia social a secas. Tiene como protagonistas a diversos grupos etarios. “En todo caso, los jóvenes reproducen la misma falta de valor en la vida que les han enseñado los adultos del entorno.”

La historicidad de las subjetividades de la abrumadora mayoría de los relevamientos periodísticos muere en el consumo de drogas y alcohol, y en la falta de “seguridad” estatal, pero en la puerta de los locales. Pero la violencia no nació ahora ni es una circunscripción específica de los jóvenes.

Desde que era chiquitito.

Lo más importante como sociedad, reflexiona Osorio, es “reconocer que para que se construya un sujeto perturbardor del entorno social, es condición sine qua non que proceda de un entorno de crianza altamente perturbador también”.

“Un niño o un joven es perturbador porque ha sido perturbado primero”, define el especialista.

En general, la violencia se padece en los primeros años de vida, lo que consolida un modo de relacionarse con el mundo.

El autor de Violencia en las Escuelas y Usos y Abuso de Drogas, explica que aún está muy presente esa vieja conocida de la cultura argentina que es el “sálvese quien pueda”, desarrollada entre los últimos estertores del último gobierno militar, retomada durante la nefasta década de los ’90 y que aún persiste.

Sus características fundamentales serían “el individualismo, la falta de cooperación y de solidaridad; con la superficialidad y la banalidad como valores; la imagen y la estética como objetivos de vida a alcanzar, la degradación de la autoridad parental y jurídica y, por sobre todas las cosas, la falta de futuro cierto... Queda despojado el niño o el joven de toda referencia y entonces ya no tiene nada que perder, así sea la vida propia y mucho menos la ajena. Ya no alcanza con insultar o pelearse. Se mata porque la vida no tiene valor”.

Días atrás, el especialista en Derecho Penal (UBA) Marcos Salt le decía a Verónica Ocvirk, del periódico Tiempo Argentino, que “antes que poner plata en cárceles, tal vez sería mejor invertir en clubes”.

En consonancia, Osorio agrega “la falta de políticas públicas” como uno de los factores perturbadores responsables de los sujetos perturbadores de hoy.

“La presencia concreta de las políticas públicas en los últimos ocho años no pueden modificar rápidamente los estragos que provocó la intromisión inaudita del narcotráfico en los ’90”, ejemplifica.

También remarca la necesidad de mantenerlas en el tiempo, porque “actualmente hay una familia transformada, deconstruida y vulnerada por esa falta de contención social durante tantos años. En ese sentido, la Asignación Universal por Hijo cubre un mínimo porcentaje de esa contención y, aunque sea poco, es un gran paso, totalmente inédito en la historia de nuestro país”.

Al final, la supuesta crispación no era avivada por los grupos sociales, militantes o sindicales, sino que más bien lo es por las incertidumbres, sensaciones de crisis y de no pertenencia, que es la especialidad de los mismos medios que siguen estigmatizando a los jóvenes.

“La desarticulación de lo social de la política neoliberal se ve también en los modos en que se manifiesta la violencia entre conciudadanos. Una violencia extrema, con una conducta sin códigos, un sujeto desleal, injurioso, hipócrita, individualista y traidor”, concluye Fernando Osorio.

“La violencia que se experimenta hoy aquí sucede en muchos lugares del mundo, y se conoce como violencia de masa, no tiene objetivos claros, es pura violencia, puro enfrentamiento de unos con otros, ya no hay ideales revolucionarios para mejorar el mundo, y ni siquiera funcionan como grupo, camaradas, ni equipos”
.






viernes, 20 de mayo de 2011

NARICITA Y PERUCHO




“Un día, después de dar de comer a los peces, Lucía sintió que le pesaban los ojos de sueño. Se recostó en la hierba con la muñeca al lado, mirando correr las nubes que pasaban por el cielo y que iban formando unas veces castillos, otras veces camellos. E iba a dormirse ya, arrullada por el murmullo de las aguas, cuando sintió cosquilleos en el rostro.

Abrió los ojos: un pececito, vestido como una persona, estaba en la punta de su nariz.

¡Sí, señor, vestido de persona! Llevaba una levita roja, galera en la cabeza y un paraguas en la mano. ¡Como un galán! El pececito miraba la nariz de Naricita arrugando la frente, como quien no consigue comprender nada de lo que ve.

La niña contuvo el aliento por temor de asustarlo, y permaneció así hasta que sintió cosquillas en la frente. Miró con el rabillo de un ojo. Vio que un escarabajo se había posado allí. Pero un escarabajo vestido como la gente, con un levitón negro, anteojos y bastón...”



En la Feria del Libro, pudimos encontrar un libro especial para los chicos y chicas. La presidenta Cristina Fernández escribió el prólogo de Las travesuras de Naricita, un libro de cuentos infantiles del brasileño Monteiro Lobato.

En el texto, la Presidenta cuenta su admiración por esos cuentos que leía de niña y dice que se decidió a prologar la nueva edición de Losada después de hablar en Brasil con su colega Luiz Inacio Lula da Silva. Antes de pasar a la lectura de clásicos como "Los secretos de la araña" o "Naricita respingada", llenas de dibujitos graciosos, los niños podrán leer el relato presidencial.





José Benito Monteiro Lobato (1882-1948), fue escritor, periodista, editor, traductor, empresario del hierro y del petróleo. Estudió Derecho, pero más tarde abandonó la profesión para dedicarse a la literatura. Fundó la industria editorial en su país, y se convirtió, con las historias de La quinta del benteveo amarillo, en uno de los mayores autores de literatura infantil y juvenil del Brasil.

El libro incluye: Naricita respingada, La quinta del Benteveo, El marqués de Rabicó, El Matrimonio de Naricita, Las aventuras del Príncipe, El Gato Félix. Todo comienza con una inesperada visita de la nieta de Doña Benita al Reino de las Aguas Claras, y con la llegada de su primo, Perucho, a la quinta del Benteveo amarillo para pasar unas nuevas vacaciones.






« Mamá o mi abuelo acostumbraban atender a cuanto vendedor de libros tocaba el timbre de nuestra casa. Eran épocas de ventas en cuotas interminables. Diccionarios en 3 tomos, gigantescos y pesados, que apenas con mis seis o siete años alcanzaba a bajar de los estantes para leer, colecciones enteras de todo tipo de enciclopedias, revistas y fascículos de la Biblia, y otros relatos que luego mamá mandaba a encuadernar. La lista sería infinita, como grande la biblioteca que se fue formando en esos años de infancia.

» Sin embargo, mi memoria registra con absoluta nitidez la llegada a casa de la colección completa de lo que recuerdo como Las travesuras de Naricita y Perucho, de Monteiro Lobato. Su formato de tapas duras, coloradas, con las líneas de los rostros de Naricita y Perucho, en dorado, constituyen un registro visual imborrable. Más que leerlos, literalmente devoré esos textos que iban de las fantasías más alocadas a la enseñanza de historia, geografía, geología y todo tipo de conocimiento.

» Emilia, la muñeca de trapo, terca y caprichosa, intrigante y rezongona, pero querible como pocas, convivía con el Vizconde –un marlo de maíz con galera e impertinentes– siempre atinado, serio y responsable. Naricita y Perucho, dos niños fantasiosos, aventureros, inquietos y siempre deseosos de saber más, podrían haber sido uno de nosotros. Doña Benita, la abuela, era una “abuelísima” de gafas y pelo blanco que con la ayuda de la negra Anastasia –la “tía” inefable creadora de Emilia, la muñeca– hacían de la quinta del “Benteveo amarillo”, un lugar en el que todos hubiéramos querido vivir.



» Pasada mi niñez pensé que todos esos personajes pasarían a formar parte de los lejanos recuerdos de una infancia feliz de muñecas y libros, de juegos y conocimientos. Sin embargo, la vida, el destino personal o el del país, o ambos en intensa combinación, hicieron que volviera a encontrarlos en dos oportunidades más. Una fue durante el año 1976. Había transcurrido largo tiempo desde mis lecturas infantiles. En nuestra biblioteca familiar, bajo mi impronta, y luego la de mi hermana Gisele, se habían incorporado otros textos. Junto a Monteiro Lobato, estaban Hernández Arregui, Rodolfo Puiggrós, Arturo Jauretche, Scalabrini Ortiz, Marechal, Cooke, Franz Fanon, Walsh, Perón, Galeano, Benedetti, Darcy Ribeiro, Paulo Freire, Sartre, Camus, y tantos otros. Las fantasías habían dado paso a las utopías, las aventuras a la militancia, el conocimiento puro y casi aséptico a otros conocimientos: el del entramado cultural que, al amparo de dictaduras militares recurrentes, sumía en la desinformación y la expoliación a nuestro país y a nuestra Latinoamérica.

» Una tarde de febrero de 1976, irrespirable, no sólo por el calor, sino por lo que sucedía –que presagiaba tragedias mayores–, llegué a casa de mamá. Ya no vivía allí, el año anterior me había casado con un compañero de la facultad. La encontré a mi hermana forrando las tapas de los libros cuya sola tenencia, en caso de allanamientos –muy frecuentes en aquellos días– eran el pasaporte directo a la cárcel, en el mejor de los casos. Gisele al mismo tiempo cortaba las primeras páginas de los libros de Naricita y Perucho y los pegaba en los libros de Puiggrós, de Fanon, Walsh o Cooke.



» "Qué estás haciendo loca?", le pregunté –siempre amable y diplomática–. Me miró y me dijo: "¿yo, loca?, loca está mamá que nos quiere quemar todos los libros; te aviso que ya te tiró al pozo ciego todos los “desca” y las “militancia”" –El Descamisado y Militancia eran dos semanarios obligados de aquella época-, y siguió forrando tapas “peligrosas” y pegando páginas de los libros de Monteiro Lobato, mientras yo la miraba absorta, sin saber si reír o llorar.

» No hice ninguna de las dos cosas, me fui a mi casa de City Bell, en las afueras de La Plata, donde vivía con Néstor Kirchner, quien había dejado de ser mi compañero de facultad, para transformarse en mi compañero de vida. Nunca allanaron la casa de mamá; nunca volví a preguntarle a mi hermana si Naricita y Perucho seguían mezclados con aquellos libros de mi juventud. La mente humana se las arregla para esconder, en algún pliegue lo que no queremos recordar.

» Pasaron los años y la dictadura. Néstor fue elegido intendente de su ciudad natal en 1987, y yo, diputada provincial de Santa Cruz en 1989. En 1991 él fue gobernador de la provincia, cargo por el que fue reelegido en los años 1995 y 1999. En el año 2003, fue electo presidente de todos los argentinos. Treinta años exactos después de aquellas lecturas, de aquellos fuegos. Comenzó su presidencia en un país al borde de la disolución económica y social después del default, sin olvidar Malvinas y una generación desaparecida, que había abrevado en aquellos textos queriendo escribir una historia distinta. Desde 1995, fui elegida, en distintas oportunidades, como diputada y senadora nacional, cargo, este último, que ocupaba cuando Néstor asumió como presidente.

» Durante el año 2008, tuvo lugar mi tercer encuentro con Naricita y Perucho. Esta vez fue –cosas de la vida– en el Brasil. El Brasil de Monteiro Lobato. Ya no era una niña que leía incansablemente; tampoco era la joven militante peronista del cigarrillo permanente en la mano, que leía y discutía todo el tiempo. Tenía 55 años y era la presidenta de la República Argentina, en visita oficial a la hermana República Federativa del Brasil. Compartía la mesa con Luis Ignacio Lula da Silva, su Presidente, y Celso Amorim, su canciller, entre otros. De repente, en la conversación volvieron a aparecer Naricita y Perucho –nunca voy a recordar el motivo–. Celso hace referencia a Monteiro Lobato y entonces le conté acerca de mis lecturas infantiles. No lo podía creer. Eran también sus preferidas. Allí surgió la idea de patrocinar por parte del gobierno del Brasil una nueva edición de las aventuras de Naricita y Perucho, esta vez prologada por mí.

» Y aquí estamos. No sé si éste será mi último encuentro con estos niños entrañables; si los hijos de mis hijos leerán libros, o serán definitivamente atrapados por Internet. No lo sé. Espero que no, por ellos: se perderían el placer indescriptible de abrir un libro y no saber qué van a encontrar, a imaginar, a fantasear. Se perderían las sensaciones que provoca atravesar esta vida, construyendo utopías y abriendo caminos, que parecían definitivamente cerrados para nuestro país y nuestro continente. Por eso, espero nuevos encuentros. Por ellos y por nosotros. En definitiva, por todos.

» A Naricita y Perucho, a Emilia y el Vizconde; a Anastasia y doña Benita y a todos lo que contribuyeron a alimentar mis sueños y forjar mis Utopías ».

Cristina Fernández de Kirchner


domingo, 15 de mayo de 2011

MARCIANOS: Cronología de la Deuda Externa





Ya se puede ver por la tele la serie animada producida por el Museo de la Deuda Externa de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Lo transmite el canal Encuentro.


El video fue realizado por equipo encabezado por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. El comic animado es "la adaptación para televisión de una colección de cinco cómics que versa sobre el endeudamiento público", que editaron y produjeron los miembros del Museo de la Deuda Externa de la Facultad junto a docentes, graduados y alumnos de Económicas, explicó a Télam el decano de la Facultad, Alberto Barbieri.

"Esto es una gran colaboración para ir desentrañando un cuidadoso andamiaje cultural acerca de por qué las cosas nos pasaron y cómo tenemos que hacer para que no vuelvan a ocurrir", afirmó la Presidenta de la Nación Cristina Fernández...


La trama cuenta cómo un grupo de 3 extraterrestres arriba a la Tierra “mil años tarde”, cuando todas las formas de vida ya han desaparecido a raíz de una “hecatombe nuclear”. Los ET recurren a una “brecha espacio-temporal” de la cual abducen a un economista argentino que explica el principal fundamento del fin de la humanidad: la Deuda Externa.

La serie tiene 6 entregas de 25 minutos cada y se emitirá todos los martes a partir de las 22:30 horas por el canal Encuentro.











jueves, 12 de mayo de 2011

NIÑOS DESAFIANTES






Son esos niños a los que se atribuía “mala conducta” o “mala educación”; hoy algunos los rotulan como “trastorno negativista desafiante” o “trastorno oposicionista”. La autora sostiene que esa conducta “abarca problemáticas muy diferentes”, y la vincula con determinaciones familiares y sociales.


“Alan tiene 7 años. No respeta las reglas de la escuela, contradice a la maestra, desafía a las autoridades. Debe tener un problema orgánico. ¿No necesitará medicación?”.

“Pedro tiene 4 años; discute todo lo que se le dice, se pelea con los otros chicos y se enoja cuando se lo reta. Se tira al suelo cuando se le niega algo que quiere. Nos dijeron que consultemos a un neurólogo”.

“Juan tiene 5 años. Se niega a hacer lo que se le pide, dice a los gritos que no quiere obedecer y trata de imponer su voluntad todo el tiempo. Lo retamos, le pegamos y le ponemos penitencias, pero cada vez es peor. ¿Qué podemos hacer?”.

Y una escena en la calle: La mamá: “Cuando hablo con otro adulto no me interrumpas”. El nene, de 5 años (en el mismo tono de voz autoritario): “Y vos contestame cuando yo te hago una pregunta”. La mamá: “Me estás desafiando”. El niño: “Y vos me estás desafiando a mí”.

Son niños a los que antes se les adjudicaba “mala conducta” o “mala educación”. Algunos de estos niños fueron rotulados por diversos profesionales como “síndrome de déficit de atención con hiperactividad”. Otros, como “trastorno negativista desafiante” o “trastorno oposicionista desafiante”, una nueva clasificación que circula por los ámbitos de la salud y la educación. Otro “trastorno de época” con una supuesta “solución” de época. Así, algunos niños a los que se les pone este sello son medicados con antipsicóticos en dosis leves, para mejorar su conducta.

Nuevamente, como en el caso del trastorno por déficit de atención, nos encontramos con la descripción de una conducta frecuente en nuestra cultura, frente a la cual se arma una clasificación psiquiátrica y se supone un remedio mágico.

Por consiguiente, es una nominación que suele abarcar patologías y problemáticas muy diferentes. Desde las respuestas impulsivas y agresivas de un niño que siente que su psiquismo estalla frente a las exigencias del mundo, hasta las dificultades de otro que no tolera las normas: todos son ubicados del mismo modo. A la vez, es frecuente que estos niños susciten la hostilidad de los adultos. Es decir, no se lo piensa como una conducta que suscita preguntas, que dice algo, sino como algo a acallar. Consideradas como un cuadro psicopatológico o como respuesta a una educación permisiva, las conductas de los niños que se oponen a las reglas escolares y familiares se piensan como algo a silenciar más que como un llamado a escuchar.

Pero el comportamiento transgresor y desafiante de los niños de hoy no tiene que ver necesariamente con una falta de castigos o con actitudes demasiado permisivas de los padres. Sucede que los adultos presentan dificultades para sostener las diferencias niño-adulto, no pueden ser garantes de un futuro mejor y esperan que los niños los sostengan narcisísticamente. Así, generan actitudes y respuestas frente a las que luego se violentan. A estos niños se los ha imbuido de un poder omnímodo. Son los mismos adultos los que los han convencido de que son seres poderosos, de que deben cumplir ya con todo lo esperado y de que este cumplimiento les traerá satisfacciones inmediatas.

¿A qué se oponen los niños? ¿A qué se niegan? ¿Qué desafío está en juego? ¿Qué nos están diciendo con tanto “negativismo”? Es frecuente que los niños de hoy traten a los adultos como pares e intenten imponer su voluntad a toda costa. Pero hay determinaciones sociales, familiares e individuales que debemos tener en cuenta en la producción de estas conductas, que suelen denunciar dificultades en la estructuración narcisista.

Al considerar el comportamiento como algo estático, un trastorno que el niño trae y que es atemporal, no se toma en cuenta su sufrimiento. Estos niños, a su vez, suelen desmentir el dolor, justamente porque suponen que tienen que funcionar como poderosos y que si se muestran débiles quedan a merced de un tirano. Generalmente son sancionados, castigados, expulsados, lo que refuerza la idea de un mundo hostil y arbitrario.

Lo que aparece como conducta oposicionista-desafiante o negativista-desafiante puede responder a múltiples determinaciones, en las cuales tienen peso tanto el medio social como el familiar, así como el modo particular en que ese niño tramita sus vivencias.

Algunos niños no hay podido constituir ligazones que operen como inhibidoras del desborde pulsional y quedan a merced de la insistencia pulsional en una pura descarga. El otro fracasa como aquel que contiene y calma y el niño queda solo en un estado de enfrentamiento con todos, suponiendo que los otros son causa de su malestar. Esto suele confundirse con un funcionamiento “oposicionista”.

Así, un niño de 10 años que insultaba a las maestras, le pegaba a la madre, totalmente desbordado por cualquier situación en la que tuviera que esperar su turno o ceder frente a otro, fue diagnosticado como trastorno negativista desafiante. En ese diagnóstico primó una idea de clasificar, sin dar cuenta de los mecanismos productores de sus desbordes.

Estos se desencadenaban cuando aparecía una situación en la que se le presentificaba la idea de ser aniquilado o expulsado violentamente por el otro, lo cual lo llevaba a estados de desesperación donde las urgencias se transformaban en irrefrenables. La desesperación se incrementaba en el vínculo con adultos que se ubicaban como impotentes frente a los ataques del niño.

Oposición o dependencia

En tanto el niño teme depender del otro porque no lo considera seguro y supone que va a quedar a merced de él, de sus idas y venidas, el mostrarse autosuficiente y negarse a obedecerlo puede ser el modo en que intenta sostener un armado narcisista precario. En algunos niños, dominar al otro, someterlo a la propia voluntad, parece ser la única satisfacción posible. Ya no es la satisfacción erótica en el vínculo con el otro, el placer en la realización del deseo, sino el placer en el dominio del otro como objeto. Hay niños que se unifican en el “no” como modo de ser, como protección, porque si no se sienten arrasados por el avance intrusivo del otro. La dificultad radica en que pierden la percepción de sus deseos (algunos no la tuvieron nunca) y lo único que desean es oponerse al deseo del otro (lo que delata la dependencia). Al abroquelarse en el “no”, éste funciona como organizador que les permite sostenerse como diferentes.

Este funcionamiento suele traer dificultades para sublimar. Así, en lugar del juego o de actividades creativas estos niños buscan el poder por sobre todas las cosas. Ser el jefe de la banda es lo único importante.

El “no” formulado como “no quiero” implica tanto la posibilidad de poner coto al avasallamiento del otro como de reafirmar la autonomía. Los padres de un niño de 4 años consultaron porque el chico regulaba todos los movimientos de la casa. Si él se oponía, no podían salir a pasear o a comer afuera: cuando no se hacía lo que él quería, respondía con escándalos. Podermos preguntarnos: ¿qué quería? Quizá dominar a los otros para no darse cuenta de que eran personas autónomas, separadas de él, situación que, cuando se hacía evidente, le acarreaba muchísimo sufrimiento. A la vez, estos padres se ubicaban en una lucha de poder con el niño, repitiendo con él la batalla cotidiana con un mundo vivido como demasiado exigente.

Depender de otro supone que uno puede perderlo. Estos niños intentan desmentir toda dependencia para evitar toda pérdida. Puede ocurrir que un niño tenga terror al abandono y desmienta por eso la necesidad de ese otro. Pero el resultado es que el objeto se le torna incontrolable, la separación no puede ser eternamente desmentida y permanentemente reciben heridas insoportables, en tanto esperan una fusión imposible.

Así, un niño que, por pegar a los otros niños y desafiar a los docentes, estaba a punto de ser expulsado del jardín de infantes, trae a las sesiones su sensación de injusticia, de no ser escuchado por los maestros, de quedar como culpable de todas las situaciones de un modo arbitrario. Está muy enojado con el mundo. Le propongo jugar a que él es el psicólogo. Acepta y juego a ser una niña que les pega a todos y a la que retan todo el tiempo. Yo voy diciendo lo que siento, lo injustos que son conmigo, cómo ninguno me escucha y cómo me dejan sola, y él va pasando de ser un adulto implacable, que sólo me reta, a transformarse en un director de escuela que dice: “Yo te creo; voy a ir con vos al recreo a ver lo que pasa, y si te molestan yo te defiendo”.

Esta variación de posición en el juego le permitió ir modificando su lugar en el jardín, sintiendo que los adultos podían escucharlo y defenderlo. Pudo empezar a mostrar sus miedos, sus debilidades, y soportar la indefensión frente a los adultos
.

Muchas veces la desmentida de la dependencia está sostenida por los adultos, que ubican al niño como todopoderoso frente a adultos impotentes. Lo que podemos denominar “idealización de la infancia” es uno de los factores sociales que inciden en las dificultades de los niños de hoy.

Los padres de una niña de 3 años afirmaban que la niña era “terrible” y que en la casa rompía todo. Al relatar un episodio en que la niña había roto la mesada de la cocina, le adjudicaban una fuerza que no tenía. De este modo, la niña quedaba entrampada entre un poder omnímodo y ser la culpable de todo lo que ocurría, cuando era obvio que la mesada estaba quebrada desde antes y ella sólo había puesto de manifiesto ese quiebre. La niña –curiosa, con un lenguaje muy desarrollado y un excelente nivel de juego dramático– no obedecía y se enojaba frente a cualquier negativa a sus deseos. ¿Cómo iba a obedecer a adultos que se mostraban más débiles que ella? Una consecuencia era la confusión respecto de sus propias posibilidades y un estado de desesperación, del que intentaba salir a través del desafío.


Directora de la Carrera de Posgrado de
Psicoanálisis con Niños,
APBA-UCES.

Texto extractado del libro
El sufrimiento psíquico en los niños. Psicopatología infantil y constitución subjetiva
(ed. Noveduc).






miércoles, 11 de mayo de 2011

ESTADO Y LEY DE EDUCACION SUPERIOR





La presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación (HCDN), Adriana Puiggrós, presentó un proyecto de modificación de la ley 24.521, de Educación Superior.

El proyecto de Puiggrós “Ley de Implementación efectiva de la responsabilidad del Estado en el Nivel de Educación Superior”, tiene como objetivo la modificación de algunos artículos de la actual Ley de Educación Superior: ley 24.521, sobre todos aquellos que son ambiguos a la hora de interpretar el principio de gratuidad y acceso a la educación de este nivel.

En los argumentos de la fundamentación del proyecto se hace referencia a que la Ley 26.206 de Educación Nacional “es precisa en la implementación de mecanismos que aseguren políticas inclusivas universales para el acceso, permanencia y egreso graduado de los Niveles y Modalidades del Sistema de Educación de la Nación”.

Las diferentes leyes del campo educativo que se han dictado en el período que se inició el 25 de mayo de 2003 ─Ley 26.206, la 26.058 de Educación Técnico Profesional, la 26.075 de Financiamiento Educativo, por ejemplo─ refieren y dan cuerpo a la responsabilidad del Estado sobre la provisión de una educación integral, gratuita en los niveles educativos obligatorios e inclusiva para todos los habitantes de la Nación Argentina, haciendo especial énfasis en aquellos particularmente desamparados, otrora discriminados.

El proyecto de Puiggrós, explica que “la vigente ley 24.521 de Educación Superior deja abierta la posibilidad de arancelar los estudios de grado académico y restringir el acceso vía exámenes eliminatorios de ingreso, tanto en su letra al no prohibir explícitamente la posibilidad de cobrar un arancel a los estudiantes de Licenciatura, Profesorados u otros títulos profesionales al tiempo que propicia mecanismos de exclusión eliminatoria, como en el espíritu total del Sistema que estatuye y conforma”.

El análisis integral de la situación de la Educación Superior Universitaria tal como se define en la actual LEY de Educación Superior, permite apreciar rápidamente que los riesgos de fragmentación del sistema universitario frente a intereses reforzados por normativas propiciatorias lo comprometen con intereses particulares y dispersos en el océano del Mercado.

La contradicción es flagrante ─dicen los fundamentos del proyecto─, “el conocimiento debe ser producido y transmitido a medida de las reglas del Libre Mercado, pero los instrumentos que se utilizan para alcanzar ese resultado son de un alto control de todas las operaciones de mercadeo de conocimiento. La racionalidad del capitalismo neoliberal ─que ha crecido en la matriz de la más alta escala alcanzada por la razón humana en materia de ciencia y tecnología─ carcomió las fronteras que diferenciaban la vorágine del mundo económico del espacio de producción y transmisión de bienes simbólicos, en lugar de actualizar lazos productivos y creadores entre una y otra tarea humana”.

Con este criterio el artículo 1° del proyecto dice: “Establécese la responsabilidad principal e indelegable del Estado Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sobre la Educación Superior, en tanto la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho humano personal y social”.

En este sentido, se detalla en la modificatoria de ley que el Estado nacional es el responsable de proveer el financiamiento, así como también de la “supervisión y fiscalización de los organismos e instituciones educativas de gestión estatal” y de “la supervisión y fiscalización de los de gestión privada, del Nivel de Educación Superior”.

Sobre este particular esta responsabilidad del Estado se concreta, entre otros, en principios tales como “la garantía de la igualdad de oportunidades y condiciones en el acceso, la permanencia, la graduación y el egreso en las distintas alternativas y trayectorias educativas del Nivel para todos quienes lo requieran y reúnan las condiciones legales establecidas en esta ley; el financiamiento, la supervisión y fiscalización de los organismos e instituciones educativas estatales, así como la supervisión y fiscalización de las privadas, por parte de la autoridad competente en educación superior”.

También se establece el principio de gratuidad de la enseñanza de grado de Educación Superior estatal y la prohibición de establecer cualquier tipo de gravamen sobre ésta.



En lo que respecta al bienestar estudiantil, el proyecto de la diputada del Frente para la Victoria, Adriana Puiggrós, determina que deberá haber una “provisión equitativa de becas, condiciones adecuadas de infraestructura y recursos tecnológicos apropiados que posibiliten el derecho a la Educación Superior en los casos de aquellas personas que, poseyendo las condiciones legales suficientes, sufran carencias económicas verificables y/o tengan discapacidades, permanentes o temporarias”.

En el proyecto se pone límites a la suscripción de acuerdos y/o convenios que sean considerados de mercantilización de la educación superior. Sobre esto la iniciativa establece “la prohibición, de la Educación Superior estatal, para suscribir acuerdos o convenios con otros Estados, instituciones u organismos nacionales e internacionales públicos o privados, que impliquen ofertar educación como un servicio lucrativo o alienten formas de mercantilización”.

Con respecto a la gratuidad y acceso, en el artículo 5°, el proyecto de Puiggrós determina que “La provisión del financiamiento de la Educación Superior Universitaria Nacional que corresponde al Estado Nacional de manera indelegable, debe garantizar la gratuidad de los estudios de grado y el adecuado desarrollo de sus funciones, e implica la prohibición de establecer cualquier tipo de gravamen directo o indirecto sobre los estudios de grado”.

También se modifica la Ley de Educación vigente. Se suprime el segundo párrafo del Artículo 50 de la Ley 24521 y se reemplaza por el siguiente párrafo: "Cada institución de Educación Superior dictará normas sobre regularidad en los estudios, que establezcan el rendimiento académico mínimo exigible, debiendo preverse que los alumnos aprueben por lo menos dos (2) materias por año, salvo cuando el plan de estudios prevea menos de cuatro (4) asignaturas anuales, en cuyo caso deben aprobar una (1) como mínimo".



martes, 10 de mayo de 2011

LA CAJITA FELIZ



Las escuelas estatales y privadas de la Ciudad de Buenos Aires ofrecen a los niños, niñas y adolescentes una alimentación saludable, gracias al proyecto que presentó el año pasado, y que fue sancionado por la Legislatura porteña. El objetivo es promover la alimentación saludable variada y segura. La iniciativa buscó fomentar desde temprana edad estilos de vida beneficiosos para la salud y disminuir los altos índices de sobrepeso y obesidad...





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PROYECTO DE LEY:

ASIGNACION SALUDABLE EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS

Artículo 1°.- Crease el Programa "Alimentación Saludable en Instituciones Educativas".

Art. 2°.- La presente Ley tiene por objeto promover la alimentación saludable, fomentar la actividad física y prevenir la obesidad infantil.

Art. 3°.- La autoridad de aplicación de la presente Ley es el Ministerio de Educación de la Ciudad o el organismo que en el futuro lo reemplace.

Art. 4°.- La Autoridad de Aplicación diseñará e implementará las siguientes acciones:

a) Elaboración de estándares de alimentación saludable para niños, niñas y adolescentes.

b) Adecuación de la currícula escolar a fin de que se dicten contenidos de manera transversal relativos a los hábitos saludables de alimentación y sobre la importancia de realizar actividad física de manera regular, de acuerdo a los estándares de alimentación saludable mencionados en el inciso a).

c) Fijación de la carga horaria de las clases de Educación Física en concomitancia con las recomendaciones internacionales generalmente aceptadas.

d) Fomento del desarrollo de la actividad física extracurricular.

e) Implementación de campañas de difusión y concientización de manera permanente sobre la importancia de la alimentación saludable y la actividad física regular, los riesgos y consecuencias de la obesidad y la vida sedentaria y la relevancia de la realización de controles médicos para el diagnostico y tratamiento de la obesidad y el sobrepeso.

f) Colocación de letreros en los lugares de venta de alimentos y bebidas dentro de los establecimientos educativos en los que se destaque la importancia de consumir alimentos que cumplan con los estándares de alimentación saludable.

Art. 5º.- Los kioscos, cantinas, bufetes y/o cualquier otro punto de comercialización que se encuentre dentro del perímetro del establecimiento educativo solo podrán comercializar alimentos y/o bebidas que se encuentren contenidos en los estándares de alimentación saludable diseñados por la autoridad de aplicación.

Art. 6º.- Los servicios de comedores escolares que se brindan en instituciones educativas de gestión estatal deberán cumplir con los estándares de alimentación fijados en el inciso a) del artículo 4º.

Art. 7º.- Los comedores escolares pertenecientes a instituciones educativas de gestión privada, adecuarán sus menús a los estándares de alimentación saludable. Los menús deberán ser homologados por la autoridad que se estipule en la reglamentación.

Art. 8°.- La autoridad de aplicación, a fin de dar cumplimiento a lo dispuesto por la presente Ley contará con la cooperación técnica del Ministerio de Salud y convocará a la participación de organizaciones de la sociedad civil competentes y con reconocida trayectoria en la problemática.

Art. 9º.- La Autoridad de Aplicación fiscalizará el cumplimiento de la presente Ley.

Art. 10º.- Incorporase en el Capítulo I, Sección I, Libro Segundo de la Ley Nº 451, el artículo 1.1.14 el que quedará redactado de la siguiente manera:

"Artículo 1.1.14.- VENTA DE ALIMENTOS Y/O BEBIDAS NO AUTORIZADAS EN ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS: El/la titular o responsable del kiosco, cantina, bufete y/o cualquier otro puesto de venta ubicado dentro de un establecimiento educativo que comercialice productos alimenticios que no se encuentran contenidos en los estándares de alimentación saludable establecidos por la autoridad competente, es sancionado/a con multa de 500 a 2.000 unidades fijas y/o el decomiso de mercaderías y/o clausura del establecimiento."

Art. 11º.- Incorporase en el Capítulo I, Sección I, Libro Segundo de la Ley Nº 451, el artículo 1.1.15 el que quedará redactado de la siguiente manera:

"Artículo 1.1.15.- SERVICIO DE COMEDOR EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS DE GESTION PRIVADA. El/la titular o responsable del establecimiento educativo de gestión privada que brinda servicio de comedor que no cumpla con la homologación de los menús por las autoridades sanitarias competentes y/o entregue menús que no se encuentren adecuados a los estándares de alimentación saludable es sancionado/a con multa de 500 a 2.000 unidades fijas y/o el decomiso de mercaderías".

Art. 12°.- El Poder Ejecutivo reglamentará la presente Ley en el plazo máximo de sesenta (60) días contados a partir de su promulgación.

Art. 13°.- Comuníquese, etc.




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FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

A partir de la reciente sanción de la Ley 26.396 el Gobierno Nacional puso en marcha el Programa Nacional de Prevención y Control de los trastornos alimentarios en cabeza del Ministerio de Salud de la Nación, estableciéndose que dicho Ministerio coordinará con las autoridades provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la implementación de programas similares en la órbita local e invitando a tales jurisdicciones a sancionar normas que contemplen los principios consagrados en dicha norma.

Así, el espíritu del presente proyecto es incorporar para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los principios establecidos en la mencionada Ley, creando planes de acción en materia de educación y de salud.

Desde 1979 la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) define a la obesidad como una enfermedad crónica comparable con las epidemias infecciosas del pasado, tanto por la velocidad de su expansión como por sus consecuencias negativas sobre la salud.

En lo que respecta a nuestro país, las estadísticas indican que hay no menos de cinco millones de personas a las que les cabe la definición médica de obesas; es decir, su índice de masa corporal (peso dividido por el cuadrado de la altura) supera los 30 puntos. Si se incluyera en este grupo también a quienes tienen sobrepeso, se estaría hablando nada menos que de 18 millones de personas, casi la mitad de la población nacional.

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por su parte, tampoco es ajena a esta problemática. En una evaluación realizada por profesionales del hospital Durand a 2202 alumnos de escuelas públicas de la ciudad, entre febrero y agosto del año 2006, los resultados arrojaron que tres de cada diez chicos de 6 a 13 años (el 28,9%) padecían de sobrepeso u obesidad.

En cuanto a las consecuencias que la obesidad y el sobrepeso acarrean encontramos enfermedades tales como la diabetes tipo 2, la hipertensión y la enfermedad cardiovascular (especialmente las cardiopatías y los accidentes cardiovasculares), entre otras. Además, resulta factor de riesgo de enfermedades crónicas como la artrosis y algunos tipos de cáncer como los de endometrio, mama y colon. Incluso, debe tenerse en cuenta que puede ocasionar afecciones de tipo psicológicas tales como depresión, discriminación, aislamiento social y problemas de autoestima.

La desnutrición infantil es otra patología sobre la que este proyecto pretende arremeter. La misma, produce fallas difíciles de revertir que no se limitan al retraso en el crecimiento y baja talla sino que suponen también, en el corto plazo, deficiencias en el desarrollo mental y, en el largo plazo, bajo rendimiento intelectual, problemas de concentración, deficiencias en la salud reproductiva y en la salud en general.

De esta manera, resulta necesario adoptar medidas concretas para la prevención y el tratamiento para este tipo de trastornos de manera integral y multidisciplinaria, con un profundo énfasis en tres ejes fundamentales como son la educación nutricional, la práctica regular de actividad física y la regulación de aquellos alimentos que los niños tienen a su alcance cuando se encuentran fuera de la supervisión de sus padres.

Creemos de suma importancia educar a los niños desde temprana edad para un "buen comer" entendido como habito que debe ser adquirido a fin de lograr un normal crecimiento y desarrollo. En este sentido, se requiere fundamentalmente de la adaptación curricular y la implementación de campañas de difusión y concientización llevada a cabo de manera permanentes.

Otro eje fundamental que supone este programa se relaciona al desaliento de la vida sedentaria y al fomento de la realización de ejercicio físico de manera regular, que, de acuerdo con la "Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud" emitida por la Organización Mundial de la Salud, resulta saludable realizar, como mínimo treinta (30) minutos por día.

Finalmente, el tercer pilar del programa se relaciona con la responsabilidad estatal de proteger a los niños cuando no se encuentran bajo la tutela de sus padres como es el ámbito escolar. Ello supone, en primer lugar, ampliar la oferta de productos (frutas, verduras) y, en segundo lugar, limitar la comercialización de aquellos alimentos que según los especialistas en nutrición indiquen como perjudiciales.

Por tales motivos, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.


Juan Cabandié



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Con otra iniciativa saludable, el jefe del bloque Frente para la Victoria, en la Legislatura porteña, propone "prohibir la venta de menús que estén acompañados de objetos de incentivo para consumo en todos los establecimientos expendedores de alimentos y bebidas de la Capital".

El borrador sólo exceptúa de la restricción los productos que contengan frutas y verduras, o que no superen el nivel calórico recomendado por los expertos en nutrición. De esto se deduce que el proyecto va dirigido a ofertas de comida rápida, hipercalóricas y abundantes en grasas, del tipo de los menúes infantiles con juguetes que representan a personajes de películas.

La iniciativa fue presentada hace algunas semanas y todavía no comenzó a ser evaluada por los diputados de la Ciudad. Según dijeron fuentes del despacho de Juan Cabandié, deberá ser analizada en las comisiones de Desarrollo Económico y de Salud.

La propuesta del legislador Cabandié registra antecedentes en otras partes del mundo. En diciembre último, la alcaldía de la ciudad norteamericana de San Francisco prohibió la comercialización de la cajita feliz, luego de una protesta de padres locales que consideraban que vincula la obtención gratuita de un juguete con el consumo de una comida que es perjudicial para la salud.



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PUBLICIDAD

En marzo pasado, la Legislatura porteña sancionó una ley que prohíbe cualquier tipo de anuncio en la vía pública que induzca a niños y a adolescentes a la compra de alimentos procesados hipercalóricos que los tiente con promociones de regalos, descuentos o sorteos.

La prohibición, según el texto de la norma, pretende desalentar una conducta alimentaria hipercalórica y carente de nutrientes, de modo de reducir enfermedades crónicas como el sobrepeso y la obesidad.

La prohibición alcanza tanto a la cartelería de la vía pública como a la entrega en mano de folletos con ese tipo de anuncios.

En cambio, no regula las publicidades televisivas o radiales, o realizadas en medios digitales para difundir dichas promociones, pues la Legislatura porteña no tiene atribución sobre el contenido de los medios nacionales. Asimismo, las cadenas de hamburguesas y de otros alimentos altos en grasas o azúcares destinados a niños pueden continuar efectuando promociones y descuentos en el interior de sus sucursales.

Evidentemente, es una pelea de una hormiga con un elefante: salvo PAKA PAKA
que no contiene publicidades en su programación, todos los canales infantiles bombardean permanentemente a los niños y niñas, con publicidades y avisos, para que consuman cosas que no necesitan.




lunes, 9 de mayo de 2011

COMPLICIDAD Judicial en el ROBO de NIÑOS





La Justicia comenzó a meterse en un terreno hasta ahora poco explorado, más bien eludido, en las investigaciones sobre apropiación de hijos de desaparecidos: el de las adopciones con las que se intentó dar aspecto de legalidad a la entrega de niños nacidos en cautiverio o arrancados a sus padres secuestrados durante el terrorismo de Estado.

Es una pista que inevitablemente lleva también a indagar en la responsabilidad de los jueces que intervinieron en cada caso y que pone al descubierto cómo actuaron algunos de ellos que aún están en funciones.

El juez federal Norberto Oyarbide analiza ocho cajas de expedientes penales y tutelares sobre chicos supuestamente abandonados entre 1976 y 1983, que tramitaron en los tres juzgados de menores porteños. La Corte Suprema bonaerense está haciendo un relevamiento de guardas y trámites de adopción durante la dictadura, y ya informó a Abuelas de Plaza de Mayo sobre la existencia de 15 mil expedientes que servirán para cotejar información. La jueza de San Isidro Sandra Arroyo Salgado analiza legajos de 15 adopciones que tramitó la misma jueza que intervino en las de Marcela y Felipe Noble Herrera.

“Tenemos la expectativa de poder detectar el blanqueo de apropiaciones mediante mecanismos de adopción. La posibilidad de encontrar un nieto en esa búsqueda existe y es alta. De los 104 casos resueltos, el 30 por ciento fueron chicos robados por procedimientos de guarda y adopción”, señaló Alan Iud, abogado de Abuelas, a Página/12. A la vez advirtió que hasta ahora pocos jueces se han decidido a avanzar contra sus pares envueltos en esos trámites irregulares. “Sólo en Santa Fe se llegó a procesar al juez Luis Vera Candiotti por supresión de identidad”, agregó.


  • Adopciones express

Simón Riquelo recuperó su identidad en 2002, cuando se comprobó que era hijo de Sara Méndez, uruguaya, secuestrada el 13 de julio de 1976 en su casa de Belgrano, en Buenos Aires, por un operativo conjunto del Plan Cóndor. A ella la trasladaron al centro clandestino de detención Automotores Orletti. A Simón, que tenía sólo veinte días, se lo llevaron. “No se preocupe, señora –le dijeron los hombres de civil, después de molerla a golpes–, al niño no le va a pasar nada, porque no es una guerra contra los niños.” Sara buscó a su hijo incansablemente, y lo encontró 26 años después. Se lo habían dado en adopción a Osvaldo Parodi, un subcomisario que habría estado vinculado con su propio secuestro, igual que el ex agente de la SIDE Eduardo Ruffo. El policía obtuvo en menos de un mes la guarda definitiva del chiquito.



¿Quién se la dio? El entonces juez de menores Gustavo Mitchell, actual integrante de la Cámara de Casación Penal.

El año pasado, un grupo de querellantes en la causa sobre el plan sistemático de apropiación de hijos de desaparecidos, encabezadas por María Isabel Chorobik de Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, decidió denunciar penalmente al juez Gustavo Mitchell junto con la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Fundación Anahí. En el pedido de juicio político ante el Consejo de la Magistratura también se presentó Hebe de Bonafini. Analizaron qué había hecho el juez al recibir la denuncia del abandono de Riquelo, hallado en teoría en la puerta del Sanatorio Norte –cerca de la casa de Sara– y cómo lo entregó a Parodi. No se hizo “la más mínima medida de investigación tendiente a localizar a los padres o la familia del menor secuestrado, y todo ello frente a la infinidad de hábeas corpus que en aquella época se presentaban”, decía la denuncia, que le tocó al juez Oyarbide, y que también pedía que se incautaran los expedientes penales y tutelares vinculados con supuestos abandonos de niños durante la última dictadura.

Oyarbide optó por empezar de la manera más amigable y mandó un oficio en el que pide en buenos términos la documentación a sus colegas de los juzgados de menores. Con este método recopiló unos cuarenta, que están en pleno análisis. El abogado Alejo Ramos Padilla, que representa a Chicha Mariani, querellante, le dijo a Página/12 que en un conjunto de expedientes de abandono de niños tramitados por Mitchell pudo observar el mismo mecanismo: “Llegaba la denuncia de abandono de los bebés, en ascensores, alguna iglesia, en un hall, donde fuera. En cuestión de horas o unos días el juez disponía hasta la guarda definitiva. La guarda provisoria a veces la daba en veinticuatro horas. Tenemos visto un expediente donde dos agentes de Coordinación Federal (centro clandestino de la Policía Federal) llevan un chiquito de dos días de vida al Hospital Elizalde. Pero el juzgado no realiza ninguna medida para ver de dónde salió ese chico o qué pasó con sus padres. Ni en éste ni en ningún trámite de los que pudimos ver”, advirtió Ramos Padilla. En el caso de Riquelo, agregó, en la primera foja hay una declaración de un policía de la comisaría 33ª, Vicente Caccaviello, que figura como quien encuentra al bebé. Sin embargo, cuando declaró en la causa contra Ruffo, dijo que ignoraba los hechos y que, si lo hubiera hallado él, obviamente “lo recordaría”.


  • Estela

Hace dos semanas, durante el juicio sobre apropiación de menores, la titular de Abuelas, Estela Carlotto, contó ante el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) una anécdota escalofriante. Cuando buscaba a su nieto en 1978 –relató– acudió a la Casa Cuna porque sabía que había allí una beba cuyos datos y fecha de nacimiento podían coincidir con los del bebé que había dado a luz su hija Laura durante su cautiverio, después del cual fue asesinada. La beba, le dijeron, sólo había estado dos días ahí, pero Estela pudo ver los papeles que decían que el juez era el juez Gustavo Mitchell. Intentó que la atendiera, pero él le mandó un mensaje a través de un emisario: “El doctor dice que se cuide; por lo que usted hace podría aparecer en una zanja”. Años más tarde, Carlotto supo a través de ex detenidas que su nieto era varón. Todavía lo busca. Su reciente testimonio dio lugar a que el TOF6 derivara denuncias al juzgado de Oyarbide y al Consejo.

El abogado Ramos Padilla había hecho una presentación que incluía ese mismo relato de la presidenta de Abuelas publicado en el libro Botín de guerra, donde además decía que en la Casa Cuna a la nena la llamaban María Julieta. Ramos Padilla sostiene que es Julieta Treviño, a quien Mitchell dio en guarda para su adopción a unos parientes suyos, también “en forma expeditiva”. Además, el abogado había cuestionado a su vez a dos funcionarios judiciales que fueron secretarios de Mitchell durante la dictadura. Uno de ellos, José Allevato, lo sucedió más tarde al frente del juzgado. Con el menemismo fue director de Asuntos Jurídicos de la SIDE. El otro, José Martínez Sobrino, integra el TOF6 que lleva adelante el juicio por robo de hijos de desaparecidos, pero por esta denuncia quedó afuera del caso.


  • Jueces y jueces

Desde que Carlotto volvió a poner el tema en el tapete, la causa de Oyarbide recuperó envión. Por lo pronto ella está citada para dar testimonio este miércoles, dijeron allegados a la causa. Abuelas se presentó como querellante. Pero además, el juzgado resolvió mandar oficios para chequear la nómina de todos los jueces y secretarios que estuvieron al frente de los juzgados de menores durante el terrorismo de Estado. Mitchell, por su parte, hizo una presentación en la que dice que entre 1976 y 1983 habrá tramitado unas cuatro denuncias de bebés que eran denunciados como “NN”, abandonados, al año.

También se presentó, de manera espontánea y con un escrito, la actual jueza federal María Servini de Cubría, que fue jueza de menores todo el período investigado. “Quiero aventar toda sospecha sobre mi actuación como magistrado en las causas en las que se involucraba a menores abandonados, tanto durante la dictadura militar, como en los gobiernos civiles constitucionales que lo precedieron y sucedieron en mi gestión de juez”, dice. “Arbitré todos los medios entonces a mi alcance para dar con los familiares de los niños encontrados y cuando pude dar con los mismos, dispuse su inmediata entrega”, agrega. Servini cuenta dos casos de bebés que aparecieron con cartelitos, uno que decía que era hijo de un miembro de Montoneros, y otro que decía su nombre, Emiliano Hueravilo. En ambos casos encontró a los abuelos con solicitadas en los diarios. Más allá de su autodefensa, Servini le avisa a Oyarbide que debería encontrar en la caja fuerte de su ex juzgado algunos expedientes que podrían dar pistas fuertes sobre apropiaciones de hijos de desaparecidos. “Ordené resguardar las actuaciones de mayor relevancia en el ámbito más seguro y reservado”, informa, con lo que deja en evidencia que los jueces sabían perfectamente de dónde podían venir esos chicos que aparecían como por arte de magia y terminaban en hospitales pediátricos.

El expediente a cargo de Oyarbide todavía está en sus inicios. “Es una investigación necesaria”, remarcó el abogado Iud. Del mismo modo, contó que el año pasado le pidieron a la Corte bonaerense un relevamiento de expedientes de adopción en la provincia de Buenos Aires, con la intención de tener datos sistematizados y accesibles sobre posibles jóvenes apropiados para cotejar con su propia información. En una acordada, ese tribunal resolvió revisar archivos y libros de mesa de entradas y, luego, al menos 15 mil expedientes.

En Capital, Ramos Padilla dice que muchos expedientes tutelares fueron destruidos, quemados, ya en democracia con la excusa de falta de espacio. Sin embargo, agrega Iud, había una acordada de la Corte Suprema que ordenaba preservarlos.

La semana pasada, la jueza Arroyo Salgado, en el contexto de la causa sobre el origen de Marcela y Felipe Noble Herrera, dispuso relevar 15 expedientes de menores anotados como “NN” que tramitaron en el juzgado de Ofelia Hejt (fallecida), la misma jueza que los entregó como hijos adoptivos a la dueña de Clarín.

Ramos Padilla sostiene que el expediente que instruye Oyarbide es “la demostración, a partir de Mitchell, de la complicidad judicial, que aún existe, con el sistema perverso establecido para consolidar la apropiación de niños, mediante el robo de su historia, su origen, su identidad y la entrega a los apropiadores a través de un marco de supuesta legalidad judicial”.






domingo, 8 de mayo de 2011

LA OTRA ESCUELA





El taxi se detiene en la calle Mariano Acosta al 3600. El barrio fue noticia a fines del año pasado por la toma del Parque Indoamericano en reclamo de viviendas dignas. Villa Soldati tiene el ritmo pueblerino y el aspecto sombrío de los barrios de monoblocks que se construyen en las periferias de la ciudad. Todavía hay grandes extensiones de campos y potreros para improvisar un picadito. La puerta del Bachi, como lo llaman los estudiantes y docentes del lugar, pasaría desapercibida si no fuera por la presencia del chico en bicicleta con un cuaderno Gloria en el manubrio.

El bachillerato popular para jóvenes y adultos de Soldati fue creado por el Movimiento “La Dignidad”, ruptura reciente del Movimiento Teresa Rodríguez ( MTR), que surgió como movimiento piquetero y que lleva adelante un constante trabajo territorial desde 2001 con proyectos como la construcción de comedores comunitarios, una comisión de salud barrial, una cooperativa de trabajo y un jardín maternal.

El Bachillerato funciona desde 2007. Hay dos camadas de egresados. Cerca de 50 estudiantes del barrio con título oficial en un contexto barrial en donde más de la mitad de la población está por fuera del sistema educativo. Un espacio para los estudiantes que el sistema educativo tradicional dejó afuera.

El índice de deserción escolar en la media nacional es del 70 por ciento. En los bachilleratos populares disminuye al 50 por ciento. Uno de los éxitos del bachillerato se refleja, además de la posibilidad de inserción en la educación superior que experimentan los estudiantes, en la capacidad de asumir un protagonismo militante en el barrio, ya sea armando centros de alfabetización, de apoyo escolar y organizaciones territoriales.

Un día, los pupitres florecerán, dice un dibujo en unas de las paredes internas del bachillerato de Villa Soldati. Es una réplica de un muñeco de Frato –año 1978–, seudónimo del educador italiano Francesco Tonucci, militante por una escuela alternativa desde hace décadas. Antes de llegar a las aulas, hay un patio con unos juegos de plástico para los hijos de los adultos que llegan para estudiar. Un banderín de colores y tres salitas del jardín maternal. El olor a comida sale de El Cabildo, el comedor que adoptó el nombre de la forma de organización en el barrio.

El bachillerato cuenta con una cursada de cuatro días, el quinto día es para talleres de recreación y oficios abiertos al barrio. Una vez por mes hay asamblea para docentes y estudiantes. Así se toman las decisiones. No hay directores ni preceptores. En este bachillerato los estudiantes defienden y luchan por la educación popular. Repudian la “educación bancaria”. De sus bocas, sale el término de la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, uno de los referentes de la educación popular en América latina.

La “educación bancaria” refiere a la educación como el proceso de depositar los contenidos en el educando por el educador –se contempla al educando como sujeto pasivo ignorante que memoriza y repite contenidos que le inculca el educador, poseedor de verdades únicas–.

Mientras que la “educación bancaria” es asistencialista, inhibe el acto creador, recalca la permanencia y es antidialógica, la “educación problematizadora” es crítica, concibe al mundo como escenario de conocimiento, considera la historicidad de los hombres y promueve la transformación social. Los Bachilleratos Populares defienden ese derecho. Son conscientes de la educación que están eligiendo. Una educación que no tiene en cuenta la visión del mundo del estudiante se transforma en invasión cultural.

Qué es política. Sobre la mesa de la clase de Educación Popular hay varios objetos. Sobre la pared, algunas cartulinas. Los estudiantes están parados alrededor de la mesa. Miran y tocan los objetos. Una biografía del Che, un frasco de yerba, un manual, un aerosol, una boleta electoral, una vela. Hay que elegir un objeto que retrate qué es la política y otro que no, es la consigna que da la pareja pedagógica. La estudiante de voz imponente no duda en arrancar mostrando el manual de Historia en sus manos. “Esto es la política: un manual de Historia, la Historia que cuentan los de arriba, en esas páginas no estamos”, dice sin titubeos. El mate pasa de mano en mano. La ronda empieza a identificar “política” con aquello que está sucio, “ganan los que tienen plata, los que mienten”, dice uno. Los profesores escuchan, dialogan. Una de las estudiantes viene aguantándose el exabrupto hasta que irrumpe: “Todos somos políticos. A veces nos confundimos y pensamos que la política son los que se postulan para una elección y nada más. Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos, dice la frase de Galeano. No encuentro nada que no sea política en esta mesa. Hasta el frasco de yerba puede representar la lucha por los medios de producción, ¿por qué no?”.

Escuela sin jerarquías. En simultáneo a la clase de Educación Popular, en otra aula están cursando Historia. Estudian las distintas formas de organización de los grupos humanos desde las sociedades preestatales en adelante, cuentan. Las sillas están puestas en ronda. “La forma de distribución del espacio habla de cómo pensamos el conocimiento. Si el docente está parado, solo, adelante, y los demás se miran la nuca entre sí, grafica que el conocimiento lo tiene sólo el profesor. Y el conocimiento se construye entre todos, sin jerarquías”, explica la profesora Gabriela.

Proyecto-político-pedagógico transformador y crítico. El Bachillerato de Soldati se encuentra frente a una nueva lucha junto a los otros Bachilleratos que conforman la Red de Bachilleratos Populares Comunitarios.

El problema no en sí mismo el vínculo con el Estado, ya que los bachilleratos necesitan la garantía estatal en cuanto a los títulos para los estudiantes. El problema y riesgo actual es que ese vínculo no termine destiñendo un proyecto de naturaleza comunitario contrahegemónico. [Los bachilleratos que están negociando con la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares dejarán de llamarse como tales para adoptar la nomenclatura “Unidades de gestión experimentales”, producto de una normativa de los ’90 que surge durante el proceso más fuerte de privatización pública.

“En una futura negociación, nosotros vamos a sostener la autonomía política pedagógica de la experiencia. Subordinar los proyectos de educación popular a la lógica de la educación pública tradicional implica perder la esencia del proyecto”, dice Irene Provenzano, integrante del equipo docente del Bachillerato de Soldati. De esta manera, la Red entiende que el sistema educativo formal construye e impone planes de estudio y modos de organización institucional que reproducen las relaciones de poder hegemónicas y perpetúan vínculos jerárquicos al interior de los establecimientos educativos. La otra escuela resiste.


jarnolfi@miradasalsur.com


viernes, 6 de mayo de 2011

LA LUZ ES COMO EL AGUA





En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos.

-De acuerdo -dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena.

Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían.

-No -dijeron a coro-. Nos hace falta ahora y aquí.

-Para empezar -dijo la madre-, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha.

Tanto ella como el esposo tenían razón. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación.

-El bote está en el garaje -reveló el papá en el almuerzo-. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible.

Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el cuarto de servicio.

-Felicitaciones -les dijo el papá ¿ahora qué?

-Ahora nada -dijeron los niños-. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está.

La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa.

Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces.

-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale.

De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido.

-Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada -dijo el padre-. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.

-¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? -dijo Joel.

-No -dijo la madre, asustada-. Ya no más.

El padre le reprochó su intransigencia.

-Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber -dijo ella-, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro.

Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad.

En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso.

El papá, a solas con su mujer, estaba radiante.

-Es una prueba de madurez -dijo.

-Dios te oiga -dijo la madre.

El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel , la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salía por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad hasta el Guadarrama.

Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños.

Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz.


Gabriel García Márquez





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