Muchas de las fotos de este blog son de Ramiro Sisco con la comunidad Pilagá, en Las Lomitas, provincia de Formosa, Argentina.

domingo, 1 de mayo de 2011

TRABAJO INFANTIL






Se entiende por trabajo infantil a toda actividad económica y/o estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niñas y niños, por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o trabajo, o que no han finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18 años si se trata de trabajo peligroso.

El trabajo infantil arranca de raíz toda posibilidad de futuro para nuestros niños y niñas, los excluye de la educación, los aleja de toda probabilidad de desarrollo intelectual, les quita el derecho al esparcimiento, a la educación, a la inocencia y sobre todo vulnera la integridad de los niños y niñas como sujetos plenos de derechos.

Entre los factores que afectan a la población y en especial a la calidad de vida de los niños, se encuentra la pobreza, entre otros, como causa común de los países en vía de desarrollo o subdesarrollados. La Argentina no se encuentra ajena a este flagelo ya que desde fines de la década de los '80 se ha incrementado el número de niños y niñas que trabajan en diferentes ámbitos a causa del desempleo y la exclusión social.



El trabajo infantil en el sector rural

Diferentes estudios relacionados con la situación rural han mostrado la significativa disminución de la población económicamente activa agraria. El significado del trabajo infantil en el medio rural podrá comprenderse con más facilidad si se aprecia que, junto con este retraimiento de la mano de obra rural, se ha producido un aumento porcentual de la fuerza laboral de los menores en el campo argentino.

Una de las modalidades habituales de inserción de los niños en las actividades laborales es el trabajo junto a los padres, sobre todo en aquellas familias en que los adultos perciben un salario por un trabajo a destajo. Esta modalidad de trabajo con incorporación de niños es muy frecuente en ciertas actividades de la cosecha y en los primeros procesamientos de ciertos productos agrarios, en floricultores y horticultores.

  • Incorporación temprana
Los niños se incorporan a realizar actividades a una temprana edad, primero para cuestiones relacionadas con el mantenimiento del hogar, como el cuidado de los más pequeños del núcleo familiar. A los seis o siete años, los niños comienzan a colaborar en la cosecha del tomate y de la frutilla. A los once o doce años comienzan sus tareas aplicando agroquímicos con mochila.

  • Agrotóxicos
Es necesario considerar que entre los agroquímicos que los menores utilizan se encuentran algunos de gran toxicidad, tales como el heptacloro o el bromuro de metilo. A los trece o catorce años, ya trabajan regularmente en las quintas, aunque ya antes y durante los meses en que se agota lo producido por la explotación, el menor sale de su hogar para realizar changas en otras explotaciones.

  • Consecuencias
Ya se mencionó una de las consecuencias que el trabajo precoz tiene sobre los niños: los peligros para su salud ante el uso frecuente de sustancias peligrosas para ella y la escasa protección que los menores utilizan en aquellas tareas. Otras consecuencias se refieren a las deformaciones que sufren los menores al exponer su cuerpo en desarrollo a esfuerzos físicos prolongados y excesivos.

  • Rendimiento escolar
Las consecuencias también se sienten en el desempeño escolar. En estudios realizados, las familias declararon que realizaban esfuerzos para que sus hijos asistiesen regularmente a la escuela. Pero estos intereses se ven dificultados en épocas de cosecha. Las escuelas de la zona informaron que los niños generalmente se atrasan en la escuela, por lo que finalmente terminan desertando.



Trabajo infantil urbano


(Extracción del Programa para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil Urbano en la República Argentina)

Los procesos de urbanización de las últimas décadas han elevado de forma substancial el volumen de niños y niñas trabajadores en las grandes urbes. El INDEC da cuenta que en Argentina un 53% de personas que residen en los grandes conglomerados urbanos están por debajo de la línea de pobreza y muestran que en todo el territorio nacional los niños y niñas pertenecientes a hogares pobres constituyen el 72,3%. Las tasas de desocupación llegan al 21,5 %, las de subocupación demandante al 12,7% y las de subocupación no demandante al 5,9% (1). Los barrios carenciados - villas de emergencia- las casas tomadas y los inquilinatos constituyen una de las expresiones más extremas de la pobreza urbana. Sus habitantes son en su mayoría inmigrantes de zonas rurales, de pequeñas ciudades del interior del país o de otros de la región.
Bajo estas circunstancias los niños y niñas quedan en situación de mayor vulnerabilidad, expuestos a riesgos de abandono, migraciones forzadas, incorporación laboral temprana, afectando sus derechos.

Los trabajadores infantiles urbanos, se hallan mayoritariamente en el sector informal y constituyen un núcleo considerable de quienes realizan trabajos en forma dependiente o independiente en condiciones de gran precariedad, de riesgo y sin cobertura. Estas condiciones de vida dificultan el acceso a la educación y a la atención de salud adecuada. El Trabajo infantil urbano tiene como características más relevantes la informalidad e ilegalidad, y se desarrolla en los conglomerados urbanos.

  • Las modalidades que más asume esta problemática en el ámbito urbano son:
Mendicidad; recolección de residuos en la vía pública (cirujeo); venta ambulante; reparto de estampitas en medios de transporte; venta de productos o flores en bares y restaurantes; acompañantes de adultos que venden o mendigan en transportes o en la calle; el realizado en empresas; microempresas o subsidiariamente en grandes empresas; el trabajo doméstico en hogares de terceros o en el propio en ausencia del los padres en forma habitual; la explotación sexual con fines comerciales, la pornografía y el turismo sexual; tráfico de drogas; servicios a automovilistas en la vía pública (limpia vidrios, abre puertas, malabaristas, etc.); lustrabotas; tallerismo.



Plan Nacional Para la Prevencion y Erradicacion del Trabajo Infantil

La República Argentina ha adoptado y ratificado una serie de normas nacionales e internacionales que la obligan a seguir una política nacional que asegure la erradicación efectiva del trabajo infantil y eleve progresivamente la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo desarrollo físico y mental de las niñas y los niños y adoptar medidas inmediatas y eficaces para conseguir la prohibición y la eliminación de las denominadas peores formas de trabajo infantil.

Una política nacional que asegure la prevención y erradicación del trabajo infantil en el país requiere necesariamente contar con un plan nacional.

La Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI) ha liderado el proceso de diseño del Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil encuadrado en los compromisos y responsabilidades asumidos por el Estado Argentino, contando con la activa participación, compromiso y responsabilidad de los representantes de los distintos Ministerios que integran el Ejecutivo Nacional, representantes del sector empresarial, sindical y la sociedad civil.

fuente:
Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil
CONAETI



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