Muchas de las fotos de este blog son de Ramiro Sisco con la comunidad Pilagá, en Las Lomitas, provincia de Formosa, Argentina.

jueves, 3 de marzo de 2011

LIBRO = BOOK




Quizás, los primeros libros fueron planchas de barro con caracteres o dibujos hechos con un punzón o un palo. Seguramente, las primeras civilizaciones que los utilizaron fueron los pueblos de la Mesopotamia, entre ellos los sumerios y los babilonios.

Los egipcios, griegos y romanos, usaban rollos compuestos por largas tiras de papiro —un material parecido al papel que se extraía de los juncos del delta del río Nilo— que se enrollaban alrededor de un palo de madera. Los textos o dibujos se escribían con una pluma también de junco, en densas columnas y por una sola cara, y se podía leer desplegando el rollo.

Los escribas profesionales se dedicaban a copiarlos o a escribirlos al dictado. El copiado a mano era lento y costoso, por lo que sólo los templos y algunas personas ricas o poderosas podían poseerlos, y la mayor parte de los conocimientos se transmitían oralmente, por medio de la repetición y la memorización.

Los papiros eran baratos, fáciles de confeccionar y constituían una excelente superficie para la escritura, pero resultaban muy frágiles, y en climas húmedos, se desintegraban al paso de los años. El pergamino y algunos materiales derivados de las pieles secas de animales no presentaban tantos problemas de conservación como los papiros, por eso los utilizaron los persas, los hebreos, palestinos y otros pueblos en cuyo territorio no abundaban los juncos.

Los romanos tuvieron sellos que imprimían inscripciones sobre objetos de arcilla alrededor del siglo V antes de Cristo. En el siglo X, en China, existía un tipo de papel de arroz, con un sistema de imprenta de tipos móviles, a base de complejas piezas de porcelana en las que se tallaban los caracteres chinos. Hacia el 1200 artesanos del reino de Koryo (Corea), crearon un juego de tipos que se anticipó a la imprenta moderna. Dicen que la imprenta moderna la inventó Johannes Gutenberg circa 1440, en Maguncia, Alemania.

Después de que los libros tuvieran forma de rollo de papiro o pergamino, fueron reemplazados por el codex o códice, un libro conformado de páginas y una espina. Eran cuadernillos de hojas rayadas hechas de madera cubierta de cera, de modo que se podía escribir sobre él con algo afilado y borrarlo después, si era necesario. Entre las tabletas de madera se insertaban, a veces, hojas adicionales de pergamino. Los códices eran similares a los libros utilizados hoy en día.

Cuántos libros marcaron nuestra memoria para siempre, ¿no?

Si amas a alguien regalale un libro.








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